Londres dividirá los bancos que no separen la actividad inversora y comercial
El ministro británico de Economía, George Osborne, advirtió hoy de que las autoridades reguladoras forzarán la "separación" de los bancos que no aislen adecuadamente las actividades de banca de inversión de las de banca comercial.
Osborne efectuó esas declaraciones durante la presentación en la sede del banco JP Morgan en Bournemouth (sur de Inglaterra) del nuevo proyecto de ley de reforma de ese sector, que comienza hoy a tramitarse ante la Cámara de los Comunes.
El proyecto prevé que, antes de 2019, las entidades deberán establecer un "anillo de protección" en torno a su negocio comercial (cuentas corrientes y de ahorro, hipotecas, préstamos a particulares y empresas etc), que tendrá estatus legal propio y se gestionará de forma independiente a otras actividades más arriesgadas del banco, como las inversiones.
"Mi mensaje a los bancos es claro: si un banco incumple la normativa, el regulador y el Tesoro tendrán poderes para romperlo completamente, separación total, no solo aislamiento", señaló el ministro.
Según Osborne, la nueva ley de Servicios Financieros también evitará que el contribuyente británico, "furioso", dijo, por el comportamiento de la banca, vuelva a financiar el rescate de entidades que corran riesgos con los ahorros de sus clientes.
En su intervención, el ministro advirtió de que ninguna entidad será "demasiado grande" para "no dejarla caer", al tiempo que amenazó con "separar completamente" las divisiones de los bancos británicos que no sigan las nuevas reglas.
El proyecto de ley quiere obligar a las entidades financieras a aislar las actividades de banca de inversión y las de banca comercial, a fin de evitar la quiebra de toda la entidad por culpa de las operaciones más especulativas, por lo que se establecerá un órgano regulador con poderes para penalizar a los infractores.
El ministro recordó que el anterior Gobierno, laborista, "no tuvo otra opción" que "rescatar totalmente" al Royal Bank of Scotland (RBS) y salvar no sólo sus operaciones de banca ordinaria, sino también "sus inversiones en Asia" o "su cartera de hipotecas subprime en América".
"Quiero asegurarme de que la próxima ocasión que un ministro tenga que hacer frente a esa situación disponga de opciones. Que pueda mantener funcionando las sucursales, los cajeros automáticos, dejando que caiga el área de inversión", explicó Osborne.
El pasado diciembre, la comisión del Parlamento británico sobre la banca advirtió de que el proyecto de ley de reforma del Gobierno es insuficiente y "no cumple los requisitos" para evitar futuras crisis.
Esta comisión, dirigida por el diputado conservador Andrew Tyrie, se ha encargado de revisar el borrador de la nueva ley de Servicios Financieros, que el Ejecutivo del también conservador David Cameron tramita desde hoy ante la Cámara de los Comunes.
El proyecto de ley gubernamental se basa a su vez en las recomendaciones hechas por una comisión encabezada por el economista John Vickers, que analizó los defectos de la banca que llevaron a la crisis crediticia de 2008, cuando varias entidades del Reino Unido tuvieron que ser rescatadas.
El informe Vickers fue el que recomendó la separación de las actividades de banca de inversión y banca comercial, a fin de evitar la quiebra de toda la entidad por culpa de las operaciones más especulativas.
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