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OBITUARIOS

James Buchanan, Nobel a la revolución conservadora

Aplicó el análisis económico al estudio de la política

James M. Buchanan, Nobel de Economía en 1986.
James M. Buchanan, Nobel de Economía en 1986.MANUEL ESCALERA

James Buchanan, prolífico autor y brillante pensador económico, cuya aplicación del instrumental teórico de la ciencia económica al estudio de la acción política le valió el premio Nobel de Economía en 1986, falleció este miércoles a los 93 años en Blacksburg (Virginia). Las ideas de Buchanan se enmarcan en la denominada teoría de la elección pública, enfoque interdisciplinar a caballo entre la economía, la sociología y la teoría política y del derecho. Buchanan abordó con provocadora originalidad temas como los modelos de votación, la teoría económica constitucional, los incentivos y motivos de los agentes políticos, la hacienda pública o las ventajas que los grupos de presión son capaces de extraer del marco regulativo.

Aunque no puede atribuirse en exclusiva a Buchanan la teoría de la elección pública —que hunde sus raíces en la venerable escuela de economía austríaca de Mises y Hayek— sí fue su defensor más señero desde los años cincuenta del siglo pasado. En sus más de 30 libros —son numerosos los traducidos al castellano, pero no puede dejarse sin citar El cálculo del consenso (Espasa, 1980), coescrito con Gordon Tullock— e incontables artículos e intervenciones inspiró y defendió la agenda que, a partir de los años ochenta, fue la aguja de marear para Thatcher, Reagan y sus herederos: adelgazamiento del sector público y desregulación del juego económico.

James McGill Buchanan nació en Murfreesboro (Tennessee). Se licenció en Economía por la Universidad de Tennessee en 194 y durante la II Guerra Mundial sirvió a las órdenes de Nimitz, comandante de la flota del Pacífico.

En 1948 se doctoró en la Universidad de Chicago, que en aquella época reunía, entre otros muchos notables, a economistas como Milton Friedman, George Stigler o Gary S. Becker; todos los citados acabarían recibiendo el Nobel. Sin embargo, fue otra eminencia liberal que impartía clases en aquel centro, el economista y filósofo social Frank Knight, quien ejercería la influencia directa más importante sobre el autor de El cálculo del consenso. Knight, que fue director de tesis de Buchanan y postuló teorías sobre el beneficio aún presentes en los manuales de economía, aplicaba el enfoque transversal que acabaría caracterizando la obra del propio Buchanan. Este reconocería años después que, si bien había entrado en las aulas de Chicago como socialista convencido, al cabo de unas semanas de escuchar a Knight acabó ganado para la causa del libre mercado.

Tras un breve paso como profesor por la Universidad de Tennessee, en 1951 Buchanan fue nombrado director del departamento de economía de la Universidad del Estado de Florida. Más adelante fue contratado por la de Virginia, donde en 1957 fundó el Thomas Jefferson Center for Studies in Political Economy (al que definía como “comunidad de estudiosos que desean preservar un orden social basado en la libertad individual”), el primero de los varios think tanks conservadores que promovió, dirigió o a los que estuvo asociado durante su dilatada carrera académica; entre ellos el Center for Study of Public Choice o el Cato Institute. Buchanan también impartiría clases en la Universidad Politécnica de Virginia y, a partir de 1983, en la George Mason, igualmente en ese Estado.

Auténtico refundador de la economía política sobre bases liberales, Buchanan tenía una decidida vocación práctica: “La teoría de la elección pública, concebida estrictamente en su versión teórica, no lleva a ninguna parte, carece de objeto o legitimidad”, escribió. No eran palabras hueras. Entre otras numerosas ideas en materia de gestión de la hacienda pública o regulación del juego político, promovió la de anclar los topes al déficit público en el ordenamiento constitucional de las naciones. Cabe recordar que esa limitación del margen de juego presupuestario motivó hace dos años la segunda reforma de la Carta Magna española en sus más de tres décadas de historia.

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