El déficit de Sintel era de 9.877 millones al suspender pagos en junio pasado, pero ya llega a 20.000 millones

Los interventores judiciales de la suspensión de pagos de Sintel han cifrado en 9.877 millones de pesetas el déficit patrimonial de la empresa en el momento de suspender pagos, el 9 de junio pasado. El informe, que ya está en poder del Juzgado de Primera Instancia 42 de Madrid, que tramita la suspensión de pagos, recoge un pasivo exigible de 22.080 millones de pesetas y un activo de 12.202 millones. Sin embargo, la inactividad de la compañía, cuyos empleados llevan acampados desde el 29 de enero en la Castellana de Madrid en señal de protesta por el retraso de ocho meses en el pago de la nómina, ha complicado aún más ese panorama.

Así, el informe estima que entre los costes de reestructuración y las pérdidas adicionales se llega a unas obligaciones denominadas posconcursales de más de 10.000 millones de pesetas en estos momentos, que han de sumarse al déficit de cuando suspendió pagos. Por lo tanto, la situación de la empresa es de insolvencia provisional. Ahora se abre un plazo de tres días para que emita su opinión la empresa. Después, otro de 15 días para que la compañía afiance la deuda. Si no lo hace, se abre otro de cinco días para que los acreedores que representen dos quintos del pasivo o bien la empresa solicite la quiebra. Si en ese plazo no se pide la quiebra, el juez puede dictar un auto para declarar la insolvencia definitiva.

La debilidad crediticia, la diversificación fallida y de riesgo elevado, la falta de cultura empresarial, la ausencia de una dirección motivada, el exceso de plantilla para el volumen de obra contratada, el desvío de fondos a empresas vinculadas de dudosa capacidad de pago, la descomposición societaria y los conflictos entre accionistas han sido las causas que han incidido en la crisis, según la intervención judicial. Asimismo, se resalta el fortísimo impacto que tuvieron los avales prestados y sobre todo los otorgados a Telefónica y a IECSA, que supusieron una salida neta de tesorería de cerca de 3.000 millones de pesetas y un incremento del pasivo de 5.000 millones. La empresa se hallaba descapitalizada cuando presentó suspensión de pagos y carecía de fondos suficientes para financiar el circulante que necesita para desarrollar su actividad.

En el momento de suspender pagos, Sintel contaba con una tesorería de 317 millones de pesetas, unas existencias de 2.334 millones, unos deudores de 9.188 millones y un activo circulante de 11.905 millones.

Sintel, que fue vendida por Telefónica en mayo de 1996 al empresario cubano Jorge Mas Canosa, dueño del Grupo Mas Tec, atraviesa por una delicada situación laboral con la plantilla, compuesta por 1.818 trabajadores que se hallan en plena movilización callejera. El pasado mes de diciembre la empresa presentó un expediente de extinción de 1.201 trabajadores y Trabajo debe pronunciarse sobre ello de forma inminente. El informe de intervención establece el coste mínimo de este expediente en 4.190 millones, mientras que los salarios pendientes suman más de 5.000 millones de pesetas.

Por otra parte, Carlos Gila, administrador único de la empresa desde julio pasado y ahora dueño al comprar el pasado mes el 100% del capital a Mas Tec, ha oficializado esta operación de compra ante notario. La crisis de Sintel ha llegado al Parlamento, donde los grupos políticos han interpelado al Gobierno sobre la misma.