“Si el sistema quiebra, prefiero estar en un banco grande”
La crisis de Bankia causa inquietud entre los clientes, que temen por sus ahorros
El principal activo de Bankia para evitar la fuga de clientes reside en que la entidad financiera, la cuarta del país, es demasiado grande para dejarla caer. Esa es la opinión que comparten algunos ahorradores preguntados para este reportaje. "No creo que quiebre", afirma Víctor Rivero frente a una sucursal en la calle de Alcalá de Madrid. "Soy cliente, de momento al menos", advierte. Pero, por si acaso, ha tomado la opción que muchos clientes de otros bancos —no solo Bankia— han elegido desde el inicio de la crisis: poner parte de su dinero en otra entidad para reducir riesgos.
"Hace tres semanas pasé mis ahorros a otro banco y he dejado la cuenta de Bankia solo para gastos", añade Rivero, que no confía en que su dinero esté del todo garantizado. En caso de quiebra de una entidad la ley estipula que el Fondo de Garantía de Depósitos, un instrumento financiado por las propias entidades, cubrirá hasta 100.000 euros por ahorrador y banco. "Ese fondo está seco; no se podrían cubrir todos los depósitos", añade. Esa hucha cuenta en la actualidad con 2.350 millones de euros de patrimonio y recibe unos 2.000 millones al año, aunque tiene comprometidos prácticamente la totalidad de sus fondos en los recientes rescates que ha llevado a cabo el Banco de España. "Hay que diversificar", concluye tras sacar dinero de un cajero de Bankia del centro de Madrid.
Similar estrategia tiene Borja Chirivella, cliente de Valencia, que tiene su dinero en más de una entidad: "Ahora el dinero solo está casi al 100% seguro en el colchón. Si el sistema tiene que quebrar, prefiero estar en un banco grande, porque el Gobierno no va a dejar que una entidad sistémica caiga".
Otros clientes confiesan que están poco informados, pero que confían en el sistema. "No sé nada de nada, pero doy por hecho que está todo controlado. Tengo todo mi dinero aquí", admite Carolina Granizo, frente a otra sucursal. En el interior, una de las empleadas comenta: "No vemos que la gente esté sacando más dinero del normal; estamos explicando a los clientes cuál es la situación y confían en nosotros", añade. "Esta es la cuarta entidad de España, y la gente lo sabe", remacha.
La cúpula de la caja ha enviado instrucciones a los jefes de zona y directores de oficina para prevenir cualquier ola de pánico de los clientes. Entre los mensajes figuraba el de desmentir rotundamente que los planes para sanear el grupo fueran una intervención, que la dimisión de Rodrigo Rato era una decisión personal y que la solvencia de la entidad estaba garantizada.
Desconfianza
Los recursos gestionados de clientes, incluidos los depósitos, del grupo consolidado BFA (matriz de Bankia) cayeron un 8% en diciembre pasado respecto al mismo mes de 2010, hasta 228.173 millones, debido a que se sacó del balance al Banco de Valencia, según la entidad. En cambio, los depósitos de Bankia crecieron un 7,3%, hasta los 155.338 millones, en el mismo periodo.
La mayoría de los clientes consultados conocen, con mayor o menor detalle, los planes del Gobierno para una eventual inyección de dinero público en el grupo financiero (10 millones de clientes y unos 400.000 accionistas) que estará entre los 7.000 y 10.000 millones de euros.
Uno de los clientes que ha sido informado esta mañana de la situación del banco explica: "Nos han tranquilizado. Soy pensionista y soy muy pesimista respecto al futuro de la economía". El jubilado, que prefiere no dar su nombre, asegura que en Bankia tiene "los ahorros de toda una vida" y que el director de la sucursal le ha asegurado que su plan de pensiones está a salvo.
Cambio de banco
Sentado en un banco del parque leyendo el periódico, Eusebio Maeso confiesa que no lo tiene claro. "Estoy pensando en cambiar de banco. Aquí tengo mi pensión, mis ahorros... pero ¿dónde meto el dinero?", se pregunta. "No puede ser que dejen caer a Bankia", dice Maeso, que tiene 81 años y es cliente desde pequeño, "desde que la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid te daba 15 céntimos por abrir una cartilla de ahorros".
A pocos metros, en otra sucursal de la capital, Cristina Prieto acaba de hacer unas gestiones relacionadas con sus cuentas. "Ni siquiera he preguntado por la situación del banco", dice Prieto, que desde que llegó a España procedente de Malabo hace 23 años es cliente de la entidad. "Quiero creer lo que dicen y que nuestros ahorros no peligran. Además, si lo saco de aquí, ¿dónde lo llevo?", añade. "Cuando las cosas van mal, van mal para todos".
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