Eurovegas, el final de la primera cuenta atrás
Tras varios meses revelando a cuentagotas detalles de su proyecto, sólo quedan días para que Sheldon Adelson anuncie la ubicación de Eurovegas, el final de una cuenta atrás que abrirá otras esperas: la primera piedra, la edificación de la primera fase y, aún más lejos en el tiempo, la primera apuesta en los casinos.
El magnate estadounidense ha marcado en todo momento los tiempos y ha negociado con las administraciones españolas mientras políticos, empresarios, ecologistas y ciudadanos se enredaban en un encendido debate a favor o en contra del macrocomplejo.
Han hecho falta años para gestar Eurovegas, pero los últimos ocho meses han sido especialmente intensos, sobre todo desde que el pasado junio los directivos de la compañía de Adelson, Las Vegas Sands, visitaran Barcelona y Madrid para apremiar a sus Gobiernos a que allanaran el camino para invertir en España.
Parecía que antes del verano se iba a conocer la ubicación, pero no fue así: la compañía estadounidense se tomó su tiempo para estudiar los terrenos ofrecidos por catalanes y madrileños, y pasó el estío sin noticias de Adelson.
Septiembre llegó, y con él otra vez la ansiedad a la espera del anuncio, que se produjo el día 8, pero a medias: Madrid es la comunidad elegida, pero sin concretar entre las ofertas de los municipios de Alcorcón y Torrejón-Paracuellos y del barrio madrileño de Valdecarros.
Otra visita de Adelson a Madrid en octubre dio esperanzas para concretar el lugar, pero el propietario de Las Vegas Sands no desveló el ansiado secreto y se limitó a tranquilizar a todos al asegurar que tiene capital para financiar Eurovegas -al menos para la primera de sus tres fases, unos 6.000 millones de euros-, y que esa primera fase comenzaría su construcción en diciembre de 2013.
No obstante, la visita de octubre permitió al magnate reunirse con el Gobierno regional y con el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, quienes instaron a Adelson a llevar a cabo su macroproyecto cuanto antes.
Desde entonces, las administraciones han mostrado su disposición a allanar el terreno para los hoteles, casinos y centros de ocio limando algunas asperezas que hacían al empresario reticente.
Una nueva visita trajo al magnate a Madrid el 13 de diciembre, sin más avances -al menos que se anunciaran- que la voluntad de ratificar, una vez más, la intención de ambas partes de llevar adelante el proyecto.
Varios días después, el 27 de diciembre, el Parlamento madrileño aprobaba la Ley de Acompañamiento, que incluía bonificaciones fiscales e incentivos para los Centros Integrados de Desarrollo.
Dicho de otra forma, para aquellos proyectos que generen inversión y empleo, una categoría que incluye a Eurovegas y también -como ha repetido muchas veces el Gobierno regional- a inversiones extranjeras similares que quieran recalar en la región.
Quedan, con todo, flecos pendientes de resolver, como las supuestas peticiones de Adelson para que se permita fumar en los casinos o la proximidad a un aeropuerto.
Mientras que lo del tabaco ha generado un tira y afloja de opiniones, lo del aeropuerto podría ser más fácil de solventar.
Sin ir más lejos, el Gobierno madrileño dijo en octubre que desde hace tiempo estudia ubicar en la zona sur de la región un aeródromo "especializado en viajes de negocios" y gestionado por una empresa privada, con "coste cero" para la Comunidad -puede ser el de El Álamo-.
De ser así, este aeródromo estaría a tiro de piedra de Eurovegas si el proyecto recalara en los terrenos de Alcorcón.
Cosa que, por otro lado, no extrañaría a Esperanza Aguirre, ya que la expresidenta dijo en septiembre que su "intuición" -de cuyos aciertos siempre hace gala- le dice que Adelson piensa en Alcorcón para su macrocomplejo.
Ya sea Alcorcón, Valdecarros o Torrejón-Paracuellos, lo cierto es que, según el Gobierno regional, el gasto medio por turista en Madrid crecerá un 50 % gracias a Eurovegas (con más visitantes y estancias más largas), y el proyecto permitiría crear más de 250.000 empleos directos e indirectos hasta 2025.
Unas cifras que no convencen a la oposición ni a los sindicatos, y que tampoco han despertado el entusiasmo de los comerciantes madrileños, que están más ilusionados con la candidatura olímpica de Madrid 2020 que con Eurovegas.
La espera para conocer la ubicación llega a su fin, pero habrá que aguardar al menos otros seis meses para ver cómo se coloca la primera piedra y unos cuantos años para hacer la primera apuesta en los nuevos casinos madrileños. Otra cuenta atrás.
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