La Autoridad Bancaria Europea renuncia a hacer este año pruebas a la banca
Las próximas pruebas de resistencia se realizarán en 2013 Los dos anteriores ejercicios fracasaron por el mal diseño La EBA cree que las medidas de recapitalización no frenarán el crédito
La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) ha renunciado a realizar este año pruebas de resistencia a la banca, según ha informado a través de un comunicado. Los próximos stress test tendrán lugar en 2013, según ha comunicado.
La EBA se centrará este año en vigilar que las entidades cumplen con sus necesidades de recapitalización. Por ahora, el supervisor europeo se da por satisfecho con los planes de recapitalización que ha recibido y sostiene que apenas frenarán el crédito a la economía real.
Las dos anteriores rondas de pruebas de resistencia fueron un fracaso. Las primeras, realizadas en 2010, perdieron credibilidad después de que las aprobara la quebrada banca irlandesa. Las segundas quedaron en entredicho con la crisis de Dexia, una de las entidades que había sacado mejor nota en el examen.
La Autoridad Bancaria Europea ha anunciado que este año no habrá pruebas al tiempo que ha valorado positivamente los planes de recapitalización de la banca para cumplir con el mínimo del 9% de capital de máxima calidad (core tier 1), más un colchón para las minusvalías latentes en la cartera de deuda.
En la recapitalización solo se captarán unos 20.000 millones en nuevo capital y reservas
Según la EBA, las medidas anunciadas por la banca no restringirán el crédito. Los bancos han presentado planes que suponen reforzar su solvencia en un 26% más que la cifra inicialmente exigida. Del total de medidas, un 77% refuerzan el capital y el otro 23% lo que hacen es reducir los activos ponderados por riesgo (lo que rebaja la necesidad de capital). El impacto de las medidas que pueden reducir el crédito a la economía real sería menos del 1% del total, según este primer análisis.
Las cuentas de la EBA están hechas para bancos que necesitan un total de 78.000 millones de euros, porque no se toma en cuenta a la banca griega y porque hay otros tres (Öesterreichische Volksbank, Dexia y WestLB) que están en proceso de reestructuración, a los que ya no se exige ese 9%.
La cifra de la EBA estaba bastante inflada porque a la hora de calcular las necesidades de capital no tomaba en cuenta algunos instrumentos (como bonos obligatoriamente convertibles en acciones) que luego sí contaban a la hora de remediar esa escasez de capital. Incluso con eso, solo un 26% de los 78.000 millones de euros, es decir, unos 20.000 millones, se logran a través de ampliaciones de capital y reservas. Un 23% será a través de reducción de activos. La tercera partida por importancia, con un 22%, es la conversión de instrumentos híbridos (como las participaciones preferentes) en acciones y bonos convertibles. Otro 16% será la simple generación de beneficios por parte de los bancos.
Ahora comienza el análisis a fondo de los planes de recapitalización. La EBA, en coordinación con los supervisores nacionales, puede poner objeciones en algunos de ellos e ir revisando la ejecución, siempre con la vista puesta en que se alcance el listón del 9% en junio.
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