La proeza de ser joven y vivir solo
El alquiler aparece como una de las pocas alternativas a la emancipación
Las más de 300.000 descargas de solicitudes de ayudas al alquiler que en una semana ha recibido el Ministerio de Vivienda dan fe de las dificultades de los jóvenes para acceder a un piso. En especial los de la horquilla de edad e ingresos que prevé el departamento que dirige Carme Chacón, entre 22 y 30 años y con un salario bruto anual de menos de 22.000 euros.
Según los cálculos del Gobierno central, unos 360.000 jóvenes españoles se encuentran en estas circunstancias y, por tanto, tendrán derecho a la subvención a la renta de 210 euros mensuales. De momento, la Comunidad de Madrid está tramitando 4.323 solicitudes, las que se han presentado entre el 2 y el 9 de enero.
Afrontar el pago de una hipoteca supone destinar el 68% del sueldo en España, porcentaje que sube al 82% en la región
En la Comunidad de Madrid se están tramitando más de 4.000 ayudas al alquiler, tras entrar en vigor el pasado día 2
Ante el alud de interesados por la ayuda, Chacón ya ha aclarado que "no hay límite de tiempo para presentar la solicitud y que los jóvenes pueden hacerlo cuando más les convenga" y ha recordado que no existe un límite en la concesión de ayudas. "Si lo piden el doble [de los previstos], serán el doble de ayudas", afirmó la ministra, quien añadió además que las primeras subvenciones empezarán a percibirse por parte de los jóvenes en febrero.
De entrada, los precios de la vivienda se han disparado en los últimos diez años, a un ritmo muy superior al que lo han hecho los salarios. Según un estudio de Adecco, en términos reales (descontada la inflación) los sueldos han crecido un 1,4% desde 1997, sobre todo por la caída de la productividad.
En cambio, la vivienda en los últimos siete ejercicios se ha encarecido más del 120%. Esta diferencia explica por qué si en 1977 podía emanciparse algo más del 40% de la población, ahora sólo hace poco más del 30%, según el Consejo Económico y Social.
Emancipación imposible
De la misma forma se pronuncia el Observatorio Joven de Vivienda (Objovi) del Consejo de Juventud de España: si un joven no se emancipa o no compra un piso es, simplemente, porque no cobra lo suficiente. Según su último informe, un joven español necesitaría unos ingresos mínimos anuales de 36.678,27 euros para adquirir una vivienda en el mercado libre, cuando el salario medio real es de 16.225,46 euros. Es decir, debería cobrar un 126% más.
En la Comunidad de Madrid una persona de hasta 35 años, debe reservar el 82,1% de su salario para hacer frente a las cuotas de una hipoteca media, frente al 67,8% del sueldo que tiene que destinar un joven en el conjunto de España. En Barcelona el esfuerzo llega al 82%. El endeudamiento para un madrileño de entre 18 y 24 años, sostiene el Objovi, llegaría a ser "totalmente imposible", puesto que debería entregar el 107,8% de sus ingresos.
Hay consenso, también entre la mayoría de las entidades financieras, en que "el precio máximo tolerable" para sufragar una vivienda ?sin poner en riesgo financiero la economía personal o familiar? se sitúa entre el 30% y el 35% de los ingresos anuales.
Pues bien, para un joven madrileño con un salario medio (19.507 euros) este límite está en los 109.269 euros, mientras que para una pareja de entre 18 y 35 años está en 192.778 euros. Atendiendo a los datos de Sociedad de Tasación, un joven, tanto si vive solo como en pareja, ya puede quitarse de la cabeza la obra nueva. En las provincias de Madrid y Barcelona, un piso de 80 metros cuadrados le costaría cerca de 214.800 y 363.000 euros, respectivamente. Si fuese en la capital española ese importe subiría hasta 317.680 euros. La vivienda de compra es, pues, casi privativa para un joven que quiera emanciparse.
Este diario ha buscado en los cinco principales portales inmobiliarios, incluido el de los agentes de la propiedad, cuál es la oferta de compra en las provincias de Madrid y Barcelona por estos precios y dónde está. En la capital española de los cinco portales, sólo tres tienen oferta tan asequible, eso sí, en el que menos pisos disponibles hay se cuentan 10 y en el que más 23, que llegan hasta 64 productos si se amplía la búsqueda a la comunidad madrileña. Claro que se trata de pisitos de 16 a, como mucho, 40 metros cuadrados de superficie, que en general son interiores, bajos o sótanos y, además de antiguos, no suelen tener ascensor.
