Los biocarburantes y el hambre en el planeta
Los expertos advierten de que el creciente uso de materias primas para elaborar biocomustibles puede afectar al abastecimiento de alimentos en el mundo
El creciente uso de las materias primas alimentarias para la producción de biocarburantes ha despertado ya las primeras críticas de voces autorizadas. El riesgo, según varios expertos, de que esta práctica afecte al abastecimiento de alimentos en el mundo es un hecho.
Peter Brabeck, el presidente de Nestle, el primer grupo agroalimentario, ha asegurado en una entrevista al semanario suizo NZZ am Sonntag que "si se quiere cubrir el 20% de la necesidad de productos petroleros con biocarburantes, como está previsto, no habrá nada más que comer".
"Otorgar enormes subvenciones para producirlos es irresponsable e inaceptable moralmente", ha subrayado. Según Brabeck, el fenómeno de los biocarburantes ha disparado el precio del maíz, la soja y el trigo, y ha provocado que la cantidad de tierras cultivables haya descendido y que el agua esté amenazada. Por ejemplo, para producir un litro de bioetanol se necesitan 4.000 litros de agua.
"Si se quiere cubrir el 20% de la necesidad de productos petroleros con biocarburantes, como está previsto, no habrá nada más que comer", afirma el presidente de Nestle
En este sentido, un informe del Instituto Internacional de Administración del Agua (IWMI), realizado por 700 expertos, con el apoyo de la ONU, señala que el problema de la escasez de agua en el mundo se puede agravar, entre otros factores, debido a los biocombustibles.
El asesor de Gordon Brown
Hace unos días, el principal asesor para temas científicos del gobierno británico, John Beddington, advirtió de que la acelerada carrera hacia los biocombustibles representa una amenaza para la producción mundial de víveres, justo en unos momentos en los que la demanda de alimentos ha crecido fuertemente gracias a los gigantes asiáticos China e India, lo que supone, a su juicio, un verdadero peligro para la vida de millones de personas.
Éste fue su primer discurso importante desde su nombramiento como asesor, unas palabras que entran en conflicto con la política del primer ministro, Gordon Brown, que se ha comprometido a aumentar el uso de biocombustibles en las próximas décadas.
Otro organismo que ha alzado la voz es la Unión Europea. Su comisaria para asuntos de agricultura, Mariann Fischer Boel, tras una reunión con los ministros del ramo de Alemania, Rusia, Ucrania y Turquía, abogó por equilibrar el porcentaje de materias primas dedicadas al consumo humano y el que se utiliza para generar biocombustibles.
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