Las grandes fusiones vuelven a EE UU
El aumento de la confianza en la economía y la acumulación de efectivo por parte de algunas compañías impulsan las grandes operaciones
Para el negocio de las adquisiciones de empresas, los últimos cinco años han sido un periodo improductivo. Los negociadores de acuerdos y los consejeros delegados, abatidos por la crisis financiera mundial, carecían de confianza para cerrar audaces compras multimillonarias como hicieron en anteriores alzas del mercado.
Pero en las primeras semanas de 2013, la actividad en las fusiones ha vuelto a repuntar. Berkshire- Hathaway, un conglomerado dirigido por Warren E. Buffett, se unió a unos inversores brasileños para comprar el fabricante de ketchup H.J. Heinz por unos 23.000 millones de dólares. Y American Airlines y US Airways aceptaron fusionarse en un acuerdo valorado en 11.000 millones de dólares.
Esas transacciones llegan después de una compra planificada de 24.000 millones de la empresa informática Dell por parte de su fundador, Michael S. Dell, y por socios capitalistas de fondos de capital riesgo. Y Liberty Global, la empresa controlada por John C. Malone, multimillonario magnate de los medios de comunicación, cerró un acuerdo por valor de 16.000 millones de dólares para adquirir el negocio de cable británico de Virgin Media.
“Cuando hablamos con nuestros clientes corporativos y con los banqueros, seguimos oyéndoles decir que hay más confianza”, asegura John A. Bick, socio del bufete de abogados Davis Polk&Wardwell, que asesoró a Heinz en la venta a Buffett y sus socios.
Una confluencia de factores ha impulsado los recientes acuerdos. El mercado bursátil ha subido vertiginosamente, y el índice de 500 acciones de Standard&Poor’s ha alcanzado recientemente sus niveles máximos desde noviembre de 2007. El precio más elevado de las acciones ha hecho aumentar la confianza de los ejecutivos, que ahora, en vez de replegarse, buscan formas de ampliar sus negocios.
Las empresas del índice S&P 500 disponen de más de un billón de dólares en efectivo
También han desaparecido algunos de los nubarrones que se cernían sobre los mercados el año pasado. La actividad en las fusiones y las adquisiciones en 2012 se mantuvo plana, ya que las empresas decidieron mantenerse a la espera ante el resultado de las elecciones presidenciales en EE UU y de las negociaciones sobre el abismo fiscal. Los problemas en Europa, que empezaron en serio en 2011, truncaron muchas posibles transacciones, pero la región se ha estabilizado desde entonces.
Bick señala que las súper fusiones contienen un elemento psicológico: una vez que empiezan a producirse las transacciones, los consejeros delegados no quieren quedarse a la zaga. “Los acuerdos dan lugar a más acuerdos”, precisa.
Una razón fundamental para el regreso de las grandes transacciones es la cantidad de efectivo que hay en los balances generales de las empresas. Después de la crisis financiera, las compañías se replegaron, despidieron empleados y redujeron costes. Hoy en día, las empresas del S&P 500 disponen de más de un billón de dólares en efectivo. Como los tipos de interés son casi nulos, ese dinero está rindiendo muy poco en las cuentas bancarias, por lo que los ejecutivos quieren sacar rendimiento de él adquiriendo empresas.
Pero quizás el factor más importante que ha impulsado el regreso de las compras sea la renovada salud del sistema bancario. Las compañías dependen a menudo de los créditos para financiar las operaciones, y la capacidad de las empresas depende de la voluntad de los bancos de prestarles dinero.
Durante años, los bancos, lastrados por los activos hipotecarios tóxicos, prácticamente dejaron de prestar dinero. Pero como la crisis inmobiliaria ha quedado atrás y las condiciones económicas están mejorando en EE UU, los bancos han empezado otra vez a conceder préstamos a las empresas a unos tipos de interés en unos mínimos históricos.
Las fusiones y las adquisiciones ascienden a 158.700 millones de dólares desde enero
Las fusiones y las adquisiciones en Estados Unidos ascienden a 158.700 millones de dólares hasta el momento este año, según datos de Thomson Reuters, más del doble de la cantidad en el mismo periodo del año pasado. Buffett explica que los bancos han arreglado sus asuntos y ya no suponen una amenaza para la economía.
La mayoría de los negociadores de acuerdos suavizan sus comentarios sobre el entorno actual con advertencias sobre comportamientos indisciplinados, como pagar demasiado por los acuerdos y el endeudamiento excesivo para pagarlos.
Aunque las empresas de capital riesgo se vieron muy afectadas por la crisis financiera, consiguieron salir relativamente indemnes de la recesión. Muchos de sus grandes acuerdos parecían destinados a la bancarrota después de que los mercados se hundieran, pero se han recuperado desde entonces.
Con todo, sigue habiendo muchas moralejas sobre las compras por un precio excesivo y con demasiado apalancamiento. Por ejemplo, la de Energy Future Holdings, el acuerdo de capital riesgo más importante de la historia que se cerró en el momento álgido del boom de las fusiones en octubre de 2007. La empresa ha sufrido con los bajos precios del gas natural y con su excesiva deuda, y podría verse obligada a reestructurarse este año. Incluso Buffet cometió un error con Energy Future Holdings, en la que invirtió 2.000 millones de dólares. El año pasado reconoció ante los accionistas que la inversión había sido un tremendo error.
“En términos tenísticos”, escribió Buffett, “fue un fallo no forzado importante”.
Con la colaboración de Michael J. de la Merced.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.