Millones de indonesios en huelga piden protección social y subida salarial
Las cifras de participación varían desde menos de dos millones hasta cerca de tres millones de personas, según las faciliten las autoridades o los sindicatos.
Una de las compañías más afectadas ha sido la petrolera pública Pertamina, que tuvo que paralizar la producción de sus plantas de gas en Yakarta y Bekasi porque la mayoría de la plantilla no acudió a trabajar.
Entre las demandas de los huelguistas destaca la petición de que el Gobierno revise la ley que permite a las empresas contratar a trabajadores temporales por periodos de un año sin beneficios como el seguro sanitario.
El propio Tribunal Constitucional indonesio proclamó el pasado enero que este modelo de contratos es inconstitucional y vulnera los derechos de los trabajadores.
"Pedimos la abolición de este sistema de contratación, un aumento salarial y un seguro sanitario para todos los trabajadores para 2014, en vez de 2019, la fecha que tiene prevista el Gobierno", reclamó Said Iqbal, dirigente de la Asamblea Indonesia del Trabajo.
La concentración más numerosa correspondió a Yakarta, donde se congregaron más de 20.000 huelguistas ante el despliegue de unos 10.000 agentes del orden.
Otras manifestaciones multitudinarias tuvieron lugar en Bogor, Surabaya, Medan o Makassar, entre otras grandes ciudades del archipiélago.
Las asociaciones de trabajadores advirtieron a las autoridades y las empresas de que si no se atienden sus reclamaciones proseguirán las huelgas y las protestas durante todo octubre.
La Federación de los Trabajadores del Metal de Indonesia amenazó con cortar las carreteras de Yakarta y provocar el caos logístico en la capital si el Ejecutivo no atiende sus demandas.
Según datos de la Agencia Estatal de Estadística, el número de trabajadores en Indonesia alcanzó los 120 millones a principios de año, mientras que la tasa de paro se ha reducido hasta el 6,3 por ciento de la población activa.
No obstante, unos 32 millones de indonesios, un 13 por ciento de la población, vive por debajo del umbral de la pobreza, según el Banco Mundial, y el salario mínimo actual se sitúa en 1,5 millones de rupias al mes (156 dólares o 120 euros).
Los huelguistas consideran que este sueldo no es suficiente y piden que el Ejecutivo lo incremente.
"Un trabajador necesita un salario mínimo de 3,7 millones de rupias al mes en Yakarta para tener una vida digna", declaró un manifestante a una televisión local.
Ralenti, un huelguista de la ciudad de Bekasi, reclamó que los obreros sean tratados "como humanos y no como robots" y exigió "sueldos apropiados y cobertura sanitaria para todos los asalariados".
Las manifestaciones más importantes se produjeron en los polígonos industriales de las afueras de Yakarta, que concentran gran parte de la actividad manufacturera del país y cuentan con la presencia de numerosas multinacionales.
En vista de las masivas protestas, la Cámara de Comercio de Indonesia instó al Gobierno a posicionarse del lado de los empresarios, que defienden que los contratos temporales son una parte necesaria de la economía indonesia.
Fahmi Idris, presidente del consejo asesor de la citada cámara de comercio, apoyó la subcontratación y afirmó que los empleados, tras finalizar su contrato temporal en una factoría, no pierden su trabajo sino que regresan a la empresa matriz.
Paula Regueira Leal
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