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"Me dan ganas de Okupar"

Cuarto bloque de testimonios sobre el tema de la vivienda seleccionados entre los mensajes enviados por los lectores de ELPAIS.com

Diego Gonzalez Rasilla (Santiago de Compostela, España)

Más información
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"Mileuristas e hipotecados de por vida"

Tengo 31 años y llevo 5 años viviendo de alquiler con mi novia en un piso de 40 metros por 300 euros al mes (y me considero afortunado). Ya nos hemos resignado a no tener casa propia, vivir de alquiler nos da la libertad de poder cambiar de casa cuando nos cansemos... pero lo que me cabrea es ver la cantidad de casas vacías que hay en Santiago, sobre todo en la zona monumental, edificios enteros que están dejando que se pudran mientras te piden 50 millones por pisos raquíticos. La estrategia parece clara, cuanta menos oferta de pisos, frente a una demanda que aumenta, mas altos podrán mantener los precios estos caciques inmobiliarios.... Dan ganas de Okupar y saber como se vive en un palacete de 1000 metros cuadrados con jardín a dos minutos de la Catedral.

Alexandre Marin Oliva (Burgo-Cudellero, España)

Soy soltero y tengo 30 años. En mi casa sólo entra, pues, mi sueldo. Cobro 1300 euros, no me quejo, me permite llegar sin demasiadas preocupaciones a final de mes a pesar de tener que afrontar yo todos los gastos (seguros, contribución, gas, agua, luz, etc...). Hace dos años me compré un piso. Pagaba 500 euros al mes, o sea, que fantástico. Dos años después, mientras mi sueldo ni siquiera ha subido en 100 euros, la hipoteca ya ha alcanzado los 700. Cada mes me voy privando de una cosa y cuando me quejo por ello me reconcome la conciencia pensando en la cantidad de gente que está en una situación infinitamente peor. Así que procuro callarme mientras veo como mis amigos que cobran la mitad de lo que yo pero viven de alquiler o con sus padres o en pareja mantienen un nivel de vida mucho más alto que el mío. Y por si no fuera suficiente, por el hecho de ser soltero, Hacienda me carga con mayores retenciones y menos ventajas fiscales. Entonces... cuál es el valor exacto que tiene ser propietario (concepto falso, pues de momento el propietario del piso es el banco) si estoy perdiendo progresivamente mi libertad? ¿Qué pasará en apenas 3 o 4 años si el ritmo de subida de hipoteca se mantiene?

Maggie Pokorny Montero (Madrid, España)

