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Las constructoras se buscan la vida fuera

El sector trata de paliar el deterioro de sus cuentas vendiendo activos y compitiendo en el exterior

Autopista Sant Cugat-Terrassa-Manresa, de la que Ferrovial es concesionaria.
Autopista Sant Cugat-Terrassa-Manresa, de la que Ferrovial es concesionaria.

Son cinco años largos de aguantar el chaparrón de la crisis, y en las cuentas de resultados de las constructoras menudean los charcos y las grietas. Las seis grandes cotizadas españolas —Acciona, ACS, FCC, Ferrovial, OHL y Sacyr Vallehermoso— han perdido en los nueve primeros meses en conjunto 973 millones de euros, frente a un beneficio de 1.972 millones registrado en el mismo periodo de 2011. Todas están vendiendo activos —participaciones en Repsol, en Iberdrola, aeropuertos, etcétera— que no hace mucho tiempo eran las joyas de su patrimonio, y en los últimos meses trascienden discrepancias entre los socios principales de varios de estos grupos.

Las restricciones presupuestarias, la asfixia crediticia, los impagos, la morosidad y la losa de sus deudas explican el calvario que atraviesan. Su búsqueda desesperada —y con cierto éxito, por otra parte— de contratos en los mercados internacionales (los pedidos pendientes de ejecutar alcanzan los 185.000 millones y suponen el 72% de su cartera), sucesivos ajustes y reestructuraciones y la enajenación de activos sostienen mal que bien el tinglado. Mejor en unos grupos que en otros.

ACS, el grupo que preside Florentino Pérez, registró hasta el 30 de septiembre números rojos por importe de 1.099 millones, frente a unos beneficios de 739 millones en el mismo periodo de 2011, debido, sobre todo, a unas minusvalías de 599 millones derivadas de la venta del 3,7% de Iberdrola y al ajuste del valor del 13,7% restante, además de los costes relacionados con la refinanciación del pasivo asociado a esta inversión.

Acciona, ACS, FCC, Ferrovial, OHL y Sacyr Vallehermoso han perdido en los nueve primeros meses en conjunto 973 millones de euros

La caída de los beneficios contrasta con el incremento de sus ventas: un 56%, hasta 28.468 millones. Pérez, que persigue desde hace tiempo una mayor integración de su filial Hochtief en ACS, ha logrado esta semana el nombramiento como consejero delegado de la constructora alemana de Marcelino Fernández Verdes, su mano derecha, que hasta ahora había tenido como cometido reducir los sobrecostes relacionados con proyectos de infraestructuras de la filial australiana Leighton, que provocaron que la compañía alemana cerrase 2011 con pérdidas. El nombramiento, sin embargo, ha levantado recelos en medios alemanes, que temen que ACS haga caja con algunas divisiones de Hochtief.

ACS, que obtiene el 82% de sus ingresos en mercados internacionales, contaba con una cartera de obra a 30 de septiembre de 66.865 millones. Su deuda se situó en 9.214 millones, y tiene pendiente de refinanciar 1.436 millones en 2013 y 1.302 millones en 2014. La incertidumbre sobre el reparto de dividendos, tras cancelar en agosto el primer pago a cargo de los resultados de 2012, preocupa a los mayores socios de Pérez —los March y los Albertos.

Sacyr, por su parte, registró una pérdida de 701,4 millones en los nueve primeros meses, frente a unas ganancias de 120 millones en igual periodo de 2011, debido al ajuste de su inversión en Repsol tras la expropiación de YPF. La cifra de negocio de este grupo descendió un 12,5% entre enero y septiembre, hasta 2.649,6 millones de euros. La facturación creció en todas sus actividades, excepto en las de promoción y construcción. Los mercados exteriores le aportan el 40% de su facturación y más del 51% en el negocio de construcción. La cartera de ingresos futuros se situó a 30 de septiembre en 39.878 millones (el 54% en el exterior).

