Jaime Cortés, impulsor del éxito del turismo balear
Trabajó en la expansión del grupo Iberostar, del que fue vicepresidente
El ejecutivo hotelero, Jaime Cortés Miró, que hasta su jubilación fue vicepresidente del grupo turístico multinacional Iberostar, propiedad de la familia Fluxá, falleció el viernes en Palma a los 74 años después de padecer un cáncer que le afectó los cuatro últimos años de su vida. Sumamente cordial e irónico, Cortés se curtió desde abajo en el complejo negocio del ocio y las vacaciones. Pasó por los diferentes escalones y servicios, se formó en el extranjero y protagonizó —casi siempre en la sombra— el fabuloso éxito económico que fue desde los sesenta hasta 2000 el boom turístico de sol y playa. Cortés, experto en protocolo, fue esencialmente un alto cargo, no un negociante.
Era un gestor de empresa, un estratega en las negociaciones para la expansión y diversificación de Iberostar, con apertura de operadores, operadores minoristas, compañía aérea y más establecimientos en nuevos destinos. Desde la dirección del histórico hotel Victoria del paseo Marítimo de Palma se posicionó como la mano derecha de Miguel Fluxá, presidente y líder del conglomerado de empresas nacido de la pequeña agencia de viajes Iberia, que adquirió en los años cincuenta el patriarca empresario zapatero, Lorenzo Fluxá. Del empuje legendario de los Fluxá —ya en la cuarta generación— derivan otras dos ramas industriales y de marcas familiares, las renombradas zapateras Camper y Lotousse. Iberostar es de nuevo una cadena hotelera.
Jaime, Met para algunos amigos, al ser homenajeado meses atrás por su trayectoria en el fomento del turismo, en un parlamento público, breve y directo, rindió tributo “a los cientos de colaboradores” con los que había trabajado a lo largo de los años. Miquel Capellà, abogado que codo con codo con Cortés asesoró parte de la internacionalización hotelera determinó ayer: “Iberostar no sería lo que es si al lado de Miguel Fluxá no hubiera estado un personaje clave como el desaparecido”. Cortés Miró, tenía la sensibilidad y la conciencia cultural del trabajo en humildad. Había nacido en una familia de una minoría social en la que el éxito era complicado. Duro y hábil, acreditó su fama en las negociaciones de contratos y líneas de financiación.
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