La espina de Mestalla
Pedro rescata al Barcelona con el cuarto gol que le marca al Madrid
Pinto ya no sabía cómo tapar portería y hasta le ayudaban los palos. Iba media hora de partido y al Barça se le quemaba el rancho porque el Madrid era más Madrid que nunca y jugaba "extraordinariamente bien", según convino Zubizarreta cuando en el descanso comentó lo que en su opinión era "el duelo entre los dos mejores equipos del mundo". En esas, Iniesta buscó una contra y fintó sobre la entrada de Arbeloa, que metió la rodilla. El de Fuentealbilla cayó y ya no se levantó. Sufre una pequeña rotura en el bíceps femoral de la pierna izquierda, en el mismo sitio que le tuvo de baja durante las Navidades. Llueve sobre mojado en el músculo de Iniesta, que se fue a la grada cuando peor pintaba el partido. Era la hora de Pedro. Y Pedro siempre acude cuando el equipo le necesita.
A Pedro la Copa del Rey le debía un gol, ese que marcó en Mestalla, en la última final, cuando fusiló a Iker Casillas. Entonces, el linier acertó porque el canario empezó su carrera en fuera de juego. Ayer acompañó la carrera de Messi con cuidado de no romper la imaginaria línea a la espalda de Arbeloa. La Pulga encontró una línea de pase entre Ramos, Pepe y Fábregas. El pase letal dejó solo a Pedro. Y Pedro no le falló al equipo. Su remate, seco, duro, al primer palo, dejó sin respuesta a Casillas.
El Barcelona atacaba con desorden y aunque Guardiola había reclamado juego, Xavi la tocaba poco y el equipo no encontraba pausa. La aparición de Pedro resultó en ese panorama una bendición para el equipo. Lesionado buena parte de la temporada, el canario no está en su mejor año.
Pedro es el del gol en el Mundial de Clubes en Abu Dabi y el de la final de Wembley, y el pequeño punta que contra el Madrid siempre aparece. Le marcó el día del 5-0, en el empate a un gol el año pasado en la vuelta de las semifinales en Champions, en el Bernabéu el día del 0-2 y anoche. Y Guardiola tan contento. Con el de ayer van seis partidos consecutivos contra el Real Madrid en el Camp Nou sin conocer la derrota, 14 goles a favor y cinco en contra.
No fue el mejor partido del Barcelona contra el Madrid, y tampoco lo fue el de Pedro, que trabajó más mirando a Pinto que a Casillas, pero si hace cuatro años salió de la nada para ganar todo lo que nunca soñó conseguir, ayer compareció desde el banquillo para darle aire al Barça.
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