Grecia no cumplirá este año los objetivos de déficit marcados por la 'troika'
El Gobierno de Papandreu estima que acabará el año con un 8,5% de déficit, muy lejos del 7,6% que le pide el FMI y la UE.- Los ministros de la eurozona analizan hoy en Luxemburgo las medidas de ajuste adoptadas por Grecia
En Grecia, la realidad ya ha desbordado todas las expectativas. La situación económica es peor de lo previsto. El agujero en las cuentas públicas es más profundo. Y el Gobierno se ve en la necesidad de acelerar los recortes, que amenazan con alimentar la recesión. El Ministerio de Finanzas admitió ayer que ni este año ni el siguiente va a cumplir los objetivos de déficit que había acordado con los tres organismos que en mayo del año pasado salieron a su rescate: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea. "Nos quedan tres meses críticos para terminar el año", anunció en un comunicado el ministro de Finanzas, Evangelos Vanizelos.
En paralelo, los ministros de Economía de la eurozona examinarán este lunes en Luxemburgo las nuevas medidas de ajuste adoptadas por Grecia a cambio de su rescate, pero no desbloquearán la ayuda urgente de 8.000 millones de euros que Atenas necesita para no suspender pagos en octubre. El retraso se debe a que todavía no está listo el informe de los inspectores de la UE y el Fondo Monetario Internacional que debe certificar si Grecia cumple las condiciones.
En los Presupuestos que ayer envió al Parlamento, el Gobierno heleno admite que en lugar del 7,6% de déficit al que se había comprometido, los números rojos finalmente subirán este año al 8,5% del PIB. Además, este objetivo tampoco está asegurado. Venizelos dijo que es alcanzable si "el mecanismo del Estado y los ciudadanos responden adecuadamente".
Para el año próximo también se aleja la perspectiva de reducir el desajuste fiscal hasta el 6,5%. La nueva previsión eleva este porcentaje tres décimas. Los tres organismos -la denominada y en Atenas demonizada troika- analizan estos días si Grecia cumple o no con las condiciones del plan de rescate y tiene que autorizar en las próximas semanas el nuevo tramo del préstamo -8.000 millones en este caso- que el Gobierno necesita para pagar a médicos o maestros.
Un recesión más dura
Las nuevas previsiones se asientan sobre una certidumbre: la recesión está siendo y va a ser mucho más dura de lo previsto. El Gobierno ya comparte el pronóstico del FMI: la economía se contraerá este año un 5,5% y un 2% el próximo. Estas cifras son mucho más pesimistas de las que se emplearon para diseñar el segundo plan de rescate, aprobado el pasado mes de julio, donde se esperaba que el despegue comenzara en 2012. "Es evidente que ni este año ni el siguiente vamos a crecer. Y nadie sabe cuándo vamos a salir del túnel. Todo el mundo es muy pesimista. Cada día se ven más tiendas cerradas. Más gente pierde sus empleos. Y el Gobierno trata de exprimir demasiado a los contribuyentes, que ya no pueden más", asegura por teléfono desde Atenas Gkikas Jardoúvalis, economista que a principios de la pasada década dirigió la oficina económica del ex primer ministro Kostas Simitis.
Los nuevos Presupuestos no solo admiten que el país va a crecer menos y que el déficit va a ser mayor, también ponen en marcha los recortes que Atenas había pactado con la troika y que amenazan con soliviantar a una sociedad ya exhausta. Las arcas públicas necesitan 6.600 millones más este año y el siguiente. Y para ello, entre otras medidas, se aprueba el traslado a la "reserva" de 30.000 funcionarios. Cobrarán el 60% de su sueldo durante un año . Tras este periodo, los que no se hayan reconvertido ni hayan encontrado un puesto en la empresa perderán su puesto de trabajo. Una situación muy peligrosa en un país en el que la cifra de paro oficial acaba de superar el 16%; y la real es bastante superior.
Para explicar los nuevos pronósticos, el Gobierno insiste en que la economía ha evolucionado peor de lo previsto. Los críticos recuerdan a Papandreu que a mediados del año pasado perdió un tiempo precioso, cuando abandonó el ímpetu reformista que le invadió tras la aprobación del rescate en mayo de 2010. "Impulsaron las reformas los primeros meses. Pero luego, cuando tenían que haber aprobado medidas perjudiciales para ciertos sectores e intereses, lo paralizaron. Ahora ya saben que no tienen más tiempo para juegos", concluye Jardoúvalis.
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