Campa adelanta a finales de 2010 la recuperación del empleo

El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, se ha mostrado confiado hoy en que la economía española empezará a registrar crecimientos intertrimestrales positivos a partir de mediados de 2010, aunque ha precisado que éstos serán "muy suaves" e insuficientes para crear empleo. Para ello, Campa calcula que habrá que esperar al menos hasta finales de 2010, una fecha que adelanta en unos meses la opinión mostrada hasta la fecha desde el Ministerio de Economía sobre la recuperación del deterioro del mercado laboral pero que está en línea con la opinión del presidente, Rodríguez Zapatero.

Campa, en declaraciones a la COPE, ha reiterado que "lo peor de la crisis" en cuanto a destrucción de la actividad económica y "probablemente" también en términos de destrucción de empleo ha quedado "atrás". A partir de ahora, ha añadido, se está iniciando la senda de la recuperación económica, aunque ha reconocido que ésta todavía es "incierta" por las "grandes proporciones" que ha adquirido la crisis tanto en España como a nivel internacional. "Estamos claramente orientados a esa dirección de salida de la crisis", ha resumido.

No obstante, los cálculos de Campa pecan de optimismo en la medida en que España, según el consenso de los analistas, debe crecer a un ritmo superior al 1,5% para crear empleo, porcentaje que, según el Fondo Monetario Internacional no alcanzará hasta pasado 2012.

En este setnido, sobre las previsiones de los organismos internacionales de que España será la última en salir de la recesión, ha respondido que resulta "verdaderamente exagerado" pensar que España se encuentra en el vagón de cola de la crisis. "Mi percepción es que deberíamos pensar con más detalle qué significa verdaderamente una recuperación", ha apuntado Campa, que ha añadido que para él la recuperación no es crecer un trimestre en positivo sino hacerlo de manera sostenida a medio y largo plazo y conseguir que eso se traduzca en más empleo.

Problema "número uno"

Campa ha aseverado que para el Gobierno, lo mismo que para los ciudadanos, el problema "número uno" es el paro, por lo que una de las "prioridades absolutas" es crear empleo para los más de 4 millones de desempleados existentes en la actualidad.

Preguntado por si es necesario llevar a cabo una reforma laboral, Campa se ha limitado a reconocer que el mercado de trabajo español tiene un problema estructural en el hecho de que, durante 20 años, el 35% de su población activa ha oscilado entre estar en el paro o tener un contrato de carácter temporal. En este punto, también ha destacado que, en un contexto de crisis "tan profunda" como el actual, conseguir un acuerdo para cualquier cambio en el entorno laboral que genere paz social "es muy válido e importante".

Por este motivo, ha expresado su deseo de que las negociaciones entre sindicatos y patronal para desbloquear los convenios de 2009 y llegar a un acuerdo sobre la negociación colectiva del periodo 2010 y 2012 se desarrollen con "éxito" y pueda haber consenso "cuanto antes".

Advertencias de CC OO

Sin embargo, los sindicatos no comparten el análisis de Campa. Comisiones Obreras ha advertido de hoy de que se ha agotado prácticamente el ajuste sobre el empleo temporal, de tal forma de que empieza a "estar en riesgo" el empleo indefinido. Para CC OO, el hecho de que sectores económicos que hasta ahora estaban recurriendo a expedientes de regulación de empleo de suspensión temporal de empleo han comenzado a transformarlos en expedientes de extinción, "reducida" hasta este momento con solo el 3% del total, "puede suponer el inicio de destrucción de empleo estable".

El sindicato añade que la actual contratación temporal se caracteriza por su precariedad en cuanto a las condiciones laborales y por una falta de perspectivas de estabilidad laboral, ya que existe una "enorme rotación" en el mercado.

Por su parte, UGT asegura que la reforma "más importante e inmediata" que se debe acometer es la de las políticas activas de empleo, por lo que ha instado a la apertura "urgente" de un proceso de negociación dirigido a reorientar el actual sistema de bonificaciones a la contratación, a mejorar los servicios públicos de empleo (el antiguo Inem) y a impulsar la formación y cualificación de los trabajadores. En comparación con otros países de su entorno, en España se destinan muchos incentivos a la contratación y pocos a la formación, pese a presentar un nivel de gasto en políticas activas bastante similar, han argumentado.