Los casinos de Donald Trump, en quiebra
La crisis y el descenso del negocio de las apuestas en Atlantic City obliga a la compañía a declararse en quiebra para hacer frente a sus deudas
La crisis financiera mundial ha tenido víctimas de toda clase. Directivos más estresados de lo habitual, cuando no directamente desquiciados, millonarios arruinados, el propio estado de Mónaco, capital mundial del lujo y el gasto, renunciando a ganarle terreno al mar ... la lista es muy larga. Ahora le ha llegado el turno, con sus peculiaridades, al no menos peculiar Donald Trump, cuyos casinos, Trump Entertainment Resorts Inc, acaban de presentar la petición de quiebra ante las autoridades de New Jersey.
La situación del negocio de las apuestas en Atlantic City, zona de New Jersey donde neoyorquinos y personas de todo el mundo acuden a apostar, ha llevado a la sociedad propietaria de los tres casinos a declararse en quiebra. En 2008, el volumen de negocio de la zona acumuló su segundo año consecutivo de pérdidas y descendió un 7,6%.
Quiebras, excentricidades y apuestas
"Nos concentramos en nuestro objetivo de reestructurarnos con éxito para reducir nuestra deuda y reforzar nuestro balance financiero en este periodo de dificultades económicas", ha asegurado el su director general, Mark Juliano, en un comunicado. El capítulo 11 de la ley de quiebras invocado por la sociedad ante un tribunal de Nueva Jersey, permite seguir funciando a una empresa mientras reestructura su deuda. El Beal Banco de Nevada, que tiene la mayor deuda con Trump Entertainment ya ha dicho que no hará uso de la orden de ejecución de la deuda de 490 millones de dólares que expiraba hoy mismo.
Ahora bien, la situación de la empresa es un tanto particular. Por un lado, Donald Trump, empresario inmobiliario, millonario conocido tanto por sus inversiones como por su vida social y sus apariciones en televisión, salió de la dirección de la compañía (de la que posee un 28% de las acciones) hace unos días, cuando el resto de accionistas se negaron a seguir su estrategia ante la crisis.
Además, no es la primera vez que esta empresa se declara en quiebra. Ya lo hizo hace tres años y medio y durante la década de los noventa, cuando la sociedad tenía que aguantar los gastos requeridos por Trump para ampliar la red de casinos.
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