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Botín atribuye la compra de Fuensanta a Banesto ante el juez

El presidente del Santander asegura que su relación con Rodrigo Rato era meramente institucional

El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, ha declarado hoy desconocer la compra del 45,3% de Aguas de Fuensanta, vinculada a la familia Rato, y también las supuestas comisiones fraudulentas pagadas por la venta de la sede de Castellana, 7, ya que esas operaciones fueron responsabilidad de Banesto.

Botín, que ha declarado en el juzgado de instrucción número 47 de Madrid entre las 10:20 y 11:05, imputado, entre otros, por los delitos de apropiación indebida, administración desleal, falsedad en documento mercantil y cohecho, ha negado haber tenido conocimiento de esas operaciones hasta que recibió la querella, según han señalado fuentes jurídicas.

El presidente del primer banco español, sonriente y ataviado con su tradicional corbata roja, no ha querido hacer comentarios a su salida de la declaración, donde sólo ha respondido a las preguntas del juez José Sierra y del Ministerio Fiscal, que le han inquirido por el conocimiento de las operaciones dada su abultada cuantía, en el caso de la sede de Castellana, 7, y dadas las personas de renombre que intervenían, en el caso de Aguas de Fuensanta.

En relación con la compra en 1999 del 45,3% del capital de Aguas de Fuensanta, vinculada a la familia Rato, Botín ha insistido en que la desconocía porque era responsabilidad de Banesto, aunque no ha concretado dicha responsabilidad en directivo alguno.

También ha negado que le una relación de amistad con Rodrigo Rato (que declarará el 27 de mayo), con quien ha asegurado que ha mantenido reuniones de carácter institucional por su condición de ministro de Economía y de vicepresidente del Gobierno en los gobiernos del PP.

En la querella, la acusación particular sostiene que Banesto compró el capital de Aguas de Fuensanta a la familia Rato con el objetivo de "ganarse el favor de Rodrigo Rato", ya que pagó un "precio desorbitado", próximo a 1.000 millones de pesetas (6 millones de euros) por una sociedad en quiebra técnica".

Botín también ha asegurado desconocer la venta en 1996 a Angel Luengo de la sede de Banesto en Castellana, 7, que supuso unos ingresos de 8.400 millones de pesetas (50,5 millones de euros) y por la que se pagaron teóricamente unas comisiones de 100 millones de pesetas supuestamente a través de paraísos fiscales.

Su hermano, Jaime Botín, que ha declarado en el juzgado durante algo más de media hora, tras la salida de Emilio Botín, ha apuntado al entonces máximo directivo de Banesto, Alfredo Saénz, como responable de la compra de Fuentasanta y de la venta de la sede, que también ha dicho desconocer, según las fuentes consultadas.

Preguntado por quién nombró a Sáenz como responsable de Banesto, Botín no ha concretado nada, debido a la escasa vinculación que adujo con la toma de decisiones.

Vinculación con la familia Rato

Jaime Botín, que ha insistido en que su desconocimiento de la operación se debe a que entonces no ostentaba responsabilidad ejecutiva en el Santander, ha admitido una relación de "muchos años" con la familia Rato.

Uno de los querellantes, el letrado Antonio Panea, ha mostrado su sorpresa por el hecho de que Emilio Botín no estuviera al tanto de la operación, dada su posición de presidente del Santander y su responsabilidad final sobre las operaciones de Banesto, un banco sometido entonces a saneamiento.

Quien estaba citado hoy como imputado y no ha comparecido ante el juez José Sierra por estar de viaje fue el actual consejero delegado del Santander y antiguo presidente de Banesto, Alfredo Sáenz.

El Juzgado de Instrucción número 47 también ha recibido el expediente íntegro de la operación de venta de Castellana, 7, y de los préstamos realizados por Banesto a la familia Rato.

La querella, por la que también están imputados Rodrigo Rato, su hermano y los consejeros de Banesto a finales de la década de 1990, fue ampliada en 2005 por Antonio Panea a raíz de lo presentado por el abogado Francisco Franco Otegui en 2004, que está implicado en una treintena de casos contra Botín, saldados con escaso éxito.

Por ejemplo, Francisco Franco Otegui ha ejercido la acusación particular en el juicio por las jubilaciones millonarias contra Botín, el ex presidente del SCH, José María Amusátegui, y el ex consejero delegado, Angel Corcóstegui, a los que la Audiencia Nacional absolvió.

También ha representado a una de las dos acusaciones particulares en el caso denominado de las cesiones de crédito, que ha sido archivado por el Supremo.

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