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El FMI insta a los Gobiernos a prepararse para una escasez de petróleo

El organismo hace cálculos sobre el impacto en la creciente carestía del crudo

Rápido incremento de la demanda en las economías emergentes y moderación en el crecimiento del suministro. Eso, para cualquier producto, es sinónimo de alza de precios. Y cuando se trata del petróleo, el encarecimiento representa un riesgo para la economía. El Fondo Monetario Internacional dice que el impacto a medio plazo será "relativamente pequeño". Pero podría ser mayor.

El FMI calcula que el crecimiento económico global podría verse reducido en un cuarto de punto anual si el suministro de petróleo se estanca y crece a un ritmo del 0,8%, en lugar del 1,8%. "Es prematuro para concluir que tendrá un efecto mayor", ha dicho Thomas Helbling, economista del organismo. La semana próxima, el FMI celebra su cumbre en Washington.

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La última proyección del Fondo anticipaba un crecimiento medio de la economía mundial del 4,6% para el periodo 2011-2015. La próxima semana publicará su nueva previsión, que tendrá en cuenta el efecto del terremoto en Japón y la tensión en los países del Norte África y Oriente Medio. Helbling constata que la producción de crudo va por debajo a la demanda.

Eso, en la jerga del FMI, significa que se vive ya "un periodo de escasez" que explica el persistente incremento del precio del barril del petróleo desde 2000. Helbling no solo habla de estancamiento en la producción de crudo. Además, advierte que "no se va a recuperar la tendencia de crecimiento -en el suministro- vivida en 1980 y 1990". Situación que se agrava con la poca elasticidad de los mercados ante choques a corto y medio plazo.

Su afirmación deja muchas puertas abiertas. De hecho, a reglón seguido, el FMI admite que el efecto de la escasez de crudo puede ser "más significativo". Y en este punto cita la inestabilidad geopolítica en el Magreb como el principal factor de riesgos que puede llevar a un cambio abrupto y más severo. En ese escenario, el impacto será "claramente mayor".

El barril de Brent, de referencia en Europa, superó los 100 dólares en enero y ahora está sobre los 120 dólares. También se encareció el precio de otras materias primas, hasta superar el máximo de tres años. Si la tensión actual se intensifica, sea por la fuerte demanda, por constricciones en el suministro o en la capacidad, el FMI habla de que los mercados podrían vivir una situación como en 2007 y 2008.

Si la disrupción provoca que el suministro baje 3,8 puntos, en lugar de uno como espera en su escenario más optimista, se comerá entonces casi un punto porcentual del crecimiento global, según la proyección más extrema del FMI. La preocupación, por tanto, es real en un momento en el que la economía global sigue mostrando puntos claros de vulnerabilidad.

Es el escenario incierto que pinta el organismo en el capítulo analítico del informe de primavera, dedicado a analizar cómo las economías se adaptan al nuevo escenario. El impacto de un precio persistentemente alto del combustible fósil no sólo se sentirá en el crecimiento. Además, explican los economistas, irá acompañado de un incremento en la brecha en la balanza de pagos.

El relator ha alertado del riesgo para la estabilidad financiera de estos shocks. El FMI urge por eso que se adopten políticas que faciliten el ajuste a cambios inesperados en la disponibilidad de petróleo, como el desarrollo de fuentes alternativas de energía, e insiste en la necesidad de avanzar en la reforma financiera para gestionar mejor el incremento en el flujo de capital.

El petróleo es la materia prima más exportada. El FMI estima en 1,8 billones de dólares el valor medio anual de las exportaciones entre 2007 y 2009. Eso equivale al 10% de las exportaciones. Es la fuente principal de energía, con el 33% del total del consumo. Le siguen el carbón y el gas natural, con el 28% y el 23%. Las fuentes renovables están experimentando un fuerte crecimiento, pero representan una pequeña fracción en el suministro.

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