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ENTREVISTA: PEDRO PÉREZ-LLORCA

“El nivel ético de la banca es el mismo que hay en la sociedad”

El director del bufete Pérez-Llorca asegura que en tiempos glaciación hay que "cazar en la nieve"

Miguel Ángel García Vega
Pedro Pérez-Llorca posa en la terraza de la sede del bufete que dirige, en la calle de Alcalá de Madrid.
Pedro Pérez-Llorca posa en la terraza de la sede del bufete que dirige, en la calle de Alcalá de Madrid.CRISTÓBAL MANUEL

Anda estos días Pedro Pérez-Llorca (Madrid, 1968) enfrascado entre Análisis V y Estadística, las dos asignaturas que le faltan para terminar, "por fin" —reconoce con alivio— la licenciatura de Matemáticas en la UNED. Son dos saberes exigentes que le reclaman un tiempo que debe robar a viajes, esperas en aeropuertos y fines de semana. Aprender es un ejercicio de esfuerzo (también es licenciado en Económicas y Empresariales por CUNEF), al igual que convivir con el peso del apellido. El actual director del bufete Pérez-Llorca es hijo de José Pedro Pérez-Llorca, uno de los siete padres de la Constitución. De él, sin duda, ha heredado la habilidad para narrar y el gusto por las metáforas y las imágenes en la conversación. "Estamos en una glaciación y hace falta acostumbrarse a cazar en la nieve", aventura sobre la economía española.

Pregunta. ¿Cómo está yendo el año en el bufete?

Respuesta. Nos va bien. Este verano superaremos por primera vez la cifra de cien abogados. Y además tenemos mucho trabajo.

P. Profesionalmente, ¿es el ejercicio más difícil que recuerda?

R. No. Para nosotros el más complicado fue 2009, que es cuando vimos más incertidumbre e inactividad. Por el contrario, 2008 resultó fácil, porque cuando las cosas cambian y se derrumban hay mucho trabajo para los abogados.

P. Colegas suyos se quejan de la tremenda y, a su juicio, desleal guerra de precios que vive el sector desde hace ya tiempo.

R. Yo no me quejo. Nosotros hacemos una aproximación económica. La demanda de nuestros servicios ha disminuido y la oferta no, y esto, según enseña la teoría económica, determina una bajada de precios. Y estos los fija el mercado, y no están en nuestra mano. Por lo tanto, hay que hacerlo lo mejor posible en los niveles que establece el mercado.

P. ¿Se puede ser mediano y sobrevivir en su sector o es obligatorio tener un gran tamaño?

R. Desde luego que sí. Lo que no se puede es no crecer. Lo importante no es el tamaño que tengas, sino que aumente un poco cada año. Esto es lo que creemos. No es lo que piensan muchos de nuestros colegas, pero en esta casa se ve así. Una organización como la nuestra, o crece, aunque sea de forma modesta, o es muy difícil de mantener.

P. ¿Tienen alguna compra en el horizonte?

R. No tenemos nada previsto, aunque hay muchas oportunidades en el mercado. Estamos logrando crecer orgánicamente dentro de un sector que no crece.

P. ¿Fusionarse está descartado?

R. No lo tenemos sobre la mesa, y no nos hace falta.

P. Siempre han estado muy cerca de las cajas de ahorros. De hecho, han participado en los últimos tiempos en diversos procesos de fusión de estas entidades. ¿Se imaginaba que su situación económica era tan mala como hemos visto?

R. No me lo imaginaba. El problema fundamental que tienen es que sus clientes no les pagan. Hay que reconocer que la crisis es culpa de muchos, no solo de cuatro. Seguro que ha habido errores de regulación y de legislación en la Administración, así como en la toma de riesgos de los bancos y las cajas, pero también hay muchas compañías que no han pagado sus deudas. No se puede hablar de un problema que estaba oculto y que se lleva incubando cuatro años. Es un proceso gradual.

P. ¿Se ha cerrado en falso la reforma del sistema financiero?

R. Ahora es fácil decir cuáles son los fallos en las reformas que desde 2008 se están dando en el sistema financiero. El error ha sido la timidez. Hay dos formas de abordar los problemas. Una es a la carga. Y otra, más continental, que es a las trincheras. Cuando esto empezó, en la mayoría de los países de Europa continental, incluyendo el nuestro, la reacción fue atrincherarse tanto por parte de los Gobiernos como de las entidades. Y se hizo mal. Habría sido mejor una solución a la carga: adelantarse a los problemas.

P. También hemos presenciado muchos comportamientos en las cajas y en algunos bancos muy difíciles de asumir. ¿Existe una pérdida de valores éticos en el sistema financiero?

R. [Una pausa larga] La hay. Ha habido comportamientos claramente incorrectos. Y algunos de esos casos están en los tribunales. Pero no soy partidario de demonizar al sector financiero. El nivel ético que tiene es un reflejo del que existe en la sociedad.

P. En vista de los escándalos que estamos viendo, parece que en el área de derecho penal económico nos les faltará trabajo...

R. Sí. Es una de las cosas que hemos hecho en los últimos cuatro años: abrir una rama de penal económico, y nos va bastante bien. Estamos muy contentos y tenemos mucho trabajo.

P. ¿Eso es bueno o malo?

R. Ni bueno ni malo. Una vez más, es un reflejo de la sociedad.

P. ¿Les han pedido consejo sus clientes para repatriar capitales aprovechando la amnistía fiscal?

R. Por supuesto. Todos los despachos que tienen una actividad fiscal o tributaria están recibiendo preguntas.

P. ¿Muchas o pocas?

R. Bastantes.

P. ¿Qué áreas del bufete podrán aportar más a la cuenta de resultados este año?

R. Durante los últimos ejercicios la actividad que más ha crecido es aquella que no tiene que ver con operaciones, pues no necesita financiación. Han aumentado muchos litigios, arbitrajes, cuestiones de derecho público, penal económico y laboral. Pero no nos podemos dormir y pensar que hay unas áreas que pueden crecer y otras que no. Tenemos una cuota discreta. Somos más pequeños que la competencia, y esto es algo que cuando el mercado crece poco la gente lo valora mucho.

P. Muchas empresas presumen de presencia en el exterior y ustedes siguen anclados en España. ¿No es un riesgo?

R. Somos muy internacionales en el tipo de trabajo que hacemos y en los clientes. Cuestión distinta es si para seguir teniendo actividad fuera necesitas abrir oficinas en el exterior. Aquí se puede distinguir entre la estrategia imperial y la taoísta, que consiste en no hacer nada. Nosotros hemos seguido una estrategia taoísta. En algún momento tendremos que ser más imperiales, o sea, agresivos, pero no a corto plazo.

P. ¿Cómo se está viendo a España desde fuera?

R. Pues mal. Hay dos actitudes dominantes. Una es el desinterés. Es la menos hiriente: "España no está entre nuestras prioridades" o "en este momento no nos planteamos ninguna inversión". Pero alguna cosa peor hemos oído, como: "Mira, no le quiero dedicar tiempo a hablar de España". Luego hay otra actitud en algunas personas, sobre todo en el mundo anglosajón. Entronca con la afición histórica de que los del norte siempre lo hacen bien y los del sur, mal; de ahí surgen los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España). Ordenar así el acrónimo no fue casualidad.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

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