Trabajo aprueba la eliminación de casi media plantilla de Sintel

El expediente de regulación de empleo (ERE) se fundamentaba en causas económicas, organizativas y de producción, ya que el pasado 13 de junio Sintel presentó suspensión del pagos.

Tras analizar los datos de la intervención judicial y la Inspección de Trabajo, la Dirección de Trabajo ha aprobado el expediente dada "la situación económica negativa de Sintel S.A y el efecto que puede tener la necesidad de reducción de costes sociales, con la extinción de contratos, para mejorar la situación de la empresa y su viabilidad futura".

El pasado 6 de septiembre, la Dirección General de Trabajo, organismo dependiente del Ministerio de Trabajo, decidió desestimar la suspensión de 1.201 contratos que solicitaba Sintel S.A, aunque consideraba la posibilidad de que la extinción de empleo pudiera ser una medida necesaria para garantizar la viabilidad de la empresa.

Actualmente, las deudas de la empresa Sintel superan los 11.000 millones de pesetas, con una fuerte caída de ventas, lo que evidencia la falta de adecuación de la empresa al mercado competitivo de las telecomunicaciones tras su conversión al sector privado, según el Ministerio de Trabajo.

En 2000, Sintel redujo sus ingresos desde los 29.000 millones de pesetas anuales conseguidos en los últimos tres años a los 11.968 del 31 de octubre de ese año, mientras que los gastos de explotación se situaban en 20.400 millones de pesetas en esa misma fecha, lo que dejó un saldo negativo de explotación de 8.500 millones.

Salarios pendientes

El importe de los salarios pendientes de pago está garantizado por el Estatuto de los Trabajadores a través del Fondo de Garantía Salarial (FOGASA), según el Ministerio.

Ante la situación financiera de la empresa, cerca de 1.500 trabajadores iniciaron el pasado 29 de enero una acampada frente al Ministerio de Economía, en el Paseo de la Castellana de Madrid, ya que la empresa les adeuda siete nóminas.

Sintel presentó suspensión de pagos en junio del 2000, después de ser vendida por Telefónica en 1996 a Mastec, propiedad de la familia cubana Mas Canosa que, según los sindicatos, no llegó a abonar el importe de la venta, por lo que la operadora retiró la cartera de pedidos a Sintel, causa principal de la actual crisis.

Los trabajadores de Sintel insisten en que mantendrán la "acampada con todas sus consecuencias", y que solamente abandonarán esta postura cuando exista un "proyecto empresarial".

Los representantes sindicales se reunirán hoy para tomar una decisión al respecto pero, según ha manifestado el presidente del comité intercentros, Adolfo Jiménez, no están "dispuestos a aceptar un expediente por la fuerza".