Dirigir en el mundo
Tres universitarios pasan una jornada con los ejecutivos de EL PAÍS, Axa y Campofrío Food Group gracias al concurso ‘Consejero delegado por un día’
“Viaja”. “Trabaja un tiempo fuera”. “Enriquécete”. “Abre la mente a otras formas de gestionar”. Son algunas de las recomendaciones que los 15 universitarios ganadores del concurso Consejero delegado por un día escucharon durante la jornada que cada uno de ellos pasó con el ejecutivo de una gran empresa.
Los estudiantes de esta iniciativa, organizada por EL PAÍS y las consultoras Ray Human Capital y Odgers Berndtson, han podido vivir lo que exige una gran compañía: equipos multinacionales, productos para decenas de países, mercados emergentes por descubrir...
“Hoy los negocios son internacionales”, recordó José Luis Sainz, el consejero delegado de EL PAÍS, a la universitaria que lo acompañó. La ventaja, apunta el consejero delegado de Axa en España, Jean-Paul Rignault, es que es posible cambiar de puesto sin cambiar de empresa. Él, por ejemplo, ha trabajado para la aseguradora en Francia, Estados Unidos, Reino Unido y España. “La gente que no tiene miedo a los retos es la que interesa a las empresas”, cree Robert Sharpe, consejero delegado de Campofrío Food Group.
JOSÉ LUIS SAINZ, EL PAÍS
“Vivir en diferentes entornos enriquece”
Claudia González dice que eligió estudiar relaciones internacionales “por auténtica vocación”. Lo que no tiene claro esta universitaria de 21 años es hacia dónde dirigirá sus pasos al terminar la carrera. Le gusta el mundo de la empresa, especialmente si su labor terminara teniendo contenido social. “Pero tampoco me importaría trabajar en el sector público. No como funcionaria, sino en la política”, confiesa. La joven, que pasó un tiempo en Polonia gracias a una beca Erasmus, sabe que su camino tendrá seguramente más paradas en el extranjero. José Luis Sainz, consejero delegado de EL PAÍS y presidente ejecutivo de PRISA Noticias, la anima a viajar y trabajar en otros países un tiempo. “Hay que salir. Los entornos diferentes nos enriquecen. Contribuirá a tu desarrollo como persona”, le asegura.
“Hoy somos locales en un mundo global. Los negocios son internacionales”, le recuerda Sainz a la estudiante. A lo largo de su carrera, asegura el ejecutivo, nunca ha dejado de descubrir cosas nuevas. “Todos los días aprenderás algo. No siempre serán procesos técnicos. Muchas veces aprenderás de las personas. Tienes que ser una esponja”, dice. “Si algún día diriges, deberás pensar siempre que los demás existen. Hay que aprender a liderar. Es algo que se puede cultivar. Y para eso tendrás que entender las relaciones humanas, ser creativa y analítica”, recomienda Sainz.
Claudia pasó su jornada en la sede de EL PAÍS en Madrid. Estuvo en las plantas nobles del edificio, en la vorágine empresarial, pisó la redacción y vio de cerca cómo se hace el periódico. Además, pudo conocer la parte más industrial del proceso, ya que por la mañana visitó la rotativa.
“Tengo la suerte de trabajar en el sector que más me gusta: el de los medios de comunicación. Siempre he disfrutado mucho con mi trabajo”, asegura Sainz. Claudia señala que se siente atraída por los proyectos relacionados con responsabilidad social corporativa que las empresas realizan. “Supongo que puede parecer idealista, pero me gustaría ayudar a que cambien cosas”, confiesa. Quizá, dice, acabe haciéndolo desde su propia empresa. “El emprendedor es el que mueve el mundo. También en la función pública hay gente con una maravillosa vocación de servicio. Lo que no debes hacer es elegir un camino solo por comodidad. Hay que ser dinámico”, recomienda Sainz.
Robert Sharpe, Campofrío Food Group
“Deberás reinventarte constantemente”
Pilar Carnicero, a sus 23 años, está a punto de terminar en la Universidad de Navarra la doble licenciatura en Derecho y Administración y Dirección de Empresas. Acompañó en un maratoniano día a Robert Sharpe, consejero delegado de Campofrío Food Group desde hace cerca de tres años. Sharpe, al final de la jornada, se disculpaba por no hablar bien español. "Sé que tengo que mejorarlo, pero en mi día a día, al ser una empresa con un perfil tan internacional, se habla mucho inglés en las oficinas", señala.
