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Tragedia en Italia

La fiscalía acusa al comandante de homicidio y abandono de los pasajeros

Un equipo de buzos sigue buscando a unas 40 personas dentro y fuera del barco

La Fiscalía de la provincia de Grosseto (en la zona central de la costa occidental de Italia) ordenó ayer la detención del comandante del crucero Costa Concordia, Francesco Schettino. El fiscal Francesco Verusio le acusó anoche de "naufragio, homicidio y abandono de la embarcación antes de poner a salvo a todos los pasajeros". Los investigadores sostienen que el comandante dejó la embarcación sobre las 23.30, cuando todavía parte de los viajeros y de la tripulación esperaba para ser evacuada. Los últimos en abandonar el barco lo hicieron hacia las 2.30 de la madrugada. También ha sido encarcelado por las mismas causas el vicecomandante, Ciro Ambrosio.

El fiscal considera que "el comandante se acercó muy torpemente a la isla del Giglio, golpeando un escollo que se empotró en el lado izquierdo de la carena, haciendo inclinar la embarcación en la que penetró muchísima agua en dos, tres minutos". Según la investigación iniciada por la fiscalía, el impacto con el escollo ocurrió a las 21.45 horas pero no se informó de inmediato a Capitanía.

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El absurdo de un naufragio a pie de costa

Veinticuatro horas después del naufragio los buzos de la Guardia costera seguían buscando "dentro y fuera del barco" a decenas de personas aún no rescatadas, dijo una portavoz de la Capitanía de Puerto.

Aún no se saben las causas del naufragio. Lo único cierto es que el barco chocó con un escollo. Un trozo de la roca asoma de la brecha de 70 metros abierta en la carena de la embarcación encallada frente a la isla de Giglio, en la región de Toscana. Queda por aclarar por qué las maquinarias del crucero -varado en julio de 2006- no relevaron la presencia del escollo y por qué el Concordia navegaba tan cerca de la isla.

El brazo de mar entre la costa y el Giglio mide 16 kilómetros de ancho, 8,6 millas. La embarcación debía navegar a 3 millas de la isla y a 5 de Toscana. "El mar estaba llano, no había viento que pudiese justificar un desvío en la ruta -comenta la misma portavoz del Comando General de la Capitanía- El arresto [del comandante] significa que fue un error humano y no un problema técnico".

El comandante, de 50 años y 30 de experiencia, interrogado por la Capitanía y la Fiscalía, que abrió una investigación por homicidio y desastre, dio su versión de los hechos. "Mientras procedíamos con la normal navegación turística, dimos con la punta de una roca que no estaba señalizada en el mapa. Nos hallábamos a 300 metros de los escollos y aquella punta no debía de estar allí", dijo a un medio italiano. El barco empezó a embarcar agua pero el comandante siguió navegando y solo más tarde invirtió el rumbo dirigiéndose hacia la costa más cercana. El acercamiento evitó consecuencias más trágicas. Schettino declaró encontrarse en la sala de comando al momento del impacto, mientras que algunos pasajeros dicen que estaba en el salón donde en aquellos momentos se servía la cena.

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