El Celta sucumbe ante el Alavés y dice adiós a la Copa
El Alavés no acusó la ausencia de sus mejores futbolistas
El equipo de Fernando Vázquez, que dejó muchas dudas en su juego, continúa sin ser capaz de ganar en su campo y volvió a mostrar las mismas carencias del pasado. El Celta salió enchufado al partido y pronto se adueñó del choque, favorecido por el juego de su rival, ya que el Alavés se limitó a defender y buscar el juego de contraataque. Sin embargo, este Celta estaba muy lejos del que derrotó el pasado domingo al Real Madrid en el Santiago Bernabeu y se pareció más al que sucumbió en su propio estadio ante el Sevilla.
Pese a llevar la iniciativa del partido, al equipo de Vázquez le costaba mucho crear juego. Los celestes, estaban sin ideas, sin salida desde atrás, buscando siempre el juego en largo, lo que facilitaba las tareas defensivas del equipo vitoriano. De hecho, las únicas oportunidades de gol del Celta en el primer tiempo llegaron a balón parado: En el minuto diez en un lanzamiento de Jonathan Aspas que se envenenó tras tocar en un defensor y salió rozando el poste; seis minutos después con un disparo de Sebastián Tamas, desde la misma posición, que despejó a corner Ardouin; y en el minuto 20 en una falta lateral en la que el brasileño Nené intentó sorprender al portero francés pero Ardouin anduvo rápido de reflejos para evitar el gol vigués.
Sobrepasado el ecuador del primer tiempo, el central argentino Matías Lequi sufrió un pinchazo en su pierna derecha que lo obligó a abandonar el terreno de juego. Vázquez, sin defensas en el banquillo, tuvo que recomponer su sistema de juego, pero sus futbolistas no supieron asimilarlo. El Celta desapareció del partido, cedió la iniciativa al Alavés, y el equipo de Chuchi Cos, tímidamente, empezó a pisar el área local, aunque siempre sin crear demasiado peligro. Al filo del descanso, a Fernando Vázquez todavía se le complicaron más las cosas con la lesión del uruguayo Pablo García, que no acaba de conseguir la continuidad necesaria para ser el complemento ideal de Borja Oubiña.
Nada más reanudarse el segundo tiempo, Antonio Núñez demostró que lo suyo no es defender y cometió una falta innecesaria cerca de su área. Y el Alavés, que hasta el momento no había disparado entre los tres palos, sacó petróleo de esa acción, ya que el brasileño Wesley se adelantó a su marca y remató al fondo de la red la falta lateral ejecutada Ian. Vázquez no tardó en reaccionar y quemó las bazas que le quedaban en el banquillo. Retiró a un desafortunado Nené y metió en el campo al goleador Fernando Baiano para buscar mayor pegada arriba.
El Celta reaccionó tras el gol vitoriano. En dos minutos, los celestes crearon más peligro que en todo el primer tiempo: en el minuto 51 Jesús Perera ganó en velocidad a la defensa y se plantó sólo en el área visitante, pero su remate se estrelló en el poste; y, poco después, el uruguayo Canobbio probó a Ardouin con un libre directo desde el borde del área, pero su lanzamiento se marchó fuera. El conjunto de Vázquez se vio obligado a asumir riesgos, a descuidar su defensa, y el Alavés, al contragolpe, supo aprovecharlo. En el ecuador de la segunda parte, Rubén Navarro tuvo en sus botas una inmejorable ocasión para sentenciar el encuentro, pero se encontró con un inspirado Esteban que mantuvo a su equipo con vida en la eliminatoria.
El Celta lo siguió intentando, pero sería el Alavés quien gozaría de las mejores oportunidades en los últimos minutos: primero en un penalti que Esteban detuvo a Rubén Navarro y después en un contraataque de Miguel que salvó bajo palos el chileno Pablo Contreras.
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