“El obstáculo para la economía es que ahora nadie se fía de nadie”
"El 71% de las escuelas de negocios imparten ética y RSC cuando en 2001 eran el 34%"
Para David Thomas, un negocio nunca será próspero si mira solo el beneficio que aporta a los bolsillos de sus ejecutivos, sin tener en cuenta la comunidad. Es el decano de la escuela de negocios McDonough, un centro que tiene un acuerdo de colaboración con Esade y que pertenece a la Universidad de Georgetown, prestigiosa institución de Estados Unidos fundada en 1789 que ha educado a presidentes, magnates y príncipes. “Georgetown tenía una escuela de servicio diplomático antes de que el propio Estados Unidos tuviera un cuerpo diplomático”, apunta Thomas. Las escuelas de negocios, reconoce, tienen su porción de responsabilidad en la crisis. Con más ética, defiende, quizá no habrían evitado todo el desastre financiero, pero habrían permitido una respuesta más sólida.
Pregunta. ¿Qué grado de responsabilidad tienen las escuelas de negocios en esta crisis?
Respuesta. Creo que las escuelas de negocios tienen la responsabilidad de formar adecuadamente a los estudiantes que pasan por ellas en materias relacionadas con la ética. Es lo que en Georgetown gira alrededor del principio del liderazgo. Todos debemos ser críticos, porque en el pasado quizá todo se centró más en la idea de crear valor para los accionistas, y lo que hay que hacer es dar valor a otros participantes, como la comunidad, los trabajadores… Debemos asumir cierta responsabilidad por eso.
P. ¿Algo ha cambiado?
R. Las estadísticas señalan que hoy día el 79% de las escuelas de negocios exigen a sus alumnos que sigan algún tipo de asignatura relacionada con la ética, los negocios y la sociedad o responsabilidad social corporativa (RSC). En 2001, ese nivel era de solo el 34% de las escuelas. Así que ha habido un cambio.
P. ¿Y qué ocurre con el 21% de las escuelas que aún dan la espalda a la responsabilidad?
R. Creo que ese 21% supone una amenaza para la integridad y la reputación de las escuelas de negocios y sus estudiantes. Soy consciente de que no se puede coger a una persona sin ética y volverla una persona ética con un curso. Pero creo que si miras muchas de las violaciones a la ética que se han llevado a cabo en los negocios, no son en muchos casos cuestiones de blanco o negro. Eran decisiones que estaban en una línea fina entre ambas cosas. Y lo que necesitamos es gente que sea capaz de mirar con una perspectiva ética y responsable, y preguntarse: ¿cuál es mi obligación como profesional? Que sean capaces de ver, más allá del producto, cuál será el impacto que tendrá en la comunidad o en los empleados.
P. ¿Cuál es el peso que le otorgan a la ética en Georgetown?
R. La responsabilidad social corporativa y la ética en el sentido de trabajar como intersección entre la empresa y la comunidad es una idea que está incluida en la programación de todas las etapas. Por ejemplo, nuestros alumnos de grado deben realizar un curso de responsabilidad social corporativa para poder graduarse. Para los alumnos de MBA \[master in business administration\] hemos realizado un cambio curricular más profundo. Tienen un programa sobre principios de liderazgo en la sociedad y la empresa. Se tienen en cuenta las decisiones que otros líderes tomaron en el pasado, se trata de explicar su impacto social y su impacto económico, así como los efectos que causaron en la comunidad. Creo que en cuestión de innovación, Georgetown va más allá que otras escuelas que puedan incorporar algo de ética en sus cursos y decir a los alumnos: “Esto es lo que debes hacer o lo que no debes hacer”. Lo que nosotros queremos transmitir es que el liderazgo supone valores y una conexión con la comunidad. Creo que tenemos la ventaja de contar con una tradición jesuita.
P. ¿Cree que si hace 10 años el 79% de las escuelas hubiera tenido contenidos de ética, la economía estaría donde está?
R. Creo que probablemente estaríamos en una mejor situación. Creo, sobre todo, que seríamos capaces de dar una mejor respuesta a la situación. No se trata solo de si se cometieron errores, de si caminábamos a ciegas con productos peligrosos... Se trata de dar la respuesta que hay que dar. Hay que encontrar soluciones adecuadas rápido. Pero ahora, uno de los principales obstáculos con los que nos enfrentamos es cómo encontrar la solución, porque ya nadie confía en nadie. Políticos, empresarios, trabajadores... Nadie se fía de nadie. Creo que se podría haber evitado si una proporción mayor de gente de negocios hubiera sido educada en la necesidad de aceptar responsabilidades y no se asustara por tener que decir que hubo fallos y que hay que enmendarlos. Un hombre de principios sabe hacer las cosas bien, pero sobre todo sabe aceptar responsabilidades. Eso es el liderazgo.
P. ¿Puede alguien hoy dirigir una gran corporación sin tener un MBA?
R. Sí. Si miras a los ejecutivos de grandes empresas, verás ingenieros, abogados, médicos... El tipo de educación de negocios más habitual que ves en Estados Unidos es el MBA. Creo que para el mundo de la empresa, las habilidades son importantes, y las escuelas de negocios tienen algo que ofrecer en ese sentido. Pero en la executive education \[programas a medida para ejecutivos o empresas\] se potencian estas habilidades, sobre todo en comparación con los estudios de grado. Muchas empresas tienen ejecutivos sin MBA y les ofrecen executive education.
P. España tiene grandes escuelas de negocios, pero ni sus empresas ni su economía son las más brillantes ahora. ¿No le parece contradictorio?
R. No conozco con exactitud la situación de la regulación empresarial o financiera en España. Ni el entorno para hacer negocios. Pero en líneas generales, es importante para un país que quiere buenas empresas que haya una cultura del emprendimiento. Hay que preguntarse si las estructuras de tasas, la apertura del mercado o las políticas son las adecuadas para el crecimiento. Los elementos de la macroeconomía pueden afectar más que los MBA que tengan las personas.
P. Las solicitudes para cursar MBA caen en Europa. ¿Cuestión de precio? ¿Reputación?
R. En EE UU, la demanda también es más débil. Pero en nuestra escuela han aumentado las solicitudes. En los últimos años, la educación de negocios superior se ha convertido en una commodity \[artículo básico de consumo\]. Por eso la gente la valora menos. Cuando la demanda general es menor, es importante ofrecer algo con valor añadido.
P. ¿La manera de hacer negocios será diferente tras la crisis?
R. Si ese 79% de escuelas que hoy están incluyendo en sus programas la ética y la responsabilidad social corporativa forman a personas que entiendan la importancia de la comunidad y su responsabilidad en la sociedad, y forman verdaderos líderes, las perspectivas serán buenas.
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