Las restricciones presupuestarias, la asfixia crediticia, los impagos, la morosidad y la losa de sus deudas explican el calvario que atraviesan

La deuda neta de Sacyr al cierre del tercer trimestre seguía por las nubes, 8.821 millones, aunque se redujo un 22,5%. El grupo prevé, sin embargo, una rebaja en los próximos meses de su endeudamiento por el negocio inmobiliario. Manuel Manrique, su presidente, ha adelantado a los analistas que pretende colocar parte de la deuda, concretamente la que fue prestada por entidades hoy intervenidas, al recién creado banco malo, la Sareb. La deuda financiera de su inmobiliaria Vallehermoso asciende a 1.306 millones.

FCC redujo también un 77,5% su beneficio de los nueve primeros meses, hasta 40,1 millones, debido a una fuerte caída en la actividad de infraestructuras y en el consumo de cemento en España y a la crisis internacional. Durante el periodo, sin embargo, FCC ha incrementado su internacionalización con una facturación de 4.689 millones, un 6,6% más que en 2011, que supone el 57% del total de sus ingresos. En cuanto al objetivo de reducir deuda, según su director financiero, FCC prevé que cerrará el año en el entorno de los 6.200 millones, un importe similar al de un año antes. No obstante, el endeudamiento podría ser inferior si el Gobierno pone en marcha una segunda ronda del plan de pago a proveedores, dado que reportaría al grupo entre 300 y 400 millones. FCC ultima estos días un nuevo plan estratégico hasta 2015.

Acciona también ha sufrido una fuerte caída, un 63,7%, en su beneficio neto (114 millones). El grupo matiza que sin los extraordinarios procedentes de las plusvalías obtenidas en los nueve primeros meses de 2011 por las ventas de concesiones en Chile y aparcamientos, el beneficio hubiera crecido un 49,4%.

La facturación de Acciona ascendió a 5.165 millones, un 7,7% más, gracias al comportamiento de sus negocios de energía y agua, que compensan la caída de ingresos en infraestructura (un 3,9% menos) e inmobiliario (un 39,5% menos). El grupo de la familia Entrecanales, que tenía un 10% más de endeudamiento a 30 de septiembre, ha reducido en un 33% sus inversiones por la incertidumbre que pesa sobre el negocio de renovables en España y por la crisis del sector de las infraestructuras. Acciona invierte ya 6 de cada 10 euros en el exterior.

Ferrovial, el grupo controlado por la familia Del Pino, ha incrementado ligeramente su beneficio neto hasta el 30 de septiembre, que asciende a 489 millones, respecto a 2011, y también su cifra de ventas. Respecto a sus distintos negocios, en servicios ha seguido compensando, como en trimestres previos, su latente debilidad en España (caída del 5% en las ventas) con el crecimiento internacional (un 21% más), y en construcción ha registrado mejoras en resultado operativo y márgenes, aunque con un importante descenso en la cartera de pedidos. En el negocio de autopistas a Ferrovial le va bien en sus concesiones de EE UU y Canadá, pero sufre un fuerte castigo en España. Su deuda ha aumentado en 438 millones desde el cierre de 2011.

La palma, en los resultados de los nueve primeros meses, se la lleva OHL. Ganó 148 millones de euros, un 33% más que en 2011, gracias a sus negocios concesionales y a los mercados internacionales, y también por las plusvalías (42 millones) que ha obtenido con la venta de Inima, su filial de medioambiente.

Este grupo, que ha acordado con Abertis la próxima cesión de sus autopistas en Brasil y Chile a cambio del 10% del capital de la concesionaria, facturó 3.823 millones en los nueve primeros meses, un 9,3% más que en igual periodo de 2011. OHL ha experimentado un aumento del 35,8% en su cartera de pedidos, hasta 8.412 millones (y un 78% de los proyectos corresponde a clientes internacionales). El endeudamiento financiero neto de OHL ha crecido un 18% entre enero y septiembre, hasta 6.034 millones de euros.

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