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Trichet insta a Italia a cumplir su plan de objetivos contra el déficit

La prima de riesgo española llega a 307 puntos básicos y la italiana a 320 en otra jornada de dudas

Los devaneos de Italia y su plan contra el déficit, modificado ya varias veces, no están gustando al presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet. El francés ha subrayado la importancia de que el Gobierno italiano cumpla con los objetivos anunciados sobre la reducción del déficit y de mejora y flexibilización de su economía. En una entrevista publicada por el diario económico "Il Sole 24 Ore", Trichet señala que las medidas anunciadas por el Ejecutivo italiano el pasado 5 de agosto son "muy" importantes para lograr esos objetivos y que es "esencial" que la mejora de las finanzas públicas sea "confirmada y concretada plenamente".

"Esto es decisivo para consolidar y reforzar la credibilidad de la estrategia italiana y el compromiso del Gobierno italiano de resarcir sus deudas", agrega. Trichet subraya que su mensaje "es claro: es básico que se introduzcan todas aquellas medidas capaces de permitir expresarse a medio plazo al potencial italiano. Actualmente hay un potencial inmenso que no se aprovecha como debería".

Las palabras de Trichet remarcan la desconfianza que se respira en los mercados secundarios de deuda soberana. La prima de riesgo (que marca el sobrecoste que los Estados han de pagar para financiarse con respecto a Alemania, la que menos paga de la zona euro por la seguridad de sus bonos) italiana ha escalado hasta los 320 puntos básicos, mientras que la española, que va de la mano, sube hasta 307. Son niveles que no se veían desde que el BCE empezó a comprar deuda de ambos países en el mercado secundario.

Tampoco ayudan las previsiones de Grecia, que no va a cumplir este año su objetivo de déficit -fijado en el 7,6%- según ha confirmado el ministro de Finanzas heleno, Evángelos Vénizélos, y además su PIB se va a contraer alrededor de un 5% frente al 3,8% que se había estimado en principio. El ministro griego ha confirmado además que los inspectores internacionales de la UE y del FMI han abandonado Grecia antes de la fecha prevista -el próximo lunes- pero ha desmentido que haya habido una ruptura en las conversacones, como habían señalado algunos medios. Vénizélos ha descartado que se puedan imponer más recortes presupuestarios adicionales después de los drásticos recortes aprobados por el Parlamento a finales de junio, y ha afirmado que la troika volverá a Atenas en 10 días para continuar con la evaluación de las finanzas griegas.

La CE reconoce su preocupación por el plan de ajuste italiano

Trichet no es el único que muestra ciertos nervios ante el futuro de Italia y los vaivenes del Ejecutivo de Berlusconi. La Comisión Europea (CE) ha reconocido también su preocupación por el plan de ajuste italiano: "Estamos preocupados por la importante dependencia de la lucha contra la evasión fiscal en la nueva propuesta" de ajuste, ha declarado el portavoz de Economía de la CE, Amadeu Altafaj. "La efectividad de las medidas en este área es siempre muy difícil de evaluar", ha añadido.

Por ello, ha apuntado que en el próximo presupuesto del Estado "las medidas de fomento del crecimiento deberían ser más preeminentes", como por ejemplo una mayor liberalización de los servicios públicos a nivel local o del funcionamiento de las profesiones. Aún así, el portavoz económico de la CE ha dicho que en Bruselas no se espera que el objetivo de déficit para los próximos años, aprobado por el Gobierno durante agosto, sea modificado durante el debate parlamentario.

Altafaj ha recordado la política habitual de la CE de esperar a ver qué aprueba finalmente el Parlamento antes de hacer un análisis detallado. "Esperaremos al texto final para hacer un examen completo", ha dicho. El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, habló a última hora de ayer con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sobre el proceso de aprobación de las medidas.

El Gobierno italiano aprobó el pasado 12 de agosto un plan de ajuste 45.000 millones de euros, pero desde entonces ha habido numerosas enmiendas, que rebajan la ambición de las medidas, ante las críticas que el proyecto recibió tanto a la izquierda como a la derecha del Ejecutivo. El objetivo es alcanzar el equilibrio presupuestario en 2013, pero los últimos cambios introducidos al plan han acentuado la lucha contra el déficit fiscal a fin de evitar algunas medidas que no eran del agrado de la Liga Norte, socio parlamentario de Berlusconi.

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