Soy madrileña, de 26 años, licenciada en Traducción por una universidad privada de Madrid con ayuda de una beca, porque cuando yo entré no existía esa carrera en la pública y a mi madre, que todavía está pagando su hipoteca, le salía más barato que enviarme fuera (¿qué no haría por sus hijas?). Cuando acabé los estudios me fui a Irlanda a trabajar y practicar inglés. Iba a cumplir 22 años. Pagaba 360 euros al mes por un piso compartido en el centro de Dublín: yo tenía el cuarto y mi compañera el salón-cocina. De allí me fui a Hungría por trabajo. Pasé 3 meses en Debrecen, una ciudad de unos 200.000 habitantes. Pagaba 150 euros al mes por un piso de 40 metros cuadrados junto a la calle principal de la ciudad. Pero tenía que hacerme entender por medio de gestos para comprar en el mercado o cuando se acercaba la gente a ayudarme porque me había resbalado en la nieve. Me volví a Madrid: 3 meses en casa de mi madre. De allí a Francia: 3 meses en casa de los padres de mi novio, que había conocido en Dublín. Todo esto tirando de nuestros ahorros y de la generosidad de nuestros padres. De allí a Barcelona, a casa de unos amigos hasta que mi novio y yo encontramos piso y trabajo. Pagábamos 700 euros al mes en negro (gastos incluidos) por un piso en Poble Sec. Trabajábamos en Sant Cugat, a una hora de casa, pero merecía la pena el trayecto diario por poder disfrutar de las ventajas que ofrecía la ciudad. Llegamos a Madrid hace ahora 15 meses, ambos con trabajo. Estuvimos 3 meses en casa de mi madre mientras buscábamos piso de alquiler. Yo dormía en mi antiguo cuarto y mi novio en el de mi hermana –que ahora vive en Estados Unidos gracias a una conocida beca de investigación, cuando aquí en España no le hubieran dado ni las gracias – porque no cabíamos juntos en las camitas de 80cm y los cuartos no dan para más. Ahora vivimos en Puente de Vallecas, en un piso de 60m2 (con la parte proporcional de la escalera, claro). Pagamos 700¤ al mes más gastos. Yo me fui de mi trabajo de mileurista en plantilla por querer perseguir mi sueño de traducir. Desde hace 2 meses pago las cuotas de autónomos, aunque todavía no me sale a cuenta. Me estoy puliendo los 3.000¤ de ahorros que había conseguido juntar para, algún día, tener lo suficiente como para poder dar la entrada de un piso. Confesar que me gustaría tener un hijo antes de los 30 sería colgarme el cartel de loca e insensata. ¿Cómo podría darle todo lo que yo tuve? Por no hablar de lo básico: ropa, comida, libros para el cole y... ¡una habitación! ¿Cómo traerle al mundo en un piso donde no existe separación entre el salón y el cuarto? ¿Lo meto en cocina? Esto de la vivienda es un callejón sin salida. Mi abuela trabajó durante 4 años en un barco limpiando retretes para pagar su piso de 45m2 en el barrio de Salamanca. Yo tendría que trabajar 120 años como administrativa para poder pagar lo mismo en Soria o Teruel. Y eso es lo que haremos, si es que alguna generosa entidad bancaria tiene a bien concedernos una hipoteca… Pero eso es otra historia.

José María Castañeda (Madrid, España)

Nos divorciamos hace dos años. Tenemos 3 hijos en custodia compartida en Madrid. Un piso de alquiler de dos habitaciones cuesta unos 850 euros al mes, la mitad de mi sueldo. Así pues, he alquilado una habitación en un piso de dos habitaciones. Mis hijos duermen conmigo la mitad de los días. Dormimos los cuatro en una habitación. Dos dormimos en una cama de matrimonio y dos en colchonetas de playa hinchables. En la habitación, de unos 9 metros cuadrados también están los armarios, la mesa de estudio y el ordenador. Tenemos derecho de uso de la cocina, del comedor para comer ó cenar y del único cuarto de baño. Para poder acceder a una vivienda propia de alquiler, una opción es conseguir ganar más dinero, normalmente con menos dedicación a mis hijos. La otra opción es encontrar una pareja con la que convivir y pagar los gastos del piso a medias, pero ese debe surgir espontáneamente, no para pagar el alquiler del piso.

Ángela Mateos (Gijón, España)

Quiero empezar este relato dejando claro que a mi también me costó mucho poder adquirir mi propia vivienda: Muchos años de trabajo, de sacrificio, de ahorro... y no está mal, tiene todas las comodidades de un piso nuevo de 70 metros cuadrados. Me quejé mucho, porque me parecía imposible que en un futuro próximo pudiera adquirir una vivienda. que quede claro, es difícil, pero no imposible, también es difícil terminar una licenciatura. PEro el que pone de su parte todo lo posible lo consigue. Nadie ha dicho que te vayan a regalar una vivienda, tampoco una titulación. Y ahora viene mi opinión. Bien creo que la juventud de hoy en día, en la que me incluyo, lo tiene todo. No se priva de nada. Es la más exquisita a la hora de comprar y de escoger trabajo. No saben lo que es ahorrar, y mucho menos sacrificarse. Y lo digo desde la experiencia. Si yo pude, mucha gente que se queja también. todo no se puede, eso está claro, ¿y quien ha dicho lo contrario? que se pueda ir de viaje cada 6 meses al extranjero, comprarse ropa, coche, salir a cenar, de copas, ... y además adquirir vivienda antes de los 25. Y si además se ha estudiado una licenciatura vayámonos olvidando de tener una vivienda propia antes de los 30. Tan solo la gente que tenga esto como una prioridad lo conseguirá. Esto que digo es mi opinión, respetando a todos los que piden una vivienda digna.

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