El agujero de Société Générale levanta muchas dudas
Los expertos se muestran escépticos de que un solo operador y de bajo rango haya podido llevar a cabo el fraude de 4.900 millones sin ayuda
Las investigaciones de la Justicia y los reguladores bancarios franceses trabajan a contrarreloj para despejar los numerosos interrogantes que han surgido sobre el supuesto fraude astronómico que ha costado 4.900 millones de euros a Société Générale y que ha levantado multitud de dudas entre la clase financiera y los medios de comunicación galos.
La dirección de Société Générale, tercera entidad bancaria de Francia después de BNP Paribas y Crédit Agricole, causó ayer un auténtico estupor en el mundo financiero al revelar que uno de sus operadores de mercados, de 31 años, había cometido un "fraude excepcional".
El joven, Jerôme Kerviel, ya apodado "el hombre de los 4.900 millones de euros" y al que el banco dejó marchar, sin más, tras interrogarlo el domingo, ha hecho saber por su abogada que no se ha fugado y que está "a la disposición de la justicia".
Muchos diarios franceses se mostraban hoy escépticos sobre las explicaciones dadas por SG, y recogen declaraciones de analistas financieros y operadores bursátiles que ponen en duda de que un solo hombre, que no ocupaba un cargo de responsabilidad, pudiera hacer operaciones de esa magnitud sin ser detectado y durante casi un año.
"Que un solo hombre pueda manipular sumas tan considerables sin que haya cerrojos de seguridad, de control que se activen" suscita una "gran extrañeza", ha reconocido hoy el secretario de Estado francés para las Relaciones con el Parlamento, Roger Karoutchi.
Varios analistas incluso sospechan de que SG "infló el globo" del fraude para tapar pérdidas sufridas en otras operaciones, en la crisis de las hipotecas de riesgo en EEUU (subprime).
Investigación
En este sentido, el Gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, que desde ayer multiplica las declaraciones para tratar de tranquilizar al público y a los mercados sobre sistema bancario galo, se ha mostrado hoy "categórico" en que las perdidas del supuesto fraude corresponden a productos que no tienen nada que ver con los subprime.
No obstante, aunque ha indicado que hasta el momento sólo han "visto" que eran operaciones realizadas por "una sola persona", ha advertido de que "hace falta una investigación para establecerlo".
El regulador bancario ha lanzado una pesquisa, que "tomará semanas", según Noyer y que en sus primeros compases apunta a que las actividades fraudulentas comenzaron en febrero de 2007.
También han abierto investigaciones por diferentes cargos la Fiscalía de París y el Tribunal de Nanterre, donde hay demandas cursadas por accionistas y el propio banco afectado.
Los 4.900 millones de pérdidas son la suma de las registradas directamente por ese operador y las, más cuantiosas, generadas por el cierre de las posiciones que había tomado en los mercados y que alcanzaban, según la prensa, entre 50.000 y 70.000 millones de euros, mucho más que los fondos propios del banco.
Société Générale, que asegura que descubrió el pastel el pasado fin de semana, cerró esas posiciones en los primeros días de la semana, en pleno derrumbe bursátil.
De no haberlo hecho, "la pérdida podría haber sido un múltiplo de lo que hemos perdido", dijo el compungido presidente del banco, Daniel Bouton, ayer en una rueda de prensa.
Desde la India, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha recalcado por su parte que el fraude "interno" en la tercera entidad gala "no ha afectado la solidez ni la fiabilidad del sistema financiero francés".
El fraude abre las puertas a su eterno rival, el BNP Paribas
El agujero de 4.900 millones abierto en las arcas del banco francés Société Générale y su depreciación en Bolsa puede provocar que la tercera entidad gala caiga en manos de su eterno rival, el también francés y primera potencia del país BNP Paribas, según ha afirmado el diario Wall Street Journal. Según este rotativo y citando expertos internacionales, el escándalo ha echado por tierra los dos pilares fundamentales del banco de cara a sus accionistas: la confianza en su equipo directivo y la caída de su cotización en los mercados, lo que podría convencerles de la oportunidad de vender.
Ante este panorama, los expertos apuntan que Société Générale, la séptima empresa europea por su valor bursátil antes del anuncio del fraude, se ha convertido en un apetecible bocado para sus principales competidores, entre los que se incluyen los españoles Santander y BBVA o el italiano Unicredito, según añade el rotativo estadounidense.
No obstante, la tradicional aversión de los franceses a la entrada de capital extranjero podría facilitar una solución que levanta ampollas en las filas de Société Générale, acabar en manos de su eterno rival, el BNP, quien ya intentó fusionarse con Société Générale tras hacer lo propio con Paribas en 1999 hasta que un juez le paró los pies.
Para evitar movimientos hostiles y recuperar el valor del banco en Bolsa, la cúpula de Société Générale está negociando a contrarreloj una ampliación de capital con JP Morgan y Morgan&Stanley por 5.500 millones en un momento en el que el mercado internacional de crédito está en números rojos debido a la crisis crediticia de EE UU, por lo que los banqueros están mirando al Elíseo en busca de la intervención de Sarkozy.
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