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CRISIS DEL SECTOR AÉREO

El Gobierno suizo salva a Swissair de una desaparición inmediata

Concede a la compañía aérea un crédito urgente de más de 50.000 millones de pesetas

El Gobierno suizo ha salvado a la compañía Swissair de una desaparición inmediata con la concesión de un crédito urgente de 281 millones de dólares (más de 50.000 millones de pesetas) que permitirá el mantenimiento de la línea aérea hasta que sus operaciones sean traspasadas a Crossair.

Tras más de 30 horas de incertidumbre y caos, en los que Swissair tuvo que suspender todos sus vuelos por falta de liquidez y no poder comprar queroseno para abastecer sus aviones, sólo el Gobierno ha acudido al rescate de un grupo en el que sólo cuenta con una mínima participación del 3%.

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Representantes de la Confederación han negociado intensamente con los bancos y con Swissair para intentar lograr una solución que permitiera una salida digna de la compañía antes de su virtual desaparición el próximo día 28, cuando sus operaciones sean asumidas por Crossair.

El crédito concedido por el Gobierno ha permitido, además, un mayor compromiso de los bancos implicados en este problema, el banco Unido de Suiza (UBS) y el Credit Suisse, que destinarán 68 millones de dólares (más de 12.000 millones de pesetas) a la caja de ahorros del personal, cuyos fondos han sido bloqueados hoy por la compañía.

Este dinero se une al crédito puente de 312 millones de dólares (más de 56.000 millones de pesetas) concedido el lunes por los bancos para garantizar el buen funcionamiento de otras divisiones del grupo. La dirección de Swissair trabaja ahora en el plan de operaciones del jueves, aunque no se podrá asegurar el conjunto de vuelos, según explicó un portavoz.

Respecto al dinero que se ha dejado de ganar durante la suspensión de los vuelos, un portavoz de la compañía ha indicado que "eso no es, por el momento, la prioridad". Esta suspensión afectó ayer a 230 vuelos y 18.000 pasajeros, cifras que aumentaron hoy hasta los 400 trayectos y 38.000 personas.

En este contexto, la compañía suiza se ha dado hoy un batacazo histórico en la Bolsa de Zurich, al perder sus acciones más del 97% de su valor. Después de dos días de suspensión, las acciones de la aerolínea han caído de los 41,05 francos hasta los 1,27.

La imagen de Suiza, en juego

Las autoridades suizas han dado luz verde al crédito tras mantener una reunión durante toda la tarde en Berna con los presidentes de Credit Suisse, Lukas Muhlemann, y de Swissair, Mario Corti. El ministro de Finanzas, Kaspar Villiger, ha justificado la decisión del Gobierno al estar en juego la imagen de Suiza y las oportunidades para la futura compañía.

Credit Suisse y UBS acordaron el pasado lunes invertir 843 millones de dólares (casi 153.000 millones de pesetas) para mantener operativa la compañía aérea, de los que 160 millones (casi 29.000 millones de pesetas) se destinarán a la compra del 70% de Crossair, que se hará cargo de la mayor parte de las actividades de Swissair.

Este dinero debe servir, de forma prioritaria, para el despegue de una nueva compañía bajo la bandera de Crossair y no para lanzarla a un "pozo sin fondo", según UBS. Sin embargo, la decisión del Gobierno no acaba con la preocupación en Suiza, donde la desaparición de Swissair como compañía aérea nacional se vive como un drama, ya que demuestra la debilidad de una aparentemente sólida economía.

Los sindicatos han comenzado a realizar estimaciones de pérdidas de empleos que, según algunos, podrían llegar a afectar a 10.000 de los 69.000 empleados del grupo, mientras unos 63.000 pequeños accionistas que confiaban en la compañía han visto desaparecer sus ahorros.

Sabena, en suspensión de pagos

Las consecuencias podrían llegar a otras sociedades subsidiarias del grupo y la Sociedad Suiza de Hoteles ya habla de una próxima crisis del turismo.

Además, la crisis de Swissair también afecta a otras compañías en las que la suiza tiene participación, como la belga Sabena, de la que posee el 49,5% y que hoy ha solicitado suspensión de pagos, aunque mantendrá sus vuelos. La medida pretende garantizar "el futuro de sus actividades y el interés de todos sus acreedores".

La polaca LOT espera una decisión del grupo helvético sobre el futuro de su participación, que es del 37,6%, mientras que la portuguesa TAP Air Portugal tendrá que olvidarse de la prevista entrada del grupo helvético en su sociedad.

AP

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