Opel mantendrá hasta 2010 sus plantas en Europa y la plantilla alemana a cambio de flexibilidad
El acuerdo anunciado hoy pone fin a una crisis que ha tenido en vilo a los 32.000 trabajadores alemanes de la compañía
Los trabajadores del fabricante automovilístico alemán Opel, filial de General Motors, han aceptado flexibilizar su jornada y renunciar a incrementos salariales para garantizar la supervivencia de sus fábricas. Así lo ha anunciado el presidente de Opel, Hans Demant, quien ha avanzado que al acuerdo incluye el compromiso de la empresa de no efectuar despidos hasta al menos el año 2010. Además, el grupo no cerrará ninguna de sus fábricas en Europa en el mismo plazo. "Hemos logrado nuestro objetivo de que las sedes alemanas de Opel sean competitivas y tengan futuro", ha señalado Demant.
El acuerdo proporciona a la empresa alemana nuevos instrumentos de flexibilidad, de forma que la jornada laboral podrá oscilar entre 30 y 40 horas semanales, con una media de 35 horas y cada empleado podrá trabajar hasta quince sábados al año. En 2005 no habrá subidas salariales y entre 2006 y 2010 el incremento será un 1% menos que lo previsto por el convenio colectivo. Además, la paga de Navidad se reducirá hasta un 60% de la actual a partir de 2006, pero volverá a aumentarse si la compañía equilibra sus resultados u obtiene beneficios de explotación.
El presidente del comité de empresa, Klaus Franz, se mostró satisfecho con el acuerdo "que garantiza el empleo a largo plazo" para Opel en Alemania. Las contrapartidas aceptadas por los trabajadores se suman al plan de reducción de empleo que suprimirá 9.000 empleos en Opel Alemania, 6.000 de ellos en el marco de un programa de bajas incentivadas y 3.000 mediante otras medidas como prejubilaciones.
Reorganización y paz
El centro de investigación y desarrollo (I+D) de Opel en la ciudad alemana de Ruesselsheim mantendrá su actividad y será la principal instalación de General Motors en Europa en el campo de la investigación. Además, cooperará con el principal centro del grupo General Motors en Detroit (Estados Unidos). Además, General Motors había anunciado también hoy con anterioridad que ha elegido la planta de Ruesselsheim para la producción de la nueva generación de modelos medianos, en detrimento de la factoría sueca de Trollhaettan que, no obstante, recibirá nuevos productos, como un modelo de Cadillac que montará desde 2006.
El acuerdo anunciado hoy pone fin a una crisis que ha tenido en vilo a los 32.000 trabajadores de Opel en Alemania y a sus familias desde que General Motors anunciara en septiembre de 2004 un duro plan de saneamiento para sus plantas europeas. En los últimos cuatro años, General Motors ha acumulado unas pérdidas de 2.300 millones de euros (3.000 millones de dólares) en Europa, donde controla las marcas Opel, Vauxhall, Saab y Chevrolet.
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