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De la ingeniería tradicional a la financiera

Las empresas españolas buscan fórmulas económicas para poder crecer fuera

Red de autopistas construidas por Ferrovial en Toronto
Red de autopistas construidas por Ferrovial en Toronto

Las ingenierías españolas están entrando en una tormenta perfecta que las aboca al cierre. Juegan en la primera división mundial por tecnología y prestigio, pero carecen del tamaño suficiente como para hincar directamente el diente a grandes obras internacionales, y deben hacerlo para superar la semiparálisis del mercado interno. “Durante 2013 se agudizará la caída de la inversión de la Administración central. Es crítico que aumentemos la cartera internacional, y para eso debemos tener más tamaño”, explica Miguel Ángel Zarabozo, director general de la patronal de las empresas de ingeniería Tecniberia. Las ingenierías invirtieron el peso de sus carteras durante 2012: la internacional ha alcanzado el 60%, 20 puntos porcentuales más que en 2011, por la caída de la nacional.

Para evitar el cierre deben presentarse en más concursos internacionales, lo que conlleva agrandar las líneas de financiación y de avales bancarios para obras en el exterior, algo imposible en estos tiempos. La situación se complica con el rechazo de los avales bancarios españoles que ha llegado a los tres primeros bancos. Están contagiados por la rebaja del rating soberano de España, e incluso ingenierías acompañadas por los gigantes tienen problemas en países como Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Guatemala, Costa Rica, Omán o Argelia hasta el punto de perder licitaciones. Algún gigante bancario ha llegado a presentar su balance para demostrar la solvencia. “La situación de las empresas españolas en el exterior se ha endurecido, y ahora nos ponen reparos a cosas que antes se aceptaban sin rechistar”, asegura Eusebio Martín, socio de N+1 Mercapital.

Espiral perversa

La caída de la licitación pública española es dramática. El Ministerio de Fomento licitó en 2012 actuaciones en ingeniería por valor de 78 millones de euros, casi la mitad de 2011 y la décima parte que hace seis años. La cifra se reducirá hasta los 51 millones en 2013.

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el segundo gran cliente público de las ingenierías, licitó en 2012 obras por valor de 34,9 millones de euros, un 50% menos que en 2011 y la tercera parte de lo invertido en 2007. El año que este organismo alcanzó su techo de inversiones fue 2009, con más de 212,3 millones. En 2013 licitará obras por solo 20,2 millones.

En total, la Administración General del Estado invertirá unos 111 millones de euros en licitaciones durante 2013,

un 41,3% menos que en 2012 y un 54,1% menos que en 2011. Esta tendencia a la baja se viene confirmando desde 2007, cuando las Administraciones estatales licitaron obras por valor de 1.004 millones.

A finales de 2012 prestaban su actividad de ingeniería en España alrededor de 9.800 empresas, 2.821 menos que en 2010. La internacionalización parece ser la única salida.

Tecniberia ha cogido el toro por los cuernos ante una situación insostenible. Desde el pasado mes de septiembre busca aliados para montar “consorcios verticales integrados formados por una ingeniería, una constructora y una entidad financiera comprometidas en el mismo proyecto”, cuenta Pedro Canalejo, vicepresidente de Tecniberia y presidente de Alatec Ingeniería. La fórmula aumentará su envergadura para acudir a obras de mayor calibre, dado que más del 95% de las 3.000 ingenierías españolas son pymes. El planteamiento de Tecniberia interesa a las constructoras sin departamento de ingeniería para participar en “proyectos en los que se demanda la ingeniería integrada, algo cada vez más habitual”, apostilla Concepción Santos, directora gerente de la Asociación Nacional de Constructoras Independientes.

El sector público trabaja en la propuesta de Tecniberia, y España Expansión Exterior ha ido de su mano en la búsqueda de socios desde el primer momento. Se hace imprescindible la cobertura financiera de instituciones como ICO, Cesce (aseguradora de crédito a la exportación) o Cofides, empresa de BBVA, Santander, Sabadell, Icex, ICO y Enisa para promover la internacionalización de las empresas. “La restricción del crédito privado hace esencial un decidido apoyo institucional que facilite el acceso a la financiación y la emisión de avales en operaciones internacionales, mediante fórmulas ad hoc en las que participe la banca pública y las multilaterales”, explica Concepción Santos.

Las negociaciones van por buen camino. “El pasado mes de diciembre presentamos, a petición y en colaboración con Tecniberia, una nueva línea de financiación para la implantación exterior de las ingenierías, estamos dispuestos a apoyarlas en la financiación de todas sus actividades internacionales, y estudiamos la forma de participar en los consorcios integrados que tengan personalidad jurídica”, asegura Salvador Marín, presidente de Cofides.

¿Qué hace la banca en esta situación? “Damos garantías adicionales a través de depósitos en efectivo (cash collateral), o buscamos la intervención de entidades de terceros países que asuman el riesgo España y garanticen a su vez a la entidad local”, explica el portavoz del Banco Popular. La entrada de banca extranjera en los consorcios de ingenierías y constructoras resolvería el problema de los avales españoles. Citibank ya utiliza su red instalada en más de cien países para afianzar las operaciones internacionales de sus clientes. “El aval se emite formalmente en ese tercer país por el Citi local y es garantizado por el Citi de España, que es quien conoce y puede decidir sobre el riesgo de su cliente”, explica el portavoz de Citibank.

Filiales de grupos como Deutsche Bank o Barclays avalan con la ficha de la matriz proyectos internacionales. “Trabajamos con normalidad, y solo en casos muy excepcionales utilizamos un aval de Deutsche Bank AG, puede que no llegue ni al 5% de las operaciones”, asegura el portavoz de Deutsche Bank España, para añadir que estudia la propuesta de Tecniberia “con mucho interés”, está en su departamento de riesgos. Un encaje de bolillos complicado de tejer.

La situación ha aumentado el protagonismo de los seguros de caución. “Los contratos de obras están sometidos a la legislación local y cada vez más se prefieren avalistas o aseguradores locales por si se deben ejecutar las garantías. Nosotros estamos presentes en 135 países, y por eso nos han subido los seguros para licitaciones internacionales en un 300% en los últimos 18 meses”, explica José Carlos Marcos, responsable de líneas financieras de March JLT. Urge dar una solución antes del verano.

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