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Juicio por asesinato de una menor

Carcaño: un joven egocéntrico y sin límites

Miguel Carcaño, de 21 años, es un joven egocéntrico y sin problemas mentales que ha protagonizado un caso repleto de mentiras a lo largo de tres años de instrucción. El estudio psiquiátrico de su personalidad destaca: "Una persona egocéntrica, con dificultades para establecer fuertes y estables vínculos afectivos, así como para comprender o ponerse en el papel de los otros. (...) Sin psicopatología alguna".

La educación libertina que recibió Carcaño moldeó a un adolescente con muy pocos límites: "De pequeño, las regañinas me entraban por un oído y me salían por otro", confesó en una entrevista con los forenses autores de su informe. "De chico he sido consentido pero de grande [él consideraba que a los 15 años], como cualquier otro. Mi madre no era muy rígida, sino todo lo contrario, y mi padrastro era algo más serio", dijo a los psiquiatras.

El joven acudió a la escuela hasta los 16 años y un año después trabajó en un bingo y en una empresa de limpieza. Carcaño admitió que consumía hachís y alcohol "de vez en cuando". Su inteligencia se sitúa clínicamente dentro de la normalidad. "Suficiente para comprender el alcance y consecuencia de todos los actos que realiza".

La descripción que hace de sí mismo plasma un retrato de un chico reservado y celoso de su intimidad: "Confiado, extrovertido, amable, gracioso, tal vez un poquito tímido al principio y amigo de mis amigos; me gusta ayudar a los amigos en sus problemas pero mis problemas son míos". Uno de sus amigos puntualizó sobre Miguel: "No era de ir buscando pelea, pero reaccionaba rápido, sin pensar en las consecuencias, no dialogaba". Ese rasgo de su personalidad podría explicar el arrebato de golpear a Marta con un cenicero y matarla. Y sin embargo, el informe reza: "No presenta elevados rasgos de agresividad, impulsividad o expresión física o verbal de ira o frustración, con una tendencia a evitar o escapar de estas situaciones".

Los autores del informe aclaran que "sus actuaciones se encuentran orientadas hacia la consecución de beneficios y recompensas inmediatas, que le pueden llevar en determinadas situaciones a transgredir normas para obtenerlas". Durante un careo en el juicio con su amigo Samuel Benítez le espetó: "Te pido que digas dónde está Marta. Tú estás en libertad y yo en la cárcel. Tu actitud es lo más pasota que se puede ser".

En la cárcel, Carcaño protagonizó un amago de suicidio, pero los magistrados creen que lo fingió: "La simulación del suicidio es propia de una mente manipuladora como la de Carcaño", subraya la sentencia. El joven solo mostró cierto arrepentimiento en su turno de última palabra: "Pido perdón a la familia de Marta. No fue mi intención causarle tanto daño. Si supiera dónde está el cuerpo, lo diría", dijo.

Eva Casanueva le explicó a su hija Marta el efecto que ejercía Miguel sobre ella: "Cuando salieron, ella lo pasó mal. Venía triste. (...) Estás con un chico que tiene el perfil de un maltratador: primero te puteo y luego te regalo", le avisó a su hija.

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