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La crisis del euro

El Tesoro español paga por la deuda a un año un 5%, el tipo más alto desde 1997

El aumento de la desconfianza sobre la eurozona y el contagio de los problemas de Italia obligan al Estado a elevar con fuerza la rentabilidad de las letras a 12 y 18 meses sobre el 5%. -Pese a la incertidumbre, la demanda se mantiene fuerte

El Tesoro español se ha visto obligado hoy a pagar por sus letras a 12 y 18 meses el precio más alto desde el año 1997, antes de la incorporación de España al euro, por el aumento de la desconfianza sobre la deuda soberana en Europa. Según fuentes del mercado, el Estado ha comprometido por la deuda a un año, con la que ha logrado vender 2.600 millones, un interés máximo del 5,2%, muy por encima del 3,608% que abonó hace un mes y un tipo desconocido desde hace 14 años. En los títulos a 18 meses, con los que ha colocado 557 millones, la rentabilidad exigida por los inversores se ha ido al 5,32%, también superior al 3,86% de octubre y el interés más alto desde 1997. Con estos 3.160 millones, el Tesoro se queda cerca del objetivo máximo de la subasta, fijado en 3.500 millones, y ha registrado una fuerte demanda, lo que arroja un elemento positivo entre tanto dato que abona el pesimismo sobre una pronta salida de la crisis.

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Del primer lado, mirando el vaso medio lleno, los inversores han solicitado 2,13 veces más de letras a un año que las ofertadas. Mientras, en los títulos a 18 meses, la demanda se ha disparado hasta rozar una ratio de cobertura de seis veces. Este factor pone de relieve que pese a la incertidumbre, los inversores siguen confiando en España, aunque los altos rendimientos siempre ayudan a dejar a un lado las dudas. De hecho, la abultada diferencia entre el tipo medio de la subasta a 12 meses (del 5,022%) frente al marginal (que es el último antes de cerrar la operación y que se ha ido al 5,20%) apunta a que la demanda ha sido más abultada en el tramo de precios altos. En cualquier caso, la ratio de demanda que ha tenido el Tesoro contrasta con el apetito de los inversores por la deuda italiana, ya que su homólogo italiano se tuvo que contentar ayer con un volumen de solicitudes por sus títulos que solo superó a los vendidos en 1,4 veces.

Mientras, por lo que respecta al segundo apartado, al de las malas noticias, el repunte de la rentabilidad en las letras españolas ha sido el más abultado desde el inicio de la crisis de deuda por el desbordamiento de los problemas en Grecia. Así, desde principios de 2010 hasta hoy nunca se había registrado un avance de 151 puntos básicos entre subasta y subasta de los títulos a un año, operaciones que se realizan aproximadamente cada mes. A 18 meses, el salto ha sido de 146 puntos, un diferencial que tampoco se había producido desde el inicio de las turbulencias en los mercados de deuda.

Este salto se explica porque la subasta ha tenido lugar con la prima que exigen los inversores por los bonos españoles a 10 años, que son los que sirven de pista para el conjunto de la deuda de un país, en máximos. El diferencial entre los bonos a 10 años españoles frente a los alemanes, que a su vez son la referencia para el resto de países del euro por su estabilidad, está por primera vez desde la puesta en marcha del euro sobre los 450 puntos básicos. El incremento de las dudas que arroja el repunte de este indicador, conocido como prima de riesgo, ha pasado factura al Tesoro, que junto a la cita de hoy tiene previsto volver al mercado el jueves para vender hasta 4.000 millones en deuda con vencimiento en 2021.

El resultado de la operación de hoy, asimismo, retrotae al Tesoro y a los inversores a la situación del pasado verano, cuando precisamente se establecieron los anteriores récords en la prima de riesgo y en la rentabilidad exigida a los bonos españoles (de 424 puntos básicos en la prima y del 6,4% en la rentabilidad de los títulos con vencimiento en 2021). De hecho, en julio, España ya tuvo que pagar el precio más alto en 14 años por su deuda a 10 años, con lo que la historia se repite.

Con vistas al jueves, cuando vuelve a emitir este mismo tipo de títulos, deberá ofrecer un 6,3%, que es el precio al que se mueven hoy sus bonos en el mercado secundario, donde se intercambian los bonos una vez emitidos. Con los bonos con vencimiento en 2021 cotizando a este interés y si se mantienen las tensiones, España volverá a verse forzada a comprometer la rentabilidad más alta desde 1997 por ellos. Este titular, que hasta ahora y con la excepción de julio el Tesoro había logrado esquivar, está siendo un habitual para Italia, país que ahora centra las sospechas de los mercados.

Por otra parte, la rentabilidad a la que se ha cerrado la subasta pulveriza el interés de los superdepósitos y pagarés que ofrecen los bancos españoles, quienes llevan desde hace meses inmersos en una guerra por el pasivo de los clientes como vía alternativa para financiarse ante el cierre de los mercados tradicionales. También rivaliza con la emisión de los conocidos como bonos patrióticos de las comunidades, que pagan un interés similar.

Pero, ¿en qué afecta el repunte de los intereses en el Estado? De momento, España paga un interés medio del 3,96% por toda su deuda a cierre de septiembre, lo que aunque se trata del nivel más alto desde 2008 supone un valor bajo frente a los abonados desde el año 2000. Pese a ello, dado el aumento del volumen total de deuda pública, que ha pasado de situarse por debajo del 45% del PIB en 2009 al 67% a final de año (más de 570.000 millones de euros), la factura por el pago de los intereses asociados a este pasivo se ha convertido en la segunda partida más abultada de los presupuestos. Por este motivo, si la tendencia al alza en los tipos no se revierte, las rentabilidades elevadas que está afrontando ahora el Tesoro acabarán más temprano que tarde trasladándose al coste total de la deuda, lo que amenaza con comerse el ahorro logrado con las duras medidas de ajuste y recortes decididos por el Gobierno.

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