La justicia rusa embarga los activos de Yukos para pagar una deuda de 8.400 millones

El Tribunal de Arbitraje de Moscú ordenó el pasado 5 de abril el embargo de los principales activos de la principal petrolera privada del país Yukos, aunque la noticia se ha conocido hoy. La decisión judicial es fruto de la demanda de Yuganskneftegaz, la que fue filial de Yukos, y que el Estado ruso subastó y adjudicó a una petrolera de la que es titular, Rosneft.

Yuganskneftegaz le reclama a su antigua matriz el pago de 163.000 millones de rublos, unos 4.500 millones de euros. La decisión afecta a los activos de mayor liquidez de Yukos, que no podrá vender ni disponer de sus acciones en una serie de compañías filiales, entre ellas las petroleras Samaraneftegaz, Tomskneft y las refinerías de petróleo de Syzran y de Angarsk.

Rosneft afirma que su querella contra Yukos tiene como objeto compensar las deudas fiscales que Yuganskneftegaz tiene con el Estado ruso, devengadas en el periodo 1999-2003, además de para resarcir a la gasífera de las pérdidas que se anotaron en sus cuentas por venderle a la antigua matriz a precios por debajo del mercado.

Maniobra fiscal y política

En total, el Estado reclama a Yukos a través de Yuganskneftegaz más de 8.400 millones de euros. La antigua filial, con capacidad para producir un millón de barriles diarios, fue vendida en una polémica subasta el pasado diciembre para pagar los impuestos atrasados de Yukos, que ascendían a 21.600 millones de euros.

Las autoridades rusas han iniciado el derribo de Yukos en una maniobra que según los analistas tiene mucho que ver con las ambiciones políticas del fundador de la compañía, Mijail Jodorkovski, que ahora está a la espera de ser juzgado por fraude y evasión de impuestos, delitos por los que podría ser sentenciado hasta a diez años de cárcel. Con la compra de Yuganskneftegaz, Rosneft se ha convertido en uno de los cinco grandes productores rusos de petróleo.