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Reportaje:

Una diana doble

Nadal afronta el Abierto de Australia con ejercicios específicos para equilibrar los golpes ganadores con su derecha y su revés, igual que Djokovic, el número uno del tenis mundial

"¡Mal!", masculla Rafael Nadal mientras recupera la posición. Es mediodía y hay consejo de guerra. Como si fueran mariscales antes de la batalla, Àlex Corretja, el seleccionador español; Toni Nadal, tío y entrenador del número dos mundial, y el propio tenista gesticulan. El mallorquín está practicando el revés paralelo. Lo pega, según le advierten los técnicos, con los brazos demasiado pegados al cuerpo. Una y otra vez repite el ejercicio: bola a media pista, carrera, revés paralelo.

Antes de jugar contra Feliciano López en los octavos de final del Abierto de Australia, Nadal busca el equilibrio: tener una diana doble, atacar igual por la derecha que por la izquierda. Los datos son elocuentes: logra 48 golpes ganadores con su derecha y 23 con su revés. El serbio Novak Djokovic, que abrumó (6-0, 6-1 y 6-1) al francés Nicolas Mahut en la tercera ronda, 21 y 22 respectivamente: equilibrio perfecto, armonía impredecible. A Nadal, sin embargo, se le espera.

"Las cosas no se consiguen con solo dos semanas y media de entrenamientos"
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"En el deporte hay que evolucionar", argumenta Toni Nadal, quien también participa luego de la charla de su sobrino y Corretja sobre el equipo de la Copa Davis que se medirá en febrero a Kazajistán, eliminatoria en la que se da por segura la presencia de Marcel Granollers. "Mi primera idea cuando empecé a entrenar a Rafael es que hiciera lo opuesto a mí como jugador", sigue Toni. "Al final, hace casi lo mismo que yo, que fui un tenista duro que no ganaba un punto", bromea; "pasamos mucho tiempo trabajando casi exclusivamente el golpe ganador de derecha. Seguimos sin ganar un punto, pero lo hacía de pequeño. Ahora, los cambios en la raqueta [tres gramos más en la cabeza] pueden ayudarle con el revés".

Cambiar no es fácil. "Necesitas partidos para seguir con la misma línea todo el rato", razona Nadal; "con solo dos semanas y media de entrenamientos, las cosas no se consiguen. Con unos meses, la probabilidad de éxito es alta. En eso estamos".

El manacorense no es el único jugador de la élite que tiene ese problema ni que está inmerso en esos trabajos. El británico Andy Murray, que ayer venció (6-4, 6-2 y 6-0) al francés Michaël Llodra, sufre de lo mismo, pero en sentido contrario: ha logrado 38 golpes ganadores con la derecha y 32 con el revés. Tenía un lado menos peligroso, ganaba casi todos sus puntos con el revés..., y el estadounidense de origen checo Ivan Lendl, su nuevo técnico, ha continuado el trabajo de Corretja sobre ese golpe, el menos fiable del amplio repertorio de Murray.

"Estos días", cuenta Pablo Andujar, el número 45, "me entrené con Murray y no me dejaba jugar de lo fuerte que le pagaba con la derecha. ¡Muy duro! Y eso que su mejor golpe es el revés, como buen homogéneo". ¿Qué es eso? "Que, si tu ojo y tu brazo dominante es el derecho, tienes mejor revés porque, al girarte a dar el golpe, la pelota llega primero a tu ojo dominante y eso te permite darlo antes", explica Andujar, al que se lo contó el francés Paul Dorochenko, uno de los primeros entrenadores del suizo Roger Federer, que ahora examinará al local Bernard Tomic. "Al contrario al dar el drive, para lo que hay que girarse hacia el otro lado, el ojo que primero ve la pelota es el izquierdo, por lo que acabas dando el golpe más detrás, hasta que el ojo derecho, ese que es el dominante, la tiene delante", concluye.

No se sabe si los Nadal creen en la teoría del ojo dominante. Una cosa es segura: jamás en su carrera disparó el español tantos reveses paralelos como en los tres primeros encuentros en Melbourne 2012.

Tercera ronda: Hombres: R. Gasquet (Fra.)-J. Tipsarevic (Ser.): 6-3, 6-3 y 6-1. D. Ferrer-J. I. Chela (Arg.): 7-5, 6-2 y 6-1. Mujeres: P. Kvitova (R. Che.)-M. Kirilenko (Rus.): 6-0, 1-0 y retirada. Hoy: N. Almagro-T. Berdych (R. Che.), R. Federer (Sui.)-B. Tomic (Aus.).

Rafael Nadal, durante un entrenamiento en Melbourne.
Rafael Nadal, durante un entrenamiento en Melbourne.RYAN PIERSE (GETTY)

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