Romney trata de unir las fuerzas conservadoras contra Obama
El candidato republicano distorsiona la imagen de Europa para atacar al presidente
Tras su victoria en New Hampshire, Mitt Romney trata de reunificar las filas republicanas tras un objetivo común: derrotar a Obama. Por muchas diferencias que existan entre los distintos matices conservadores, la causa contra el actual presidente puede ser un fuerte factor aglutinador, aunque habrá que esperar a las próximas primarias, en Carolina del Sur, para comprobar si, como parece, la carrera presidencial en el Partido Republicano está liquidada.
"Si usted cree que las decepciones de los últimos años son una mera desviación, no un punto de destino, le pido su voto", dijo Romney en el discurso de celebración de su triunfo en New Hampshire, un triunfo algo mayor del que anticipaban los primeros resultados (cercano al 40% de los votos) y que hace muy difícil a todos sus contrincantes recuperar el terreno perdido. Aún así, se trata de una victoria conseguida en un Estado que le es muy favorable y en el que ya obtuvo un 32% de los votos en 2008. New Hampshire es un Estado moderado y vecino de Massachusetts, donde Romney fue gobernador. Deberá ahora ratificar esa victoria en un escenario más conservador, como Carolina del Sur.
La cita de Carolina del Sur es la última oportunidad para sus rivales
Romney, que ya es favorito en las encuestas en Carolina del Sur, donde las primarias se celebran el próximo día 21, tratará de cerrar las primarias en este Estado, que tiene la orgullosa tradición de votar siempre por el candidato que finalmente obtiene la nominación. Todos sus rivales han prometido mantenerse en liza hasta esa fecha. Rick Santorum, Newt Gingrich y Rick Perry compiten con la esperanza de ganar el voto más conservador. Ron Paul va por libre y continúa únicamente para hacerse oír dentro del partido. Jon Huntsman, sin ninguna opción de éxito, sigue en la carrera únicamente con la ambición de labrarse un nombre para el futuro, aunque eso le cueste unos cuantos millones de dólares.
Probablemente, en los próximos días se va a asistir a una batalla dura entre todos ellos. Hace cuatro años, Carolina del Sur fue el lugar de más áspera confrontación entre Obama y Hillary Clinton. Ahora los rivales de Romney tienen que utilizar toda la munición porque, probablemente, esta será su última oportunidad.
Romney prepara su defensa con una estrategia clara: este es el momento de elegir entre Obama o él. "El presidente quiere someter a juicio a la libre empresa, y estamos viendo a algunos republicanos desesperados que se presentan a actuar como testigos de la acusación", declaró ayer el candidato ante las críticas que Gingrich y Perry por su actuación como presidente de la firma de inversiones Bian Capital.
En su discurso en New Hampshire, Romney acusó a Obama de haber puesto a EE UU de rodillas ante el mundo por rectificar la política exterior de George Bush, lo consideró responsable de la crisis económica y de la decadencia del país. Le reprochó haber puesto en peligro el capitalismo y haber creado una guerra de clases entre los norteamericanos. "Este país tiene un líder que nos divide en una amarga política de envidias. Tenemos que ofrecer una alternativa y yo estoy aquí para mostrar un camino diferente", afirmó.
Para dejar más clara su posición, Romney comparó a Obama con una versión desfigurada de Europa. Dijo que "el presidente quiere convertir EE UU en una sociedad de servicios públicos obligatorios al estilo europeo", y que "mientras Obama se inspira en las capitales de Europa, nosotros miramos a las pequeñas ciudades de América".
Es una curiosa y, probablemente, insólita manera de empezar una carrera presidencial esta de atacar demagógicamente al principal aliado de EE UU y a la región más vinculada en historia y valores con este país. Pero así es como está el Partido Republicano hoy, y argumentos así son los que le han permitido hasta ahora a Romney conseguir el 40% de los votos de aquellos que se identifican como Tea Party.
Uno de los problemas que Romney ha tenido hasta ahora para consolidar su candidatura es la de la falta de perfil. Nunca ha estado claro por qué apostaba realmente Romney, qué ventajas reportaba votar por él. Presentado como la alternativa a Obama, como quien mejor garantiza el final de esta presidencia tan visceralmente odiada por los conservadores, sus opciones de unir al partido tras él pueden ser mayores. Al fin y al cabo, todas las candidaturas importantes en la historia son la alternativa a lo que existe: Reagan fue el anti Carter y Obama el anti Bush. Romney intenta ahora ser el anti Obama.
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