Entre lo manual y la ciencia
Los lutiers muestran al público una labor que une la artesanía antigua con la acústica - Un violín requiere 180 horas de trabajo
El meticuloso trabajo de los lutieres para convertir las piezas de madera en la caja de un violín o una guitarra salió ayer de las cuatro paredes del taller para encontrarse con el público en la calle. Al lado de la Feria de Artesanía de Bilbao, en el Arenal, dos expertos en la construcción de instrumentos musicales de madera mostraron su habilidad manual y sus conocimientos técnicos. "Es artesanía con 400 años de historia que se une con la acústica, con la ciencia del siglo XXI, para conseguir instrumentos con las mejores cualidades sonoras", explicaba Javier Guraya, lutier y profesor de lutería en el conservatorio de Bilbao.
Guraya trabajó en el Arenal junto su ex alumno Luis Artola, otro de los cuatro lutieres que trabajan en Bizkaia en la construcción, mantenimiento y restauración de instrumentos musicales de madera. "No podemos competir con los violines o guitarras made in China, que están bien para los chavales que pero los instrumentistas profesionales quieren un constructor de confianza", añadió Artola.
Las exhibiciones forman parte de la feria de artesanos de Bilbao
Una guitarra artesanal no mantiene su calidad más allá de los 80 años
Desde que el pasado 16 de diciembre la Feria de Artesanía de Bilbao abrió al público en una carpa situada junto al Teatro Arriaga ha habido en el Arenal exhibición de tejedores de lino, encuadernadores y hasta se ha montado una forja tradicional. El trabajo de los lutieres atraía ayer a quienes cruzaban la plaza del Arriaga en una mañana de frío y compras de Reyes. Hubo preguntas de entendidos, que se interesaban por detalles técnicos sobre la forma de mejorara la resonancia y mucha curiosidad de quienes no tenían ni idea de cómo y con qué se construye una guitarra. Con paciencia de artesanos Guraya y Artola explicaron qué maderas se utilizan para cada pieza de los instrumentos. "Las guitarras llevan madera de palisandro, abeto y cedro, y el diapasón, como en los violines, se hace de ébano", detallaban. "Las flamencas, abeto y ciprés". Una guitarra está lista después de 150 horas de trabajo, casi dos meses de dedicación para responder a un encargo; un violín requiere más tiempo, unas 180 horas. ¿Y los precios? También hubo respuesta: entre 4.000 y 5.000 euros por una guitarra y algo más en el caso de los violines.
Los instrumentos de madera requieren trabajo de mantenimiento y pueden repararse pero no son eternos, advierten los artesanos. "La vida de la guitarra llega a unos 80 años; no aguantan más las tensiones. Un violín de calidad, por su construcción, supera los 300. Ahí siguen dando conciertos los stradivarius".
Los lutieres trabajaban ayer con el fondo musical de las canciones de Van Morrison. "Claro que me gusta la música, sobre todo el folk", dijo Artola. "A un lutier tiene que gustar la música y tener buen oído".
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