BBVA despedirá a 1.265 personas y cerrará 314 oficinas al integrar Unnim
La entidad tendrá un impacto en capital de 900 millones y gastará 200 millones en despidos y cierres En 2014 confía en obtener 100 millones de ganancias con la caja catalana
La reestructuración financiera tiene varias virtudes, según el Gobierno: creará entidades fuertes y capaces de dar préstamos (aunque no por ahora); recuperará la confianza de los inversores internacionales en la banca y mejorará el gobierno corporativo de las peores entidades. Pero pasará factura en el empleo. Ayer el BBVA anunció la suya: la integración de la red del banco con la de Unnim supondrá el despido del 20% de su plantilla en Cataluña y un 30% de las oficinas, según dijo ayer a los analistas el director de BBVA España, Juan Asúa.
El grupo que preside Francisco González sumará en Cataluña unas 1.048 oficinas y 6.328 empleados una vez se complete la integración, prevista para el primer semestre de 2013. Es decir, la fusión supondrá el cierre de 314 sucursales y la reducción de plantilla en unas 1.265 personas. La entidad gastará unos 200 millones en la integración en 2013, entre las indemnizaciones, clausuras e inversión en sistemas informáticos.
A cambio, el BBVA espera ahorrar el 40% de los costes actuales de Unnim para 2014, una cifra que podría situarse en unos 160 millones, aunque la entidad no la concretó.
En la conferencia ante los analistas (no hubo ninguna ante los medios de comunicación), el banco respondió a varias cuestiones sobre por qué invertir más en España, un país en recesión con un mercado financiero saturado de oficinas. La entidad quiso alejar fantasmas al destacar que Unnim está prácticamente solo en Cataluña, una región con enorme potencial económico y con gran número de empresas exportadoras. “La región representa el 19% de la economía de España, el 16% de la población del país, un 23% de la industria del turismo y un 25% de las exportaciones”, resaltó la entidad. En el mercado se considera que, con esta compra, el BBVA deja de estar obligado a acudir al rescate de otras cajas con problemas, que todas ellas son más grandes. “Se ha llevado la más pequeña y ha cumplido. Ha sido una buena jugada”, comentaba ayer un directivo.
Al día siguiente de una compra, siempre se destacan las bondades de la operación. El BBVA resaltó que la adquisición de Unnim, fruto de la fusión de las cajas de Sabadell, Terrasa y Manlleu, supone una adquisición barata de cuota de mercado en Cataluña. Según el BBVA, tras la adquisición elevará su cuota de mercado en crédito al 16,6%, alcanzará una cuota del 12,1% en depósitos minoristas e incrementará su volumen de negocio hasta el 15,3%. Su volumen de créditos ascenderá a 53.200 millones y los activos sumarán 65.200 millones.
La entidad espera que la integración de Unnim tendrá un impacto positivo en sus resultados a partir de 2014, con una estimación de beneficios para ese año de más de 100 millones. La absorción de Unnim al precio de un euro supondrá un incremento de provisiones de unos 1.300 millones. Esta cantidad es similar al riesgo de potencial morosidad que admite la entidad, por lo que el efecto será casi neutro.
El BBVA admite que la absorción tendrá un coste o consumo de capital de unos 900 millones. Unnim sumará 10.000 millones de activos ponderados por riesgo al BBVA, que al 9% de capital, suponen esos 900 millones.
El BBVA ha adquirido la caja por un euro con un refuerzo de 953 millones del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), según el esquema de la operación organizada por Nomura. La entidad solo afrontará el 20% de la morosidad de la cartera de créditos problemáticos, que asciende a 5.500 millones, es decir, 1.100 millones. El 80% restante de la morosidad correrá a cargo del FGD de la banca. El BBVA está convencido de que podrá meter presión a la maquinaria de Unnim, cuyas oficinas operan con la mitad de los clientes que el BBVA y menos productos. Los ingresos de 1999 por separado de las tres cajas incluidas en Unnim eran similares a los actuales, según Íñigo Vega, analista de CA Cheuvreux. Una gran prueba de la ineficiencia de Unnim.
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