El FMI pide una reforma de los subsidios a la energía
“El propósito de las ayudas es proteger al consumidor manteniendo bajos los precios, pero el coste es muy alto”, dice el organismo en un informe
El Fondo Monetario Internacional acaba de entrar en tromba en el contencioso debate sobre las ayudas públicas a la energía, con un estudio en el que expone las consecuencias fiscales y también medioambientales que tienen los subsidios. “El propósito de las ayudas es proteger al consumidor manteniendo bajos los precios, pero el coste es muy alto”, señaló David Lipton en la presentación del informe, con el que por el organismo de Christine Lagarde echa más leña al debate sobre el cambio climático.
Al asumir la dirección del FMI; la exministra francesa dijo que quería integrar la sostenibilidad en sus políticas. Ahora, negro sobre blanco, afirma que los subsidios a la energía son “caros” para los Gobiernos y merma los esfuerzos para reducir los desequilibrios en las cuentas públicas. Sus expertos calculan que estas ayudas asciende a 1,9 billones de dólares, lo equivale al 2,5% del producto interior bruto mundial y el 8% de los ingresos públicos. Solo EE UU dedicó medio billón en 2011 a subvencionar la energía.
En otras palabras, según Lipton, el dinero que sale del bolsillo de contribuyente para mantener bajos los precios “compite con otras prioridades de gasto público” como la inversión en infraestructuras, educación y salud. Además, añadió, los subsidios “animan el consumo excesivo”. Así que su recomendación pasa por eliminar o reducir las ayudas al petróleo, el gas natural o el carbón y que en paralelo se apliquen más impuestos al uso de la energía.
“La energía debe tasarse de la misma manera que otros productos de consumo”, reiteran los relatores del documento hecho público en Washington. Esa imposición buscaría, por tanto, que el precio de la energía reflejara “el efecto adverso” de su consumo en la sociedad. El G20, el grupo que integra las mayores economías del mundo y a las potencias emergentes, acordó hace cuatro años reducir los subsidios a los combustibles fósiles. Pero la reforma del sistema es compleja, porque sus beneficios no son visibles.
El FMI admite que no hay una única receta en este sentido, pero a partir de algunos ejemplos consideran que existen los ingredientes necesarios para avanzar. “El cambio en el régimen de ayuda permitirá una mejor distribución de los recursos y animará el crecimiento a largo plazo”, reiteró Lipton en su intervención. El FMI calcula que eliminando los subsidios se podrán reducir las emisiones anuales de CO2 en hasta un 15%.
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