_
_
_
_
_

Valdemingómez inyectará gas a la red dos años después de ser inaugurado

El delegado de Medio Ambiente, Movilidad y Seguridad, Antonio de Guindos, anunció ayer que las plantas de biometanización del vertedero de Valdemingómez comenzarán a inyectar biogás a la red general de Enagás en febrero, más de dos años después de su inauguración. Se trata, según ha dicho, de la primera vez que se hace algo así en España: "Hemos abierto el camino al resto".

El Parque Tecnológico de Valdemingómez, que ese es su nombre oficial, es el principal productor de energías renovables de la región. Sus dos plantas de biometanización (Las Dehesas y La Paloma) extraen biogás de la materia orgánica del basurero.

Sin embargo, hasta ahora ese biogás no podía inyectarse a la red general porque faltaba la autorización preceptiva del Ministerio de Industria. El coste de las plantas, inauguradas en 2009, se disparó de 51 a 112 millones para corregir errores detectados en proyectos similares.

Las plantas tienen capacidad para asumir hasta el 60% de los residuos orgánicos que llegan a Valdemingómez, y para generar a partir de ellos el biogás suficiente como para propulsar 405 autobuses de la EMT (que dispone de una flota de 1.150 vehículos, 743 biodiésel y 387 de gas natural). Ese combustible puede usarse también para generar electricidad suficiente para 20.000 viviendas. Según anunció ayer De Guindos, su valor en el mercado sería de 4,4 millones de euros.

500 kilos por persona

Valdemingómez ocupa 300 hectáreas, de las que 210 son vertedero. De estas últimas, 110 son territorio clausurado en el que se plantan árboles y del que se saca electricidad. Al resto del recinto llegan 4.000 toneladas diarias de residuos, en total 1,5 millones anuales de la ciudad de Madrid y de los Ayuntamientos de Rivas-Vaciamadrid y Arganda del Rey. De media, 490 kilogramos de basura al año, el 40% de materia orgánica.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Allí, todo lo que se puede reciclar, se recicla: plásticos, metales, vidrio y papel que luego se venden y generan ingresos millonarios para el Ayuntamiento. El resto se trilla y se convierte en compost, un proceso que antes se realizaba por completo al aire libre, exacerbando los malos olores en las áreas urbanas próximas. Ese compost se secaba y apelmazaba, y también se vendía. Con la puesta en marcha de las plantas de biometanización, ahora se emplea para obtener biogás.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_