El Banco de España denuncia un aumento de la morosidad de los españoles

El Banco de España ha publicado hoy un informe en el que alerta de que la morosidad de los créditos concedidos por las entidades financieras ha subido hasta el 1% en España, lo que achaca al parón de la economía, tanto nacional como internacional.

En el primer Informe de Estabilidad Financiera, que examina la evolución de los riesgos a los que se

enfrentaron los bancos en el primer semestre de 2002, el Banco de España constata que los créditos al sector privado han aumentado menos que otros años por el "crecimiento más moderado de la actividad económica en España". Sin embargo, hace diferencias entre los créditos al consumo, que han bajado, y los de compra o rehabilitación de viviendas, que han aumentado un 16,6% en el segundo trimestre. Por ello, ha detectado un aumento de la morosidad, que se sitúa en un 1%. Sin embargo, ha destacado que este nivel está "por debajo de la media de los últimos veinte años".

A pesar de la subida, el banco central se hace eco del bajo nivel de los tipos de interés, que contribuyen a reducir la carga financiera de los clientes y por tanto su riesgo de insolvencia.

Bancos solventes

El informe del Banco de España también analiza la evolución del negocio de las entidades financieras, que entre junio de 2001 y junio de 2002 vieron como su activo total crecía sólo un 1,3%, frente al 19,7% de los meses anteriores. No obstante, la autoridad supervisora llega a la conclusión de que los bancos, cajas y cooperativas españolas mantienen unos niveles "satisfactorios" de rentabilidad y eficiencia y una "elevada" solvencia.

En cuanto a la rentabilidad de las entidades, se aprecia un cambio de tendencia debido a la "poco favorable situación cíclica de la economía". El resultado neto atribuido disminuyó en términos absolutos un 6,4% en el primer semestre de 2002, frente a un aumento interanual del 6,9% en 2001.

No obstante, el Banco de España constata que la caída en los beneficios de los bancos españoles es menor a las presentadas por otras entidades europeas, a lo que se une el hecho de que los españoles, por estar más centradas en el negocio minorista, presentan mejores indicadores de morosidad, eficiencia y rentabilidad.