El FMI abre la puerta por primera vez a los controles de capital
Brasil se opone a que la institución establezca "guías" o "códigos de conducta" en esta materia
Algo está cambiando en el Fondo Monetario Internacional. "El Consenso de Washington ha muerto", dictaminó ayer el director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, en relación a las reglas que han regido gran parte de la política económica de la institución en los últimos años. Una de esas reglas -tal vez la regla- ha sido siempre la libertad total de los movimientos de capital. Pero también eso va a cambiar: el Fondo aceptó hoy por primera vez de forma oficial -pese a que lleva un año dando a entender algo parecido?que imponer barreras a la entrada de capitales puede ser una herramienta útil de política financiera, en un momento en el que los países emergentes lideran la recuperación mundial y corren serios riesgos de formación de burbujas en la Bolsa, en la vivienda y en otros activos.
Todavía no es una política oficial del FMI. Pero el Fondo dio a conocer hoy las reglas que permitirán imponer tasas sobre la entrada de capitales o retenciones para impedir que todo ese dinero caliente desestabilice a los países que reciben ese flujo de liquidez. Básicamente, el Fondo -tras analizar las experiencias de Perú y Brasil?se muestra favorable a esas medidas cuando la divisa no está devaluada, cuando se está en posesión de un nivel de reservas suficiente y cuando no se pueden usar otras herramientas de política monetaria o fiscal. "Los aumentos repentinos de las entradas de capital pueden plantear problemas como la apreciación de la moneda y una rápida acumulación de fragilidad en el sector financiero por la formación de burbujas de precios de los activos o el rápido crecimiento del crédito, que pueden provocar una parada súbita o incluso la reversión de los flujos (de capital), según el Fondo.
Strauss-Kahn explicó que los controles de capitales "no se pueden excluir". "Los beneficios de hacerlo correctamente son importantes, pero los riesgos económicos y financieros de equivocarse también son elevados", dijo.
El Fondo llega tarde: hay varios países que ya aplican medidas de este tipo, en el marco de la denominada guerra de divisas. Brasil, por ejemplo, ha impuesto una tasa del 6% sobre determinadas transacciones financieras para penalizar la excesiva entrada de capital externo en sus mercados. El FMI puso en duda hoy las medidas decretadas por el Ejecutivo brasileño. Pero Brasilia contraatacó ante las reglas que quiere imponer el Fondo a los controles de capital: "Nos oponemos radicalmente a cualquier guía o código de conducta para establecer, priorizar o restringir el uso de respuestas de política económica a los países que se están enfrentando a grandes entradas de dinero", dijo Paulo Nogueira Batista, representante de Brasil y ocho países más en el FMI, informa Bloomberg.
Hace justo un año, un informe del Fondo ya aceptaba, casi a regañadientes, la imposición de este tipo de controles, con todas las cautelas: en países cuya economía opera cerca de su potencial de crecimiento, que tengan suficientes reservas en divisas y cuyo tipo de cambio no esté infravalorado. Strauss-Kahn insistió hoy en que no hay nada cerrado. "El control de los flujos de capital es un área en la que históricamente el Fondo ha tenido dificultades para hallar consenso", dijo. Pero el giro en las recomendaciones de la institución ya es más que evidente.
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