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Unicaja quiere recibir ayudas públicas para cerrar la fusión con Caja España

La ‘reforma Guindos’ hace difícil asumir la operación para la caja andaluza

Íñigo de Barrón

Hace ya ocho meses que Unicaja y Caja España-Duero iniciaron oficialmente las conversaciones para su fusión. En septiembre de 2011, las respectivas asambleas de las cajas aprobaron el proceso. Pero el 2 de febrero pasado, todos los planes saltaron por los aires. La reforma financiera impulsada por el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha disparado las necesidades de capital y provisiones de la caja castellanoleonesa.

La fuerte posición de Caja España-Duero en promoción inmobiliaria y suelo son un lastre que ha provocado que Unicaja condicione la fusión a la recepción de ayudas públicas. Fuentes oficiales de ambas entidades manifestaron ayer que mantienen el proceso de fusión, aunque admitieron que las nuevas provisiones han dificultado todo el proceso. No obstante, dentro de la entidad andaluza cada día son más los que dudan de que la fusión acabe siendo una realidad.

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Según fuentes financieras, la entidad presidida por Braulio Medel vería con buenos ojos el establecimiento de un esquema de protección de activos (EPA). Esta figura supone que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) o el fondo de rescate, FROB, asumieran una gran parte de los morosos que pudieran aparecer en el futuro. En la compra de la CAM por parte del Sabadell, el compromiso es que el FGD se quedará con el 80% de los créditos malos. El Banco de España no parece dispuesto a aceptar esta posibilidad, porque condiciona el EPA a que haya una subasta pública. Algunas fuentes comentan que podría necesitar unos 800 millones de EPA.

También se barajan otras posibilidades, como podría ser convertir el FROB 1, el recibido en 2010 por Caja España (525 millones) en capital para sanear la entidad. Esta operación podría realizarla Caja España, de forma previa a la fusión.

Algunos directivos consideran que Caja España, que preside Evaristo del Canto, podría convertir esos 525 millones en bonos contingentes convertibles (cocos, en el argot financiero), que están recogidos en la reforma Guindos. Según el ministro, estos títulos de renta fija se pueden utilizar para inyectar recursos en las entidades que emprenden procesos de fusión. El problema es que no se ha determinado cuál será la rentabilidad que tendrá que pagar Caja España por esta inyección. Según el Gobierno, este respaldo no se puede considerar dinero público, porque estos instrumentos híbridos se emitirán “a precios de mercado”. Algunas fuentes creen que Bruselas podría pedir cerca del 10% de rentabilidad.

Se pide un esquema de protección de activos o bonos convertibles

También podrían facilitar la operación las exenciones fiscales y la prórroga en el calendario para realizar las nuevas provisiones, pero aquí no parece que exista mucho campo de actuación. La nueva legislación laboral juega a favor de la fusión porque la reducción de plantilla (uno de los grandes problemas de Caja España) se podría hacer a menor coste.

La caja andaluza parte de la posición de que ella podría continuar por sí misma sin la fusión. Algo que no ocurre en el caso de Caja España. No obstante, Unicaja tiene un tamaño insuficiente para continuar adelante, ya que sus activos solo suman 35.000 millones, lo que le sitúa actualmente en uno de los últimos puestos en el ranking de bancos y cajas.

Si Unicaja se retira, deberá haber otra interesada

¿Cuál sería el siguiente paso si Unicaja no quiere la fusión? Es difícil decirlo, pero podría haber otras entidades dispuestas a cerrar una operación. Lo único seguro es que la entidad castellanoleonesa no puede seguir sola. Según sus datos, precisan 638 millones en dotaciones y 502 millones en capital, total 1.140 millones. Ellos mismos afirmaron que la consecución de estos objetivos están condicionados a la fusión con Unicaja. Es decir, si nadie se fusionara con Caja España, podría ser subastada.

La entidad presidida por Medel comentó que la reforma Guindos le provocará necesidades de 691 millones en provisones extraordinarias, pero “solo quedan por cubrir 109 millones” por su capacidad interna para obtener los recursos.

Las dos entidades dicen continuar con el proceso de unión

Como ha ocurrido en otras ocasiones, Unicaja, que ya intentó quedarse con CCM y Cajasur y no lo consiguió, no quiere sorpresas en el negocio inmobiliario. La entidad castellanoleonesa encara la fusión con una cartera de suelo que supone el 34% del total de créditos a promotores y constructores. Esta ascendía a 6.797 millones a finales del pasado septiembre. De ellos, 2.306 millones son préstamos a suelo.

En cuanto a los activos adjudicados, destacan los edificios terminados con 479 millones y el suelo, con 375 millones. La morosidad en el sector inmobiliario y de construcción asciende al 14,36%, hasta septiembre pasado.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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