Arquímedes y el PSOE
El principio de neutralidad activa en política llevado a sus últimas consecuencias, el de la parcialidad subjetiva, es prácticamente idéntico al principio de Arquímedes, ese que afirma que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso del fluido desalojado. Donde dice cuerpo, pongamos que dice dirigente político y, ya verán -es solo cuestión de tiempo- que algunos a los que ahora les llegue el agua al cuello serán desalojados de su responsabilidad orgánica por el empuje vertical y hacia arriba de otros dirigentes. Es pura ciencia. Y en política sucede desde los tiempos de Arquímedes.
Para todos los experimentos, salvo para aquellos que se hacen con gaseosa, se precisan de unas condiciones especiales. A veces un túnel del tiempo, otros veces el vacío. Incluso, en ocasiones, de un acelerador de partículas. En política, cuando sucede un varapalo electoral se precisa de todos esos instrumentos a la vez: el vacío, el túnel del tiempo y el acelerador de lo que sea, con tal de que acelere algo. El 38º Congreso del PSOE reunía para Griñán y para los socialistas andaluces las mejores condiciones posibles. Se hizo para reforzar al partido de cara a los comicios autonómicos. Se celebró en Sevilla para impulsar al PSOE andaluz. Se eligió presidente del congreso a Griñán para acrecentar su perfil de candidato. Se defendió su gestión como modelo alternativo a las políticas de los Gobiernos del PP en otras comunidades. Y se fraguó durante unas primarias donde Rubalcaba y Chacón se deshicieron en elogios hacia su persona.
Por lo tanto, ¿cómo ha sido posible que la dirección socialista andaluza, con Griñán a la cabeza, haya sido la que sale más perjudicada de este congreso? Es fácil. La respuesta la tiene el principio de neutralidad activa. Lo dice el diccionario. La neutralidad es la cualidad o la actitud de ser neutral. Y activo es el que obra o tiene virtud de obrar. No hay experimento científico en el mundo capaz de certificar con un mínimo de sentido común que el secretario general de un partido político sea neutral y su número dos, colocada por él en el cargo, sea enérgicamente activa. Y activos los cinco secretarios provinciales que le apoyan. Y activos los consejeros que están en su bando. Y que todos obren activamente para poder mantener la neutralidad activa de su jefe.
Sigamos con la ciencia. Un principio esencial de la electricidad es que las cargas del mismo signo se repelen y las de signo contrario se atraen. Lo primero podría servir para explicar que Griñán, quizás escarmentado de lo que le ha ocurrido con Chaves, no estuviera convencido de que Rubalcaba fuera lo mejor para él. O sea, que terminaran repeliéndose. O, sobre todo, repeliendo al electorado. Lo segundo, explicaría su neutralidad activa por Chacón. La atracción de dos personas de generaciones contrarias como forma de atraer al electorado. En política son más importantes los activos que la neutralidad activa. Los activos son el conjunto de apoyos que tiene un líder y que se reflejan en su contabilidad. Llevar bien la contabilidad es esencial en un congreso. Ya que de errar, te puede ocurrir que pases en unos días de estar en activo, aunque sea en estado de neutralidad, a estar jubilado, aunque sea en estado de actividad.
Debo admitir que no he encontrado principio esencial de la física para explicar por qué cuando unos dirigentes políticos se dirigen a toda velocidad hacia un varapalo electoral no hay bien que por mal no le venga. Ni verdad más verdadera que la de Arquímedes. Toda la energía que pones para quedarte en un sitio, puede terminar siendo la fuerza que te empuja hacia arriba para salir disparado de ese sitio. Es de puro manual. En concreto, del anexo 1 del Manual de cómo perder elecciones, que está dedicado a los principios básicos de cómo pifiarla también en un congreso.
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