_
_
_
_
Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Juntos pero no revueltos

Dos relatos cortos del maestro del género, Torito y Graffiti, de Julio Cortázar, dramatizados por José Sanchis Sinisterra en un mismo montaje. El primero, de 1954, tiene a un viejo boxeador como protagonista; el segundo, de finales de los setenta, a una joven activista torturada durante la dictadura. Ambos reviven su derrota y lo hacen interpelando a un interlocutor silencioso, real y presente en Torito, ausente en Graffiti. Sanchis Sinisterra los sitúa en la misma habitación de hospital, cada uno en su cama. Claro, pensé, así el boxeador se convierte en el interlocutor de la joven y viceversa. Pero no. Una mujer que suponemos cercana a la chica llega de visita para recoger en un cuaderno lo que ella le cuenta a modo de carta dictada y, cada tanto, hace como que atiende al relato del viejo. No hay interacción entre los protagonistas. Diría que ni siquiera se miran. Están juntos pero no revueltos. Al menos hasta el final, una especie de epílogo en el que, uno y otra cara a cara, repiten sus primeras frases. "Tantas cosas que empiezan y acaso acaban...", dice ella. "Y cuando estás abajo todos te fajan", contesta él. Qué pena no seguir por aquí.

CRONOPIOS ROTOS. VARIACIONES SOBRE CORTÁZAR

Dramaturgia y dirección: José Sanchis Sinisterra. Intérpretes: G. Aparicio, C. Guivernau, Mario Vedoya. Sala Beckett, Barcelona.

No sé si ese segundo camino que Sanchís Sinisterra se limita a insinuar es posible. No sé cuantos cruces se dan entre ambos textos, si es que se dan, tan eficaces como el que hemos citado. Pero me sabe a poco el escaso intercambio entre boxeador y activista después de haberlos arrastrado desde sus dolorosas circunstancias para juntarlos en un espacio y tiempo común. Y me sobra la mujer visitante. Los intérpretes tienen fuerza pero me pareció intuir, por como se miran en esa corta escena final común, que ambos se necesitan durante la función.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_