“Lo que vivimos no es una crisis; la realidad ha cambiado”
La empresa de ascensores apuesta por Francia como salida al final del ladrillo en España
La consagración de la construcción como pilar de la economía española creó en su día un mercado de ascensores que llegó a ser uno de los mayores del mundo y un tejido de pequeñas industrias familiares dedicadas a abastecer ese mercado. Pero el sector del ladrillo ha implosionado, y para Nicolás Mediavilla (Madrid, 1974), director gerente de Fain Ascensores, la única salida para la compañía que fundó su abuelo hace 50 años es la internacionalización. En los últimos seis meses, la empresa española se ha hecho con tres industrias francesas, con una facturación conjunta de algo más de 18 millones de euros en 2012.
Pregunta. ¿Por qué expandirse ahora?
Respuesta. Hace 12 años que planeamos salir al exterior, y siempre hemos tenido esa idea en mente. Pero el mercado interno creció tanto que no tuvimos tiempo para trabajar la parte internacional. Y luego llegó la crisis, que ha sido un periodo en el que nos hemos tenido que dedicar a reestructurar y estabilizar la empresa. Solo cuando terminamos ese proceso, hace un par de años, es cuando hemos podido ponernos a estudiar cómo crecer fuera de España.
P. ¿Por qué Francia?
El negocio en Francia está garantizado hasta 2021”
R. Francia, de momento, no está realmente afectado por la crisis, a pesar de lo que digan los medios de comunicación. Aunque pueda ir un poquito a peor durante los próximos años, va a seguir siendo muy potente, el centro de Europa. Más concretamente, el mercado francés de ascensores tiene una gran ventaja: el proceso de modernización y puesta en conformidad con la normativa europea del material que se ha llevado en España durante los últimos años todavía no ha arrancado en Francia. Están empezando ahora, con un calendario específico que hay que cumplir, por lo que creemos que el negocio está garantizado hasta 2021.
P. ¿Cuándo creen que van a ver los primeros resultados?
R. Ya los estamos viendo. Las tres empresas que compramos en Francia perdieron 2,5 millones de euros en 2012. Nosotros tomamos posesión el 1 de enero y ya en el primer trimestre hemos obtenido beneficios.
P. ¿Cómo se logra eso?
R. Hemos aplicado los conocimientos y la política de restricción de gastos española en un mercado en el que las cosas van bien. Hemos pasado a comprar los materiales en España, donde tienen la misma calidad y son un 30% más baratos, y también hemos tenido que recortar la plantilla un 30%, dado que fusionar tres empresas en una genera una serie de redundancias. También hemos renegociado con nuestros proveedores en Francia cosas básicas como las comunicaciones.
P. ¿Cómo está el negocio en España?
R. Ahora hay una gran concentración. Los pequeños y medianos empresarios están desapareciendo o dedicándose en exclusiva al mantenimiento. Pero este país aún tiene fabricantes magníficos que siguen estando ahí. Nosotros estamos aprovechando también para expandirnos en España. Por otro lado, las fábricas que tenemos están al 20% de su capacidad, aunque también es cierto que nuestras instalaciones fabriles solo producen lo que viene a ser el corazón del ascensor, su parte eléctrica. El resto lo obtenemos de nuestros proveedores, el 90% de ellos españoles.
P. ¿Cómo ha sido su proceso de reestructuración?
La obra nueva ha desaparecido literalmente: era el 60% de la facturación y ahora es el 4%”
R. Nuestro negocio está basado en tres patas. La primera, la obra nueva, ha desaparecido literalmente: era el 60% de la facturación antes de la crisis y ahora es el 4%. La segunda, las restauraciones y reformas, también han sufrido, porque en casi toda comunidad de propietarios hay alguien en paro y no es momento de obras. Y en la tercera, el mantenimiento, las empresas de la competencia, por conservar el empleo, han bajado muchísimo los precios. Prácticamente hemos tenido que volver a crear la empresa desde cero porque el negocio es radicalmente distinto.
P. ¿Tienen pensadas más reducciones de plantilla?
R. Por desgracia, sí. Hay que acompañar a la economía. Las ventas siguen bajando y hay que reducir la plantilla en proporción. Tener al personal parado es imposible.
P. Tienen ustedes un acuerdo con Mitsubishi.
R. Sí, desde 2009. Para construir equipos en lugares especiales como hoteles, hospitales, estaciones de metro y oficinas. Es un producto caro, pero es el mejor que tenemos. Tenemos una relación satisfactoria, creo yo, pero me imagino que la actual situación económica les preocupará.
P. Aparte de Francia, ¿pretenden seguir creciendo fuera?
R. Todavía no tenemos suficiente experiencia internacional. En Francia estamos aprendiendo y es donde queremos seguir creciendo, porque en este sector el volumen de negocio es esencial. Nosotros vendemos los productos de Mitsubishi en Portugal, pero ahora mismo, por desgracia, está tan afectado por la crisis como España.
P. ¿Qué opina del nuevo plan del Gobierno de impulsar la rehabilitación en los edificios? ¿Servirá para compensar la caída de la demanda?
R. Por ahora no conozco muchos detalles del plan, pero no creo que vaya a incidir mucho. Aunque existan ayudas, insisto, si en la comunidad de propietarios hay varios miembros en paro, no se pueden hacer reformas. De todas maneras, creo que se está haciendo muy poquito.
Si en una comunidad de propietarios hay varios miembros en paro, no se piensa en reformar el ascensor”
P. ¿Cuáles son las perspectivas de futuro para España? ¿La recuperación de la crisis va para largo?
R. Lo que estamos viviendo ahora mismo, creo yo, en realidad no es una crisis, es un cambio de la realidad. La economía española estaba basada en el turismo y la construcción. El turismo sigue tal y como estaba, pero a la construcción la han barrido y no se va a recuperar, porque hay un montón de viviendas vacías y pendientes de salir, y que no van a salir porque nadie las va a comprar. La población española está cayendo, y si antes de la burbuja ya sobraban viviendas, pues ahora sobran más. Y creo que va para largo, para muy largo. Yo calculo unos 15 años o más, porque, lo que es peor, no se está haciendo nada para solucionarlo: no se está creando industria, no se están creando servicios adicionales, no hay alternativa alguna para absorber todo ese paro. Así que probablemente sigamos así durante muchos años.
P. ¿Y cómo se sale de eso?
R. Creo que las empresas pequeñas y medianas tenemos que salir al extranjero y que sea toda esa parte internacional la que vaya tirando de los proveedores españoles y creando trabajo. Pero este no es un proceso de uno, dos o cinco años; es un proceso muy largo que tendremos que ir sufriéndolo poco a poco. Además, la gente también tiene que ir cambiando de mentalidad: por ejemplo, viviendo fuera y aprendiendo idiomas.
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