Pilar ha cursado sus estudios en el programa bilingüe y ha trabajado en Estados Unidos, así que no le supuso ningún problema vivir su jornada como consejera delegada por un día en inglés. Para Sharpe, el pilar básico para triunfar está en la pasión por lo que uno hace. "Lo que buscamos las empresas como Campofrío Food Group son personas dispuestas a trabajar duro y que no se conformen con dar lo mínimo exigible, sino lo máximo posible", opina. Pilar coincide. Dice que el sector de la alimentación y el de los productos de consumo le interesan porque le gusta trabajar con cosas que puede ver, tocar e identificarse con ellas. La banca, de momento, le atrae menos. "Valoro mucho en una compañía la meritocracia", añade.
El ejecutivo explica que una de las cosas que les permiten captar talento joven es el hecho de ser una multinacional. Tiene divisiones potentes en España, Estados Unidos, Portugal, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Rumanía... A la hora de buscar trabajo, Pilar no se pone fronteras: irá donde le lleguen las mejores oportunidades. "La gente dispuesta a cambiar, la que no tiene miedo a los retos, es la que más interesa a las empresas. Hoy día es necesario reinventarse constantemente. Y para eso hace falta empuje y valor", le recuerda Sharpe.
En su jornada de ejecutiva por un día en Madrid, Pilar no solo pisó despachos. También se trasladó a Villaverde, a una de las plantas de jamones de la firma. Cree que para dirigir una empresa es importante conocer todos los departamentos, también los de producción. "Yo adoro mi trabajo. Por eso soy afortunado. Siempre se lo repito a mis hijos: debes conseguir dedicarte a algo que te apasione cada día", anima Sharpe.
Jean-Paul Rignault, Axa España
“Cuando todo va mal es más fácil cambiar”
“Soy un producto Axa”, dice el consejero delegado de Axa en España, apenas cuatro meses después de asumir el cargo, pero tras 30 en la aseguradora francesa, en la que ha pasado por casi todos los departamentos. “Cambiar de puesto es vital en una carrera ejecutiva”, sostiene Jean-Paul Rignault. El consejero delegado por un día que se sienta junto a él, el estudiante de Administración y Dirección de Empresas Miguel Alonso Lamamié, tenía previsto desenvolverse en inglés durante la jornada, pero, sorpresa, el nuevo líder de Axa quiere practicar español hasta que lo domine; de hecho, dedica cuatro horas diarias a aprenderlo. “Como director, me parece que hablar español es una obligación”, afirma tajante, mientras describe su estilo de liderazgo, en el que “la comunicación es vital. Hay que estar cerca de los equipos”, recomienda a Miguel, que quiere llegar a ese puesto lo antes posible.
El universitario de 23 años ha participado en el comité de dirección de la entidad y “lo que más me ha sorprendido es la cercanía con que trabajan sus miembros. Yo me lo esperaba más formal y distante”, admite. En la reunión de tres horas y media se han tratado dos temas fundamentales en la estrategia de Axa: cómo avanza el proyecto de simplificación de procesos y cómo desarrollar los canales digitales y el multiacceso. “Las tecnologías van a cambiar la captación de clientes”, advierte Rignault convencido. Miguel reconoce que ha tenido suerte. “Hace un mes no sabía nada de seguros”. Pero sí sabe de tecnología. “Los jóvenes con la cabeza fresca son un valor para las nuevas tecnologías”, le concede el máximo responsable de Axa.
Miguel se lleva la visión de servicio que no ha adquirido durante sus prácticas en una empresa de alimentación. Quiere hacer una carrera directiva y de carácter internacional, lo tiene claro. Y parte con los consejos de Rignault bajo el brazo: “Para crear un equipo se necesita el respeto, pero no protocolo. El papel del consejero delegado es compartir una visión de corto, medio y largo plazo con toda la plantilla”.
Axa está afectada por la crisis, como el sector asegurador en conjunto. Su líder en España dice: “La crisis es un riesgo y ese es nuestro negocio, con lo que tenemos la oportunidad de invertir en productos nuevos para dar al cliente lo que necesita”. “Cuando todo va mal, es más fácil cambiar”, le dice al estudiante de Administración y Dirección de Empresas en Icade, desde donde quiere llegar a una empresa y trabajar un par de años para luego cursar un máster. Es su destino.
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