Saramago dice adiós a Castril
La familia del Nobel se desvincula de la fundación tras la difusión de "falsedades"
A José Saramago le gustaban los árboles. Le gustaba su tacto misterioso y también su memoria, el modo en el que los abrazó su abuelo cuando presintió su muerte, aquella despedida tan llena de sabiduría que brotó de un hombre que no sabía leer ni escribir, pero que fue capaz de entender la vida y sus encrucijadas.
En el norte de la provincia de Granada, sobre una peña alejada del resto del mundo, se encuentra el pueblo de Castril. El destino, el azar, el amor, la literatura... todos debieron poner de su parte para que el camino de Saramago condujera de manera irremediable a aquel lugar. Ahora, muchos años después, se han conocido los motivos por los que ese camino, más allá de la muerte del escritor, va a convertirse en un callejón oscuro.
Pilar del Río deja el patronato y retira el nombre del escritor del centro granadino
La viuda de Saramago, Pilar del Río (Castril, 1950), artífice de esa estrecha y fructífera relación entre el escritor y la localidad, ha comunicado su baja del patronato de la fundación (integrado también por la Universidad de Granada) y la retirada del nombre de José Saramago. Lo ha hecho en sendas cartas escritas por su hermano, Jesús del Río, y dirigidas al presidente de la Diputación de Granada, Sebastián Pérez, y al nuevo alcalde de la localidad, Miguel Pérez Jiménez (PP). En la práctica, las dos misivas son el certificado de defunción de la fundación, aunque se haya tratado de una muerte intermitente que ahora se concreta, con discreción pero con contundencia.
"Es deseo de Pilar del Río se arbitren los trámites necesarios para el cambio de denominación de la Fundación Centro José Saramago, eliminando el nombre del escritor y que sea dada de baja como vocal del patronato de la misma", consta en los dos envíos, fechados el 21 de diciembre.
Los verdaderos motivos de la ruptura ni se ocultan ni se endulzan en la carta redactada por Jesús del Río, que es también patrono de la fundación. Tras ser nombrado presidente de la Diputación Provincial, Sebastián Pérez (PP) denunció distintas irregularidades en la gestión de la institución por parte del anterior equipo de gobierno del PSOE. Entre ellas se encontraba una factura de un catering que estaba pendiente de pago y que, según Pérez, fue ofrecido como banquete tras el enlace matrimonial del escritor portugués José Saramago y de la granadina Pilar del Río.
"Es algo que no vale la pena ni desmentir. Cualquiera que conociera a José sabe perfectamente que eso no es cierto. Han manchado su nombre con una mentira imperdonable", ha explicado Jesús del Río. En las dos cartas enviadas se menciona "el malestar existente en la familia granadina de José Saramago y Pilar del Río ante las noticias falsas difundidas por un alto responsable de su institución, relativas a unas facturas pendientes en el seno de la Fundación Centro José Saramago por valor de 9.000 euros, sobre un presunto banquete de bodas".
En palabras de la familia, la Diputación debería haberse puesto en contacto con ellos para disponer de "una información previa y rigurosa" que hubiese evitado la "difusión de falsedades y el daño a la imagen de Saramago, que tan generosamente se ofreció en vida para la promoción cultural de Castril y la provincia de Granada", concluyen.
Entre todos los árboles, a Saramago le gustaban los frutales. En Castril plantó un cerezo el día en que inauguraron en su honor el parque Pequeñas Memorias. A pocos metros del suyo se encuentra otro llamado la Arboleda Perdida, en recuerdo de Rafael Alberti. En poco tiempo, Castril había logrado un prestigio cultural del que va a deshacerse de golpe. Gracias a Saramago fue sede del Festival Siete Soles Siete Lunas y albergó la puesta en marcha de una cátedra con el nombre del escritor. Incluso se planeó que el centro fuera diseñado por el arquitecto portugués Álvaro Siza, si bien esto fue imposible por la dejadez de las diferentes instituciones en plena efervescencia económica.
Pese a todo, gracias al empuje del entonces alcalde de la localidad, Juan Mar (PSOE), la fundación fue creada en 2003 y se convirtió en un foco cultural de primer orden y en un motor de desarrollo para toda la zona, recuperando el oficio de soplador de vidrio mediante la creación del único centro de vidrio artístico de Andalucía.
Finalmente, tras la falta de respaldo institucional, Castril se quedó fuera del organigrama de la gran Fundación José Saramago con sede en Lisboa. Ahora también parece que se quedará con el sabor amargo de una despedida injusta, de una factura demasiado cara para la comarca de Castril, para su gente y su memoria.
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