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Barceló, un líder nacido de la crisis

El capital riesgo cede el control de Orizonia y da lugar a un gigante turístico

Hotel del grupo Barceló en Sevilla
Hotel del grupo Barceló en Sevilla

En 2006, Carlyle, Vista Capital e ICG pagaron 900 millones de euros por la división de viajes y aviación de Iberostar, una operación en la que pelearon con varios de sus rivales del capital riesgo. Seis años después, tras un ambicioso proceso de crecimiento, Carlyle y sus socios han cedido el control de Orizonia, constituida con los activos adquiridos a Iberostar, al grupo Barceló, por solo 40 millones de euros. Una cifra insólita si tenemos en cuenta que Carlyle (que este año decidió retirarse de Orizonia) y sus socios aspiraban a crear lo que querían que fuera el líder del sector en España.

Orizonia llevó a cabo, entre 2006 y 2010, un rosario de compras y creación de nuevas empresas; se hacía con portales como Viajar.com y Rumbo.es (vendido en noviembre) y mayoristas como Condor. Esto, además de una joint venture con Carnival (Ibercruceros), la fundación de una cadena hotelera (Luabay) y hasta el intento de comprar Marsans en 2009. Pese a estos esfuerzos, la facturación del grupo caía a niveles inferiores a los de 2006, lo que fuentes próximas a la empresa explican “por el súbito deterioro del mercado”.

La situación de la antigua Viajes Iberia, una historia de éxito de la década de los noventa con Miguel Fluxá al frente, llegó a ser tan apurada que Orizonia tuvo que aplazar el pago de las nóminas de noviembre. Fuentes sindicales apuntan que “el grupo ha tenido problemas de tesorería en 2012”, problemas que la directiva trató de soslayar. Mientras negociaba la refinanciación de su deuda de 620 millones de euros con los 11 bancos y 18 fondos de inversión acreedores, el pasado verano, y seguía utilizando su eslogan, “Orizonia, un grupo que crece a cada paso que da”, emitía notas de prensa informando de su crecimiento y planes de expansión fuera de España. Todo ello no pudo disipar los rumores sobre la posible presentación de un concurso de acreedores, un dolor de cabeza para un sector (hoteles, transporte aéreo, etcétera), ya golpeado por la quiebra de Marsans.

El precio de la operación:

La comprobación de esos rumores llegó hace semanas, cuando los bancos acreedores se negaron a refinanciar la deuda y exigieron la entrada de otros socios. Después de rechazar una oferta de Vista Capital y de ICG (que querían asumir la mayoría), aquellos aceptaron, encantados, la oferta de Barceló, que pagará 40 millones por la compañía y asumirá el 20% de la deuda, unos 120 millones de euros.

A priori, nada en las cuentas de Orizonia revelaba una situación tan delicada. El grupo sufría la crisis, pero igual que los demás. Sus ventas han caído desde los 2.457 millones de 2007 a los 2.351 millones del año pasado. Pero esto ha pasado con todos. Las de Globalia han caído de 3.400 a 3.144 millones. La crisis parece haber golpeado a todo el mundo, en especial en 2012. Ahí están los ERE de Iberia, Aena, Globalia, Viajes El Corte Inglés y de la propia división de viajes de Barceló.

Lo específico de Orizonia, que no hizo ningún ERE, es que presenta un EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) insuficiente (de 65 millones en el 2011), lo que, unido a sus pérdidas netas, le hace imposible pagar una deuda 10 veces más grande. Fuentes próximas a la empresa reconocen que “el deterioro de las ventas y el hecho de que sean muy estacionales (verano, Navidad…) hacía difícil cumplir los pagos”. No solo los financieros, sino los operativos, especialmente graves en las agencias de viajes, que deben pagar los billetes de avión por anticipado, bajo el riesgo de que se les cierre el grifo.

Todo indica que los bancos habrían perdido la confianza en la actual dirección de la empresa. Desde que Carlyle y Vista constituyeron Orizonia han pasado por la empresa dos consejeros delegados. El primero, Gabriel Subías, procedente de Iberostar, que tuvo que irse en 2010, es el actual consejero delegado de Barceló Viajes, desde cuyo puesto ha pilotado la entrada de su empresa en Orizonia. Le sucedió José Duato, procedente de Globalia, donde dirigía el negocio mayorista.

El positivo desenlace de la situación ha provocado un respiro de alivio en el sector. La venta a Barceló no solo garantiza el futuro de Orizonia, sino que la integración de las dos empresas dará paso al mayor grupo turístico español, un gigante con 4.000 millones de euros de facturación, 30.000 empleados, 1.400 agencias y 150 hoteles. Además, complementarios: Orizonia aporta el líder mayorista español (Iberojet), Solplan, Viva Tours, Condor… con el 28% de cuota, una fuerte red de agencias de viajes, (1.009 puntos) y una compañía de aviación, Orbest, con siete aviones.

Barceló cuenta, a su vez, con una de las primeras cadenas hoteleras españolas: 140 unidades en 16 países (especialmente en España y Estados Unidos), a los que añadirá los 11 de Orizonia. La red mayorista y de agencias será importante para alimentar la expansión hotelera de Barceló+Orizonia. Y la compañía aérea vendrá también de perlas para los mismos objetivos. Aun cuando reconocen que “las agencias de viajes físicas son un valor declinante”, fuentes próximas a la operación subrayan que “siguen siendo muy importantes, ya que canalizan clientela a los hoteles”.

El grupo tendrá 30.000 empleados, 1.400 agencias y 150 hoteles

Otro factor positivo es que Gabriel Subías conozca al grupo adquirido. “Él estaba en Orizonia y sabe lo que había ahí”, señalan. Estas fuentes añaden que “pocas veces se te ofrece la posibilidad de adquirir un grupo como ese por tan poco dinero”.

¿Desventajas? Que los operadores turísticos de Orizonia están centrados en el emisor español, cuando el gran público de los hoteles de Barceló es norteamericano y europeo. Además, Barceló es más especialista en hoteles que en venta de viajes.

También se especula en el sector si Barceló podrá integrar felizmente a Orizonia. El grupo ha llevado a cabo alianzas sin grandes resultados. El caso de la creación de Grubarges, una sociedad patrimonial con FCC y el BBVA, liquidada en 2004; la venta de su división de viajes a la británica Firts Choice, a cambio de entrar en su accionariado, revertida en 2003, o su alianza patrimonial con Fadesa, deshecha en 2007 con la compra por Barceló de los hoteles propiedad de la joint venture.

El desenlace no deja en buena situación al capital riesgo. Aun cuando muchos de los problemas de la empresa son achacables a la crisis económica y del sector, estas dificultades se han visto agravadas por una deuda de más de 600 millones, que procede en buena parte del apalancamiento realizado por las tres sociedades de capital riesgo cuando adquirieron Orizonia, una operación en la que pusieron 100 millones y solicitaron 800 millones en crédito. La elección de Barceló por los bancos parece confirmar que estos confían más, ahora, en las capacidades de gestión de un líder del sector que en las habilidades financieras de un potentado como Carlyle, una sociedad de capital riesgo que gestiona 175.000 millones de dólares invertidos en más de 200 compañías, entre ellas las españolas Applus, Arsys o Telecable de Asturias.

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