La recesión provoca una caída “inaudita” de la venta de carburantes en 2012

Falta aún el dato de diciembre, pero con la estadística de los 11 primeros meses del año le basta a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para concluir que "el consumo de carburantes registrará en 2012 la mayor caída anual desde el inicio de la crisis en 2007, consolidándose en niveles de los años noventa". Más aún, la CNE alerta del "impacto sin precedentes de la desaceleración económica" sobre ese consumo, "registrando tasas acumuladas de variación inaudita, del -6%".

Una caída anual del 6% es lo que refleja el informe mensual de la CNE cuando hace referencia a las ventas de carburantes de noviembre respecto al mismo mes de 2011. Cuando lo que calcula es la variación de la gasolina y el gasóleo de automoción consumidos en los once primeros meses de 2012 respecto al mismo periodo del año anterior, la conclusión es aún más contundente: el descenso bordea el 6,5%.

En 2012, el margen empresarial contribuyó a que el precio medio superara al de 2011

El informe del supervisor del sector energético recuerda que mientras se producía ese acusado descenso en el consumo, los precios a los que los conductores compraban gasolina y gasóleo no paraban de subir. "Los precios medios de 2012 están un 8% por encima de los de 2011", recalca la CNE. Un incremento que no se explica solo porque se encareciera la materia prima (la cotización internacional de estos derivados del petróleo). La Comisión vuelve a subrayar que, hasta agosto, las operadoras mantuvieron "un margen bruto de distribución que llega a superar los 20 céntimos por litro, el nivel más elevado en los últimos años", pese a esta "inaudita" caída del consumo.

El informe mensual de la CNE recuerda también el drástico cambio de escenario desde que el ministro de Industria, José Manuel Soria, amenazara a finales de verano a las petroleras con nuevas normas para estimular la competencia en el sector (Repsol, Cepsa y BP controlan el 73% de la distribución), un envite político reforzado en octubre con sendos informes de Competencia y la propia CNE en la que alertaban precisamente de que los elevados márgenes antes de impuestos estaban relacionados con esa falta de competencia.

La presión de Industria hizo bajar el precio antes de impuestos entre septiembre y diciembre

La presión surtió efecto, concluye la CNE. Entre septiembre y diciembre, el margen bruto de distribución (la diferencia entre el precio antes de aplicar impuestos y la cotización internacional de los carburantes) desciende de forma acusada hasta los 14 céntimos de euro por litro, para acercarse algo a la media de la zona euro. De hecho, subraya el supervisor, es una de las pocas veces que ese precio antes de impuestos que aplican las operadoras se sitúa "de forma sostenida" por debajo del precio que habría resultado de aplicar la fórmula que se utilizaba antes de la liberalización del sector, a finales de los años noventa. La teoría dicta que al abrir a la competencia un sector, eso presionaría a la baja sobre los márgenes y, en última instancia, sobre los precios de venta. Que es lo que los supervisores denuncian que, en el caso de la distribución de carburantes, no pasa.

Eso sí, la Comisión Nacional de la Energía pone de relieve otra vez el peculiar método escogido por las petroleras para disminuir la repercusión de los márgenes en el precio final: "Se observa de nuevo un marcado efecto lunes en las tres primeras semanas de diciembre". A lo que el regulador hace referencia es a la curiosa y reciente práctica de las distribuidoras de bajar el precio de forma muy acusada los lunes, para subirlo de forma gradual el resto de la semana, pero sin llegar a alcanzar el precio de la semana anterior. El resultado es un precio medio algo más bajo, pero sobre todo, los lunes. Que es el día en el que los técnicos de la Comisión Europea recogen precios en estaciones de servicio de toda Europa para establecer comparaciones entre países de la zona euro y la UE.

En las dos primeras semanas de enero, las operadoras han vuelto a elevar márgenes

El reciente método de las petroleras españolas, que les daría alguna ventaja en esa comparación europea, tuvo una sonora excepción en diciembre, el lunes que marcaba el Fin de Año: "Destaca la fuerte subida del precio a partir del viernes 28 de diciembre, en el inicio del puente vacacional con un elevado número de desplazamientos por carretera, y que alcanza su valor máximo el día 31 de diciembre". De hecho, el litro de gasolina rondó entonces un precio medio de 1,4 euros y el de gasóleo se acercó a 1,37, tras subir más de dos céntimos.

Además de aprovechar el tirón de demanda del puente, algunas estaciones de servicio también pudieron situar el precio ya al cierre de 2012 en el nivel resultante de aplicar una nueva subida de impuestos, en este caso el fin de la exención fiscal a los biocombustibles que se mezclan en los carburantes. Pero los primeros datos de enero, recopilados por el boletín petrolero de la Comisión Europea, cuentan otra historia: ante la evidencia de que la amenaza de Industria no pasa de ahí, y una vez enfriada la inflación -llegó al 2,9% en noviembre, mes de referencia para actualizar pensiones, gasto que el Gobierno finalmente decidió no afrontar-, la presión sobre los márgenes de las empresas afloja. Y son los precios antes de impuestos los que suben con más fuerza. En los primeros días de enero fueron un 3% mayores que en la última semana de 2012. A mediados de enero la subida semanal fue otra vez del 3% en gasolinas y del 1,5% en gasóleo. No hay datos aún, pero nada indica que el consumo se haya recuperado.