La oferta mejora en el caso de pueblos alejados de Madrid, de hecho, en Cenicientos, por ejemplo, se vende un chalé de 220 metros por 104.000 euros.
También pintan bastos para alguien que quiera vivir en Barcelona. Sólo hay un piso por debajo de los 98.000 euros en que se fija el "precio tolerable" en Cataluña. Está en el Carmel, es un bajo y no tiene cédula de habitabilidad. "Pero se ha usado desde siempre como vivienda", aclara su propietario.
Oferta libre contada
Fuera de Barcelona, lo más cerca está en Mollet del Vallès, pero también es un local "habilitado" como vivienda sin cédula de habitabilidad. En la misma localidad hay otro estudio que se vende por 78.000 euros, también sin cédula de habitabilidad. En este caso, aclara el anuncio, no se ha intentado solicitarla.
Para hallar precios "razonables" hay que ir al Bages o Berguedà, donde hay pisos por menos de 90.000 euros. Eso sí, de una superficie media de entre 40 y 50 metros cuadrados o bien a reformar.
El recurso más viable es, pues, el alquiler. Y más que viable, es el único que le queda al joven español para emanciparse con un solo salario, sobre todo si reside en Madrid y Barcelona, según el director general de la consultora Grupo i, Raúl García. Con el salario medio de un joven madrileño (19.507,50 euros), es decir, unos 1.625 euros mensuales, podría pagar un alquiler máximo de entre 487 y 568 euros al mes. Y un catalán, cuyo sueldo anual es de 17.509,10 euros, podría abonar entre 438 y 511 euros mensuales.
En la práctica, los alquileres medios que se pagan en ambas ciudades se mueven entre 700 y 900 euros. Con lo que tampoco es fácil conseguir alquiler.
Un estímulo
A juicio el catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona, Antón Costas, que reconoce que al principio era pesimista respecto a las ayudas directas que ha puesto en marcha el Ministerio de Vivienda, que consideraba inflacionistas al trasladarlas directamente el propietario al inquilino, ahora las estima apropiadas porque el mercado ha cambiado de forma radical en los últimos meses y pueden contribuir a la emancipación de los jóvenes.
Para el representante de Grupo i también son acertadas y servirán para que esta fórmula de acceso a la vivienda que en España sigue siendo marginal gane peso, pero serán necesarias otras medidas para que realmente la mejora sea de envergadura, tales como crear un parque de pisos en alquiler, que incluya viviendas nuevas protegidas, ofrecer seguridad a los propietarios de casas de segunda mano para que las arrienden, etcétera.
Lo ideal, en opinión de los expertos, es que el parque español en arrendamiento pasara del exiguo 10% actual al 20%. Algo que podría conseguirse a medio plazo y que parece que es lo que están intentando los gobiernos centrales, autonómicos y locales, orientando sus políticas de vivienda hacia el alquiler, en lugar de hacia la compra. "Hay que potenciar el alquiler porque es el camino hacia la emancipación", sentencia Costas.
El alquiler, muy lejos del resto de Europa
Para el catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona Antón Costas, hay que potenciar el alquiler en España porque nuestro parque en este régimenes “anormalmente bajo en comparación a otros países de Europa. Y que la emancipación en el resto de estados sea más elevada tiene m mucho que ver con ello”, remacha.
No hay más que ver las cifras que aporta la Fundación Alternativas en un estudio que realizó para ella el actual presidente de la Sociedad Pública de Alquiler, Alejandro Inurrieta. Mientras en territorio nacional el alquiler público llega al2% del parque de viviendas total y el privado al 7%, en Holanda estos dos porcentajes suman el 35% y el 12%, respectivamente; en Francia el 17% y el 21%; en Reino Unido el parque de pisos públicos en arrendamiento es del 20% y el privado del 10%; en Alemania es del6%y el 51%, y en Italia se eleva al6%y 16%, respectivamente. Nada que ver con los usos y costumbre españoles.
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