Castillos (y palacios) en el aire
La gestión politizada, las obras y la falta de clientes extranjeros ahogan a Paradores
El marqués de la Vega Inclán, impulsor de la creación del primer parador en 1926, el de Gredos, probablemente no se imaginó que la red de alojamientos de lujo propiedad del Estado llegara un día a tener 94 establecimientos. La idea de ofrecer alojamiento en palacios, conventos y otros edificios singulares, parece que entusiasmó al rey Alfonso XIII, gustó al ministro de Información y Turismo de la dictadura, Manuel Fraga, y ha hecho las delicias de los municipios y provincias que poco a poco se han ido haciendo con uno de estos establecimientos de lujo propiedad del Estado. El problema es que, aunque la empresa pública fue rentable, desde 2008 pierde dinero, casi un pecado en plena crisis. Una red con excesiva dependencia del mercado español, las reformas cuyo coste real se ha disparado muy por encima de lo presupuestado y enormes deudas bancarias han ahogado las cuentas y atizan los rumores de privatización.
La actual dirección de la empresa, cuya consejera delegada es Ángeles Alarcó, ex mujer de Rodrigo Rato y exasesora de Esperanza Aguirre, cree que se ha llegado a un punto sin retorno. Acusa a la anterior cúpula, cuyo presidente era el socialista Miguel Martínez, amigo del anterior presidente José Luis Rodríguez Zapatero, de no gestionar adecuadamente la empresa. Para sanear la cadena, que ha acumulado 77,2 millones de euros en pérdidas y que este año añadirá otros 30 millones a los números rojos, la empresa puso hace 10 días sobre la mesa un expediente de regulación de empleo para 644 empleados. Los representantes sindicales de los trabajadores revelaron además que, entre los papeles del ERE, la dirección señala que planea el cierre de siete establecimientos y la apertura solo siete meses al año de otros 27 hoteles. Los sindicatos temen que haya un objetivo final: privatización.
“Lo que ahora hay sobre la mesa es un estudio muy riguroso sobre la viabilidad de cada Parador desde el análisis de su rentabilidad y su adecuación a la demanda real. Debo aclarar que ninguna de las propuestas de posibles cierres se corresponde con establecimientos que explotan edificios de carácter histórico o monumental”, justifica Juan José Zaballa, director general de Paradores. No aclara cuál será el futuro de los edificios cerrados. “Son propiedad del Patrimonio del Estado”, justifica, y por tanto, cuando acaben las negociaciones con los sindicatos será el Estado “quien debe decidir” qué hacer con ellos.
El Estado inyectó en la cadena de hoteles 46,9 millones en octubre
La cadena estatal se convirtió en 1991 en Paradores de Turismo de España, SA. No solo se trataba de un cambio de nombre: el objetivo era lograr que los hoteles se convirtieran en “una empresa rentable”. Un par de décadas más tarde y tras pasar su gestión por las manos de varias personas vinculados a los partidos políticos del Gobierno de turno, tiene unas pérdidas acumuladas de 77 millones de euros hasta 2011. Sin embargo, los ha amasado en pocos años. En 2008 ganó 1,46 millones de euros. En 2009 ya perdió 24,3 millones. El pasado año la empresa debía ya a los bancos 87,4 millones de euros, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Del total, 52,7 millones eran créditos a corto plazo, que vencían este mismo año, y otros 35 millones a pagar en 2013 y 2014. El propio auditor de las cuentas destacó que la empresa tenía “un fondo de maniobra negativo de 118,4 millones, unas pérdidas acumuladas de años anteriores de 41,6 millones, y pérdidas en el ejercicio de 2011 por valor de 35,6 millones de euros”,
¿Cómo pasó de ganar a perder dinero? Ese año, con España ya inmersa en la crisis, la ocupación cayó tres puntos, hasta el 59% de media. Se perdieron el 5,7% de los ingresos, aumentó la plantilla y subieron los gastos operacionales del 7,6%. Pero lo que en realidad marcó el punto de inflexión fue la puesta en marcha del plan estratégico 2009-2012, que incluía inversiones por valor de 168 millones de euros en 21 paradores. En 2009 se debían destinar 17 millones al parador de Cádiz. La remodelación acabó por suponer una demolición y reconstrucción por parte de Acciona que ha costado más de 40 millones de euros, similar a lo que costó la reforma del Parador de Alcalá de Henares, finalizada en 2009.
Los sindicatos dicen que son ese tipo de obras faraónicas a cuenta de Paradores las que han ahogado la empresa. Las reformas, reconoce Zaballa, director general, “afectan al balance y a la deuda”, pero “no a la cuenta de resultados de la empresa”. Esto último, apunta, se debe a “la dramática caída de la demanda” y la “mala gestión de los gastos hasta 2011”. Además, añade, la “dotación de personal es sustancialmente superior al resto de las cadenas” y la plantilla tiene “serios problemas de flexibilidad”.
Los trabajadores, por su parte, recuerdan que llevan tres años con el sueldo congelado y no tendrán paga de Navidad. “Todo apunta a que la actual dirección está aligerando Paradores para luego buscar una gestión privada o una cadena de hoteles que quiera hacerse cargo”, opina Antonio Ruda, portavoz de la federación de comercio, hostelería y turismo de CC OO. En todo el año, denuncia, la nueva dirección “no se preocupó por buscar demanda para los hoteles”. Y la directiva anterior, señala, también fue un desastre. “Y de esos barros llegan ahora estos lodos”, lamenta.
En 2008 la empresa ganó 1,4 millones; entre 2009 y 2011 perdió 77 millones
Al margen de las obras y unas cúpulas politizadas (otro ejemplo es la dirección de comunicación, antes ocupada por un exjefe de prensa del PSOE y ahora, por una persona con vínculos familiares con el PP), del informe de 2011 se desprenden otras losas que lastran a Paradores en plena recesión: sus habitaciones cuestan 96 euros de media, frente a los 83 del resto del sector, y en 2011 solo un tercio de sus clientes eran extranjeros, lo que significa que la cadena depende fuertemente del cliente español, que cada vez se aprieta más el cinturón. De momento, la empresa ha ampliado capital. Según se publicó en octubre en el BORME, el Estado, único accionista, inyectó 46,9 millones de euros, por lo que el capital es ahora de 166,9 millones ahora.
Por su parte, muchos trabajadores de los hoteles que cerrarán han hecho huelga viernes y sábado. Además, han logrado movilizar a sus Consistorios. En Ayamonte (Huelva), por ejemplo, el alcalde asegura que está “dispuesto a todo” para evitar el cierre de su parador. “Es un drama social y el parador, además, pone a este municipio en el mapa del turismo de calidad”. También en Manzanares (Ciudad Real) o Teruel sus alcaldes trabajan para frenar el cierre. No quieren perder su joya de la corona (pública).
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