España no consigue colocar el túnel por los Pirineos entre las prioridades de la UE
Los socios dan preferencia a las conexiones ferroviarias del eje mediterráneo y el País Vasco El Gobierno español, que recuperó la propuesta central al llegar al poder, seguirá insistiendo
El Consejo de Ministros de la Unión Europea ha dado este jueves el visto bueno político a la batería de proyectos prioritarios de la Red Europa de Transporte, que debe de estar concluida de aquí a 2030, sin incluir diversos planes de última hora presentados por el nuevo Gobierno español, entre ellos, el ambicionado Corredor Ferroviario Central, que idealmente debería cruzar los Pirineos por Huesca. Bruselas ratifica por tanto la decisión tomada el pasado octubre, cuando señaló que el corredor mediterráneo (desde Portbou a Algeciras por el litoral) y el eje atlántico (desde Portugal a Francia por Valladolid y Vitoria) serán las principales prioridades que apoyará económicamente en España.
Siim Kallas, el comisario de Transportes, dejó claro cómo están las cosas al señalar que entiende que cambios de Gobierno supongan cambios en los proyectos, pero “tuvimos negociaciones muy difíciles con el Gobierno español, yo mismo negocie con el entonces ministro Blanco, y llegamos a un acuerdo”, tras un año de discusiones. “Algunos elementos no pueden cambiarse. No podemos crear el precedente de iniciar de nuevos las negociaciones sobre la red”.
En esa tesis coincidieron todos los Gobiernos, menos el español. “El Gobierno de España no puede compartir la propuesta actual de la Comisión porque con ella no se asegura el acceso equilibrado de todas las regiones al espacio europeo al queda excluidos algunos itinerarios y algunos nodos que para nosotros son fundamentales y vertebradores”, ha explicado en conferencia de prensa la ministra Ana Pastor.
A las prioridades pactadas por el anterior Ejecutivo, esencialmente los corredores atlántico y mediterráneo, Pastor quiso añadir Zaragoza como plataforma logística; el puerto de Vigo, el mayor puerto pesquero de Europa; los aeropuertos de Alicante, Málaga, Gran Canaria y Tenerife Sur, por su aportación al sector turístico, y “el túnel central a través de los Pirineos, importante y vertebrador”. Sólo consiguió la inclusión de Zaragoza en la futura red básica europea.
La decisión política de los ministros queda supeditada a una financiación que está por ver. “Lo importante son las perspectivas financieras y en ese tenemos que trabajar”, dice la ministra en referencia a los planes presupuestarios de la UE por presentar y debatir para el periodo 2014-2020. Su aparente intención es hacer presión a través del Parlamento Europeo, estrategia a la que medios parlamentarios no auguran ningún éxito.
La oposición socialista critica la actuación del Gobierno y anuncia que le pedirá explicaciones en Cámara parlamentaria por el desaire sufrido por España en Bruselas. Rafael Simancas hace notar que no se pueden presentar nuevas demandas de la noche a la mañana y sin discusión previa con la Comisión. El diputado, portavoz en la Comisión de Fomento del Congreso, subraya, además, que Pastor viajó sin haber buscado el apoyo parlamentario a sus planes.
Simancas asegura el corredor central se mantiene como fue concebido por el anterior GobiErno, desde Algeciras a Zaragoza, donde se bifurca para cruzar la frontera por Gerona o por Guipúzcoa. Como la financiación europea de los proyectos suele cubrir entre el 10% y el 20% del presupuesto total y deja para los Gobiernos el grueso de la factura, el portavoz socialista desafía a la ministra: “Si las obras que ha planteado son tan importantes, que las incluya en su propio presupuesto”.
Las prioridades de Bruselas
La Comisión Europea, al igual que los países de la Unión Europea, tiene que apretarse el cinturón. El presupuesto no es ilimitado. El pasado año decidió revisar las prioridades en materia de infraestructura. En el apartado de obras ferroviarias, revisó la lista de líneas consideradas como prioritarias, por su utilidad para la toda la Unión Europa. Dibujó la llamada red básica, cuyos trazados recibirían apoyo económico comunitario, siempre que el país al que pertenezca también se comprometa con su financiación.
Para la revisión, España y el entonces ministro de Fomento José Blanco, decidió que España elevara cinco propuestas. Hasta llegar a ese punto, administraciones autonómicas y locales, empresarios y grupos de presión realizaron una carrera de fondo con el fin de colocar sus proyectos entre los elegidos. Finalmente, en octubre Bruselas tomó una decisión: La Unión Europea apostó por los cinco ejes ferroviarios para mercancías que España puso sobre la mesa. Sin embargo, El corredor mediterráneo y el eje atlántico tendrían prioridad a la hora de recibir fondos, porque forman parte de los diez grandes ejes transeuropeos seleccionados.
De este modo, el corredor central quedaba incorporado en parte (desde Andalucía hasta Madrid), pero su tramo final, la llamada Travesía Central del Pirineo (un nuevo túnel transpirenaico) quedaba fuera de la lista de prioridades. Para disgusto de los aragoneses, la Comisión Europea lo aparcó, al menos, hasta después de 2030. Una decisión que Bruselas ha ratificado hoy, pese a la insistencia de la actual ministra de Fomento, Ana Pastor, que exige que se vuelva a revisar la lista para que incluyera todas las opciones.
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